El éxodo europeo crece y tiene un destino: Alemania

En los primeros seis meses del año, más de 500.000 inmigrantes llegaron a la locomotora de la UE
Los europeos huyen de la debacle, el desempleo y la pobreza hacia Alemania.

Desde los 90, la locomotora europea nunca había recibido tantos inmigrantes como ahora. Más de medio millón de personas llegaron sólo en los primeros seis meses de este año. El desequilibrio económico en la eurozona se traduce en dinámicas migratorias, según datos publicados esta semana por la Oficina Federal de Estadística Alemana (Destatis).

En Berlín, el fenómeno es bien visible. Es suficiente frecuentar algunos cafés de moda entre los jóvenes, de los que ofrecen conexión de Internet ilimitada, como el Sankt Oberholz o el Mein Haus Am See en el barrio de Mitte. Acá se encuentran los recién llegados del resto del mundo.

Muchísimos son griegos, italianos y españoles. Llevan pocos meses en la capital, la mayoría de ellos no habla alemán, buscan oportunidades en el bullicioso mundo de las empresas digitales. Son jóvenes y, terminada una carrera universitaria en su país, buscan suerte en la locomotora europea. Demasiado a menudo, ignoran que la tasa de desempleo en Berlín es del 13%, lo que convierte a la capital en una verdadera oveja negra en este país. A veces tienen suerte, otras no y terminan trabajando en bares con contractos precarios o directamente piden el todavía generoso subsidio de desempleo.

Anteayer Destatis ofreció números que confirman las impresiones. Fueron exactamente 501.600 los inmigrantes que llegaron a Alemania entre enero y junio, es decir 66.000 o el 15% más que los llegados hace un año, después de que en 2011 la inmigración hacia Alemania se situara en los niveles más altos desde la reunificación alemana.

Del total de los recién llegados, 447.000 tienen ciudadanía extranjera y unos 54.000 ya poseían la alemana. La cercana Polonia se confirma como el país de procedencia de la mayoría de los nuevos migrantes, con 89.000 personas.

Pero el gran aumento se registra desde Grecia: fueron 15.700 los ciudadanos de ese país que hicieron las maletas hacia Alemania, es decir, un 78% más que el año anterior. Desde España llegaron unas 11.000 personas, con un incremento del 53%. Desde Italia el flujo se confirmó abundante con unas 10.863 personas, algunos centenares más que el año anterior. Y también se destaca Portugal, con unos 2000 inmigrantes.

Fuera del euro, pero siempre en la UE, los expertos alemanes destacaron también un significativo aumento de los inmigrantes procedentes de Hungría, otro país que atraviesa una difícil situación económica.

Los húngaros llegados a territorio germano fueron un 46% más que el año anterior. De manera menos significativa, aumentó también la inmigración de otras áreas geográficas. Creció un 10% los llegados desde África, un 5% desde Estados Unidos, y un 2% desde Asia. Los argentinos fueron 815, un número muy parecido a 2011.

El fenómeno fue ampliamente documentado por la prensa local. A comienzos de noviembre, el diario berlinés Berliner Zeitung publicó un informe en el que contaba que, "los cursos de idioma alemán en el barrio de Neukölln, antes frecuentados por migrantes turcos, ahora tienen las clases llenas de españoles, italianos y cada vez más griegos".

Precisamente hacia este barrio multiétnico, con precios de alquiler todavía accesibles, se muda la mayoría de los recién llegados a Berlín.

El año pasado fue justamente Angela Merkel quien invitó a viajar a Alemania a los "trabajadores calificados" del resto de Europa. En efecto, el envejecimiento de la población alemana y una economía todavía robusta requerirán empleados calificados en los próximos años. La economía alemana perderá 250.000 trabajadores anuales a partir de 2015. Se trata de un hueco que expertos y políticos sugieren tapar con la inmigración.

En este contexto, tuvo cierta repercusión la historia del pueblo de Schwäbisch Hall, en el rico estado federado de Baden Würrtenberg.

Se trata de una localidad de 37.000 habitantes y con una tasa de desempleo del 3,4%, que el año pasado quiso aprovechar de la campaña de Merkel con los trabajadores extranjeros para cubrir 2500 vacantes.

Su intento de promoción hacia el exterior tuvo como resultado la publicación de un artículo en el Diário Económico, de Portugal. El periodista describía un lugar ideal donde los sueldos pueden llegar a 2700 euros mensuales y la instrucción es totalmente gratuita. En sólo dos días, la Oficina de Empleo local recibió 10.000 postulaciones procedentes desde Portugal.

Aun así no se sabe hasta cuándo la economía alemana logrará resistir a una crisis que parece ahora amenazar también a Francia, su principal socio comercial. Los mayores indicadores económicos no son positivos, aunque por ahora el empleo se sigue confirmando a niveles récord.

FRANCIA, ¿BOMBA DE TIEMPO?

Las autoridades francesas criticaron airadamente ayer un artículo del semanario británico The Economist que acusa a Francia de ser una "bomba de tiempo en el corazón de Europa" y un peligro para el euro. La portada de The Economist muestra siete "baguettes" unidas por una bandera tricolor francesa con una mecha encendida en el centro.

El principal artículo del semanario expresa su preocupación de que las reformas económicas del presidente François Hollande no sean lo suficientemente ambiciosas, y advierte que los mercados financieros podrían volverse en contra de Francia y poner en peligro el futuro del euro. "Honestamente, The Economist nunca se ha distinguido por su sentido de imparcialidad", dijo el ministro de Industria, Arnaud Montebourg, a la radio Europe 1..

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