A pesar de que tanto los López como sus principales operadores minimizaron la derrota del jefe comunal, los números no lo dejaron bien parado de cara a las elecciones de octubre. El grueso de las agrupaciones kirchneristas, que quedaron afuera cuando un acuerdo de cúpula le dio la lapicera y el dedo al intendente, hicieron tronar el escarmiento.
La estrategia del oficialismo local de tapar a sus candidatos nacionales y provinciales fue un arma de doble filo que le terminó jugando en contra y el resultado se tradujo en un importante corte de boleta.
En los últimos días de campaña, se desató un escandalete de proporciones épicas cuando militantes y simpatizantes del Frente de Todos denunciaron que personas que responden a Facundo López repartieron su boleta junto a la de Juntos por el Cambio y taparon los afiches del candidato a gobernador en la Loma de Gil en Quequén.
Según los datos escrutados hasta el momento por las autoridades electorales, la diferencia de votos entre Alberto Fernández y Facundo López supera ampliamente los 5 mil sufragios a favor del candidato presidencial. Mientras que Axel Kicillof lo superó por 4 mil.
Lejos de la autocrítica, López sostuvo que "en octubre tendremos un final de bandera verde, porque el que piensa que por 4 mil o 5 mil votos de diferencia está todo resuelto, se equivoca".
Vale recordar que el historial electoral de Facundo López se inició en el 2013 de la mano del entonces ultra opositor Sergio Massa, que enfrentó al gobierno de Cristina Fernández y lo ubicó en el Concejo Deliberante. En 2015 ganó la intendencia por menos de 200 votos y en las legislativas de 2017 su espacio obtuvo el segundo puesto con más de 10 mil votos de diferencia a favor de Arturo Rojas, que lideró la lista de Cambiemos.
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