"El gobierno abandonó lo productivo, se diluyó en un esquema financiero y de gastos corrientes"

El senador Omar Perotti pelea la candidatura a gobernador de Santa Fe por el peronismo, apoyado por una alianza que incluye el respaldo de Cristina y Massa. "Ojalá esta unidad se de a nivel nacional", se ilusiona.

La entrevista ocurre minutos después de la primera sesión del Senado del año. Fue un día intenso. Perotti entra al despacho arrastrando la adrenalina que descargó en el recinto Cristina Kirchner en su ofensiva contra el fiscal Stornelli, que incluyó detalles de una supuesta injerencia en la causa de la Embajada de Estados Unidos. Comenta al pasar su sorpresa de que los radicales hayan enviado al senador Marino a chocar contra el rechazo de las mujeres: "Les dijimos que propongan o otro".

Se queja que el aire acondicionado no enfría -es verdad-, mientras retoma ese ritmo pausado y reflexivo que vuelve el diálogo con la gente del interior tan agradable. Omar Perotti fue la sorpresa de la última elección a gobernador de Santa Fe, arrancó de atrás y quedó a un puñado de votos de arrebatarle la provincia a los socialistas. Esta vez no son pocos los que creen que el triunfo está flotando ahí en las puertas de su despacho. Tiene una primaria con María Eugenia Bielsa y una pelea que asoma cerrada, pero el entusiasmo alrededor suyo es casi físico. Saben que si gana, puede ser un actor central del peronismo que viene.

Hay una expectativa importante en el peronismo -no sólo en Santa Fe- de la posibilidad de recuperar Santa Fe después de 12 años. ¿Cómo la toma?

Con satisfacción. Terminada la elección de 2015, donde se definió la elección con una diferencia de 23 mil votos entre los tres candidatos, creo que el peronismo tomó plena noción de que era posible ganar la provincia y que estuvo muy cerca de hacerlo. Si hubiese estado ese convencimiento, si hubiese habido más tiempo en ese momento para la campaña, estaríamos gobernando Santa Fe desde ese momento. Y creo que hubo un trabajo de construcción, de acercamiento de distintos sectores, tratando de mantener la expectativa y ser una alternativa superadora al socialismo en el gobierno. Las distintas instancias que se dieron, de organización partidaria, de involucramiento en esa estructura de todos los sectores, una PASO con buen clima para la elección general, generaron las condiciones para que lo que escuchamos en la calle -"¿por qué no se juntan y arman algo superior porque no la estamos pasando bien?"- se haya hecho realidad. Primero, en el acuerdo que conformó el partido con partidos adherentes de los tradicionales, y con la incorporación de dos sectores importantes: el Frente Renovador de Massa pasó a incorporarse, además de la vuelta de muchos sectores que habían trabajado con Reutemann o Del Sel en la elección pasada.

 

¿Santa Fe es un laboratorio de lo que puede ocurrir a nivel nacional? Porque menciona lo de Massa y Cristina también apoya su candidatura. ¿Se puede extrapolar esta experiencia?

Esto trasladó alegría, entusiasmo, que todos los sectores estén juntos. Ojalá pueda trasladarse también a nivel nacional. Y ojalá pueda haber una gran PASO en la que participen todos. La expresión y el esfuerzo de dialogar con todos fue importante. Desde Unidad Ciudadana, Frente Renovador, sectores que estuvieron con Reutemann en la última elección, vuelvan a encontrarse. Tenemos un compromiso de cambiar la realidad y asumir lo que para nosotros debe ser Santa Fe: convertirse en un foro de la defensa de la pequeña y mediana empresa por el trabajo argentino, la industria nacional. Tener una vocación productiva frente a un modelo financiero predominante. Tenemos la vocación fuerte de una etapa con otro protagonismo para Santa Fe. Sentarnos a discutir las políticas nacionales. Las de comercio exterior, por ejemplo. Si Santa Fe es el 20% del total de las exportaciones nacionales, ¿cómo no va a estar sentada discutiendo cuál es el tratamiento de estos sectores?. Asumir la defensa de los sectores que transforman materia prima, que incorporan valor agregado y hoy están igualados en sus retenciones a una exportación primaria, algo de un retroceso enorme, impensado en una política de comercio exterior, de valoración del agregado de valor como componente no solo de más mano de obra sino de mayor valor por tonelada exportada.

El socialismo fue ambivalente en la defensa del modelo productivo de Santa Fe, de agroindustria, de pymes industriales, de incorporación de aportes científicos tecnológicos a la producción, frente a este modelo financiero de Macri.

¿Y eso no lo hace el socialismo? porque ellos se diferenciaron de Macri, no comparten su modelo.

Han tenido una ambivalencia. Macri discutió con ellos y negociaron hasta las últimas instancias la posibilidad de modificar la Constitución (para habilitar la reelección del gobernador Miguel Lifschitz). Los intereses de la realidad política del socialismo fueron superiores a la necesidad de los sectores productivos. El socialismo debió haber sido mucho más claro, más enérgico el planteo, sobre todo porque la realidad santafesina va en una dirección de lo que un gobierno va a necesitar en los próximos años: la capacidad de generar divisas y traerlas a una Argentina que tanto las necesita. Asumir la defensa de un liderazgo agroindustrial, sumar la diversidad productiva, incorporar valor con aporte científico tecnológico, eso no debió haberse puesto en duda nunca. Santa Fe debió haber sido la vanguardia en la defensa de esos sectores.

Es sabido que Schiaretti respaldó fuertemente su postulación, lo considera muy importante que gane en Santa Fe. ¿Por qué?

Porque creo que como hombre del interior ve la necesidad de fortalecer la posición federal. Nosotros somos muy claros: hay que dar a Santa Fe lo que es de Santa Fe y que el resto del país lo sepa. No vamos solamente por la defensa de los recursos que nos corresponden de coparticipación sino por la defensa de nuestra historia productiva. La defensa de nuestra raíz de producción y de trabajo que está puesta en riesgo frente a un esquema muy centralista y muy financiero. Y claramente Córdoba es un aliado en esa discusión. La posibilidad de transformación de materias primas, pero también ser una alternativa de generación de energías y combustibles a través de la biomasa. Somos provincias con estructuras productivas parecidas, que cuando no se cuida la industria y no se valora la incorporación de valor, sufrimos parecido. Creo que fortalecer ese esquema va a equilibrar la discusión en el país y generar una visión de más federalismo, que el resto de las provincias también necesitan.

¿Cómo ve esta situación que se da de una Cristina fortalecida y un Macri golpeado en las encuestas? Con la irrupción también de Lavagna como un candidato importante.

Creo que va marcando el desaliento, la falta de respuestas a una acción de gobierno que generó acompañamiento y está muy lejos de las expectativas que había generado. Eso consolida a la instancia de una oposición y se buscan distintos tipos de oposición. Buscan en otros espacios el reemplazo a lo existente o la mejora de lo existente.

Los gobernadores -y a usted lo incluso en ese espacio, como dirigente del interior del peronismo- han cerrado acuerdos de unidad importantes, pero arriba todavía no ocurre. ¿Para un dirigente importante de una provincia importante, que puede ser gobernador, en un ballotage Macri-Cristina, a quién elige?

Creo que hoy en la estructuración de cada una de las provincias eso está muy lejos todavía. En particular en nuestra visión y decisión de participar muy fuerte en Santa Fe. Nosotros hemos privilegiado la construcción en Santa Fe, porque entendemos que allí hay que ir solidificando la posibilidad de una alternativa, de que todos los sectores juntos consigamos un resultado diferente y mucho más cercano a las aspiraciones de la gente y que eso se pueda trasladar a un ámbito nacional. Esa construcción va a generar un escenario nacional diferente al de hoy, no me cabe duda. Y con un potencial para un cambio de políticas nacionales muy fuerte.

La falta de respuesta del Gobierno a las expectativas que había generado consolida a la oposición, que busca presentar una alternativa más cercana a las aspiraciones de la gente. El potencial para un cambio de políticas nacionales es muy fuerte.

El impacto de un hipotético triunfo del peronismo en Santa Fe sería brutal, a seis días del cierre de listas de las presidenciales... 

Un triunfo o una alegría de los santafesinos que quieren un cambio no debería ser algo que sacuda, debería ser algo que entusiasme también a otros con que hay un camino posible de cambiar un gobierno que se ha empecinado en un esquema financiero, que quedó atado muy duro a las pautas del FMI y no muestra señales de reacción. No solamente habrá una elección previa en Santa Fe, sino en muchas otras provincias. En lo que a nosotros nos interesa, fundamentalmente trataremos de darle a los santafesinos la posibilidad de recuperar la tranquilidad que da tener un empleo. Las dos seguridades que les faltan a los santafesinos: la de la calle, poder transitar con tranquilidad, y la de poder llevar un salario a su casa para alimentar a su familia.

Cuando arrancó este proceso de Macri se definía como desarrollista, decía que su modelo era Frondizi y que había que terminar con la antinomia entre el campo y la industria. ¿Imaginaba que su gobierno iba a tener estas características?

De ninguna manera. Yo hice campaña por Scioli, plenamente convencido de que había que continuar con un mercado interno fuerte, que había que ir generando la resolución de la Argentina a su frente financiero internacional, captar inversiones, pero no abandonar para nada el esquema que había vuelto a plantear una reactivación importante en algunos sectores industriales. Sí creo que allí había que centralizarse en darles más vigor a los que tenían un gran potencial, que el financiamiento internacional pudiera fluir hacia esos sectores para consolidar una recuperación industrial que se había dado, para convertir a la Argentina en un líder agroalimentario internacional, como una verdadera plataforma de negociación con China y el resto de los países asiáticos. Con recordar que en la campaña con muchos sectores pymes el planteo era "Macri es empresario, no va a desarmar estas cosas". 

Que el complejo aceitero argentino, uno de los más importantes del mundo, esté con una capacidad ociosa altísima porque las retenciones al valor agregado son iguales al poroto,  es un ejemplo del retroceso. El gobierno se diluyó en un modelo financiero y de gasto corriente.

¿Y qué pasó?

Creo que la realidad ha ido mucho más allá de lo que algunos imaginábamos, respecto al golpe que hoy tienen estos sectores productivos. Pensar que el complejo aceitero en la Argentina, uno de los más importantes del mundo, tenga a la exportación de granos como la principal actividad, con capacidad ociosa altísima porque las retenciones al valor agregado son las mismas que en los granos, es impensado. Esos sectores jamás dimensionaron que iba a venir tamaño retroceso, que no premiara los niveles de inversión para agregar valor. Esto sumado a la preeminencia de un sector financiero que está lejos de aportar en obras de infraestructura necesarias como apoyo a distintos sectores productivos, para puedan dar un salto en su presencia internacional. El Gobierno se diluyó en negocios financieros y en esquema de gastos corrientes. Allí hubo una dilapidación de muchas expectativas y de mucho sacrificio de los argentinos.

¿Por qué no fue posible ponerse de acuerdo con María Eugenia Bielsa? 

Creo que hubo un diálogo franco, muchas reuniones y había expectativas de cada uno de poder competir por la gobernación. Y uno no considera que haya falta de generosidad en otro porque lo quiera hacer o porque no quiera llegar a una instancia de unidad. La unidad no es solamente una lista única, la unidad es la que va a definir la gente en esta PASO, que va a ordenar la unidad del oficialismo. Son los santafesinos los que van a ordenar a nuestros intendentes, a los presidentes comunales, a los diputados, senadores y también a la fórmula de presidente y vice. Yo aspiro a que esa sea la expresión clara de unidad con la que podamos expresar a todos los santafesinos mucho más allá de una PASO partidaria. Las expresiones sociales sobrepasaron a la formación de los partidos. Uno siente que este espacio en particular -el nuestro, que se llama SUMAR- tiene esa característica: acercar a los santafesinos que quieren un protagonismo diferente de su provincia y que puedan sumar a eso. Mi característica siempre fue esa. Yo tuve en mi gabinete como intendente a gente que no venía de la política, pero que tenía voluntad y capacidad para aportar. Eso lo vamos a trasladar con toda la fuerza a este proyecto.

Esta semana Santa Fe finalmente termino de entregar los papeles en la Corte Suprema en el juicio que tienen contra la Nación, que podría representar un ingreso extra para la provincia de 50 mil a 75 mil millones de pesos. ¿Qué tendría que ocurrir?

Como senador propuse al resto de los legisladores nacionales de todos los partidos una nota de acompañamiento a esa presentación, para que la Corte pueda abocarse lo antes posible a la determinación y a la forma en la que se va a pagar. Pero soy crítico del proceso de negociación: porque como gobernador yo lo hubiese encarado de otra manera. Esta no es una deuda de Macri con Lifschitz, es una deuda de la Nación con la provincia de Santa Fe. Desde el primer momento de asumir, Santa Fe tendría que haberse presentado ante el gobierno nacional. Santa Fe no es solo el gobernador. ¿Yo qué hubiese hecho? hubiese ido con la representación de todas las fuerzas políticas de la legislatura santafesina, con la representación de la producción, del trabajo, de las universidades y del sector científico-tecnológico. Somos todos nosotros los que reclamamos esto para los santafesinos. Dejar claro que no había ninguna connotación política sino el reclamo de una provincia, con la sensatez de saber que de la noche a la mañana no te van a poder pagar todo junto, pero sí con una respuesta de cómo planificar el pago a la provincia. Eso no se hizo y la provincia además se endeudo en 500 millones de dólares emitiendo bonos, cuando nos deben en pesos. Le dijimos en ese momento al gobernador que mientras negociaba, cargara esta deuda de los 500 millones en la Nación, para que fuera la Nación la que tomara el riesgo de cambio mientras no definía cómo pagar su deuda con Santa Fe.

¿Por qué cree que el gobernador Lifschitz no atendió sus sugerencias?

Quizás por lo que decía al principio, que el gobernador tal vez entendió que en ese diálogo que entabló, podía encontrar el acompañamiento del gobierno de Macri (para la reforma de la Constitución provincial). Quizás me equivoque y sea una presunción, puede que haya pensado que recibiría una respuesta de otro tipo, pero creo que el accionar es institucional, el accionar debe ser de la provincia de Santa Fe en su conjunto. Porque esa deuda la Nación no la va a pagar en cuatro años, o sea que cualquiera de otra fuerza política puede gobernar Santa Fe en el próximo periodo y tener un acuerdo entre todos -no solo en la forma del reclamo, sino en el uso- hubiese sido lo deseable. 

¿Si gana usted que haría con esos recursos?

Uno cree que con esos recursos extraordinarios hay que hacer algo que no se podría hacer todos los días, y para nosotros esos recursos tienen que ir al potencial que Santa Fe tiene que cuidar y cultivar: su gente y su formación. Tenemos que usar esos recursos para dar un salto en la formación de nuestra gente, desde la edad más temprana hasta la mayor cantidad de alumnos en la universidad. Y subir el piso de las necesidades elementales de nuestra provincia: agua potable y cloacas. Resguardar desde el esquema de salud y apuntalar el diferencial que va a potenciar a las regiones en el futuro: las que brindarán mejor calidad de vida son las que pueden tener mayor nivel de conocimiento y a Santa Fe ahí a todo lo que fue su dotación de recursos naturales bendecida con agua dulce, buenas tierras, gente pionera y emprendedores, le tienen que poner un potencial adicional en la formación de su gente.

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