"Estamos en peor circunstancia que en la última gran inundación"

La agrupación de Inundados de Luján sobrevoló el río Luján junto al intendente Oscar Luciani. Sergio Frascaroli, integrante de la agrupación, sostuvo que "no hay una sola máquina en toda la cuenca". Cuestionó los trabajos del Canal Santa María: "La obra más costosa está rozando la corrupción".

 

Tras ser recibidos por el intendente en la Sala de Situación de la Municipalidad, integrantes de la agrupación Inundados de Luján sobrevolaron la cuenca del río Luján junto a Oscar Luciani donde quedó al descubierto la ausencia de máquinas para encarar las obras que tiene como objetivo mitigar las crecidas, además de la falta de control en la invasión de los emprendimientos privados en los humedales.

“El intendente constató que, en toda la cuenca, no había una sola máquina trabajando”, expuso Sergio Frascaroli, uno de los referentes de la organización vecinal. En tal sentido, expuso la “incertidumbre que existe entre la gente por la falta de obras. Ya van dos años y medio de gobierno, todavía no comenzaron las obras ni tampoco se sabe cuándo se van a iniciar”.

Por eso, afirmó que “estamos dependiendo del tiempo y en peores circunstancias que en el 2015, cuando fue la última gran inundación. Por el hecho de que se siguen construyendo emprendimientos río abajo, no hay control, se levantó la medida de no innovar de Arroyo Salgado, todos tienen vía libre para seguir construyendo y el órgano que tiene que controlar, tanto el ADA (Autoridad del Agua) como el COMILU (Comité de Cuenca), no cumple con sus funciones”.

Además de afirmar que “solamente se hizo una limpieza de las márgenes”, el sobrevuelo también dejó en evidencia las irregularidades dentro de nuestro distrito. “Le mostramos al intendente la cava que está hecha al costado del río entre Walmart y La Concepción para rellenar tanto para la construcción de los cines como los terrenos ubicados detrás del barrio cerrado para levantar y seguir construyendo”, detalló Frascaroli.

La cava se encuentra dentro de una franja de 100 metros de restricción, donde no se puede realizar ninguna intervención. “Encima, para que nadie la vea, está dentro de un monte de los acacias. El intendente se comprometió a hacer la denuncia en Minería”.

Esto tiene una influencia directa en el comportamiento del agua en caso de una crecida: “El agua va a escurrir para otro lado. Esto va a perjudicar a los barrios Juan XXIII, San Fermín y Santa Marta. Por empresarios inescrupulosos, están haciendo que más vecinos se inunden”, cuestionó. 

Por otra parte, en la reunión realizada en la Sala de Situación, Luciani se comprometió a que el megaloteo de Rodizio no va a avanzar, teniendo en cuenta que se encuentra en una zona inundable. “Nosotros tenemos un mapa de la mancha de inundación y hay una filmación donde se ve ese lugar. En época de lluvias torrenciales, se inunda 200 metros de cada lado del arroyo Pereyra. El intendente nos dijo que ese lugar no iba a ser loteado. A nosotros no nos interesa el negocio económico, siempre y cuando no afecte al vecino. Sabemos que si ahí se construye, va a haber más inundados. Y si ellos levantan terrenos ahí, va a afectar a otra gente. Por eso, planteamos nuestra preocupación. Él nos aseguró que el loteo de Rodizio no se iba a realizar”, adelantó.

Frascaroli agradeció la actitud del intendente Luciani que “nos está acompañando en nuestro reclamo porque no solo cumplió dándonos la audiencia sino que también sobrevoló con nosotros la cuenca y se comprometió a entregar un sobre cerrado al jefe de Gabinete, Federico Salvai, en el cual nosotros hacemos la denuncia sobre distintos hechos, que por carácter de privacidad queremos que se entere nada más que el ministro y la gobernadora y que no podemos mencionar públicamente porque el gobierno tiene que investigar todo esto”.

IRREGULARIDADES

Por otra parte, Frascaroli marcó varias anomalías graves en toda la cuenca. Río abajo, apuntó contra la construcción de un canal paralelo al Santa María al que consideró “innecesario”. “Lo dicen muchos ingenieros, porque no cumple la función para el cual se quiere construir que es evitar las inundaciones. El canal gran parte del año no es un efluente del río Luján sino un afluente. El Paraná ingresa al canal y hace de tapón”.

Esta obra no estaba contemplada en el estudio realizado por la empresa Serman, elaborado durante la gestión provincial anterior. “Vemos sospechoso este cambio. Ese proyecto original se modificó en la parte de la construcción de un canal nuevo, es decir, la ampliación del Santa María más la construcción de otro canal. Por información que poseemos, ese canal, que va a costar 580 millones de pesos, es innecesario ya que no va a evitar las inundaciones sino que las puede llegar a agravar si el Paraná está muy crecido”.

Justamente, en el sobrevuelo, pudieron documentar cómo el caudal del Paraná ingresa 1.500 metros sobre el actual curso de Santa María. “La sospecha es por qué se hace ese nuevo canal. Le explicamos al intendente que hay un proyecto inmobiliario que se llama Bahías del Paraná, en el cual un empresario ya está vendiendo lotes en un lugar inaccesible. Con los 3 millones de metros cúbicos de tierra que se va a extraer del canal nuevo van a hacer un camino de acceso a este emprendimiento inmobiliario”.

Por eso, Frascaroli sostuvo que, “la primera gran obra -y la más costosa del Plan Integral-, sospechamos que está rozando con la corrupción. Si el destino de esas tierras es esa, nosotros como contribuyentes de la provincia estamos ayudando a un empresario a desarrollar un emprendimiento inmobiliario”.

Por otra parte, denunció la falta de control de las construcciones sobre los humedales. “Hay emprendimientos inmobiliarios que, sabiendo que va a haber obras como son las ampliaciones de los puentes, por la cual les va a llegar más agua, están subiendo los terraplenes que van a afectar terriblemente a la ciudad de Luján. Porque cuando uno hace un terraplén, estrecha el paso del agua, disminuye el escurrimiento y hace que quede más tiempo en la ciudad”.

En esa misma línea, expuso que “el órgano que debe controlar todo esto es el COMILU y todavía no se reglamentó ni se formó el órgano consultivo en el cual pueden tener voz las distintas organizaciones. Vemos que todo es muy sospechoso porque si no hay órgano de control y todo el mundo hace lo que quiere, en definitiva es una anarquía que existe en la cuenca”.

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