Ejércitos de trolls: cómo opera la nueva militancia web desde la oscuridad

Ejércitos de trolls: cómo opera la nueva militancia web desde la oscuridad

La oposición señala al Gobierno por los mensajes ofensivos en redes sociales, pero hasta ahora no surgieron vínculos concretos. Los tipos de usuario y las formas de disputar en el campo de batalla virtual.

 

"Que Marcos Peña deje de mandarme a sus trolls" es una denuncia que se escucha cada vez más en boca de políticos y periodistas críticos del gobierno de Cambiemos. La mayoría de las acusaciones en ese sentido no consiguen pruebas concretas que vinculen a las hordas de usuarios anónimos con el Gobierno, ni logran llegar a un espacio legal. ¿Hay forma de judicializar el comportamiento de los usuarios falsos que persiguen por las redes a quienes critican el oficialismo? ¿Quiénes son los trolls y de dónde provienen? 

La aparición de trolls en la política argentina es un fenómeno reciente, pero dista de ser nueva. Hace cinco años, Jorge Lanata inauguró la emisión de Periodismo Para Todos con un informe sobre "los twitteros K", en el que denunciaba una red de usuarios truchos dedicados a instalar y masificar temas de la agenda kirchnerista. Los ejércitos de cuentas tienen la facultad de descalificar y perseguir a las voces que no sean de su agrado. Muchos denuncian que provienen desde los propios espacios políticos. 

Un estudio de la Universidad de Oxford denominado Troops, Trolls and Troublemakers: A Global Inventory of Organized Social Media Manipulation ("Tropas, Trolls y Problemáticos: Un Inventario Global de Manipulación em Redes Sociales") reveló que Argentina está entre los 28 países que operan con este tipo de usuarios anónimos. El reporte afirma que nuestro país y Ecuador son los únicos en los que los robots salen desde la propia Casa de Gobierno, aunque no aporta pruebas concretas en ese sentido.

Nicolás Pechersky, director nacional de Internet del Ministerio de Modernización, aseguró a Perfil que ante todas las campañas negativas y de trolls que le ofrecen desde el equipo de campaña al Jefe de Gabinete experto en comunicación, Marcos Peña, su respuesta es la misma: "La energía es una sola, no la gastes en esto". 

Para el joven especialista en redes y militante del PRO, "los trolls pueden venir en algunos casos de militantes a favor del gobierno con los que intentamos contactarnos para pedirles que no los usen". Y cuestionó el estudio: "¿Cómo hacen para rastrear una IP desde Oxford?".

¿Cómo funcionan? Un analista experto en el tema, que prefirió reservar su identidad para evitar la persecución de dichos robots, explicó a este portal que el uso de estas técnicas fortalece la fragmentación social, fenómeno mejor conocido aquí como "la grieta". "Los trolls son muy fáciles de identificar porque su contenido es siempre exclusivamente político, y basado en criticar hasta el cansancio a alguien o defenderlo de cualquier crítica", detalló.

Los usuarios que se engloban, grosso modo, como trolls, pueden separarse en tres categorías: una son los "bots" (versión corta de "robots"), que se crean y administran en masa. No tienen una identidad definida y se usan ante todo para difundir mensajes o hashtags repetidos en miles de cuentas similares, en busca de instalar temas en la lista de "trending topics" y generar ruido en otras conversaciones. La segunda son los "fakes" ("falsos"), usuarios que se hacen pasar por personajes reales (como periodistas famosos) o inventados. Suelen publicar mensajes propios y compartir mensajes de otros usuarios de la misma sintonía ideológica. Pueden, además, ser manejados por las mismas "granjas" que operan bots, o por usuarios independientes. Por último, los "trolls" (nombre que proviene de las criaturas de la mitología nórdica) se dedican a los mensajes propios y a hostigar a otros usuarios, también con nombres de fantasía. Por lo general los maneja una persona (o grupo) de forma independiente, aunque en ocasiones operan también en granjas o bajo las órdenes de determinados espacios políticos.

"Hay un sector que está relacionado a la militancia de un partido y no necesariamente tenga una vinculación directa con el espacio y otro sector que está profesionalizado y financiado para hacer el trabajo sucio", explica el especialista. En ambos casos, aclara que es muy difícil que se trate de un trabajo realizado por funcionarios directos de un espacio, que por eso buscan tercerizar la tarea para desligarse de responsabilidades. "Es cierto que Cambiemos tiene más recursos, pero es algo que usan todos los espacios", profundizó.

El funcionamiento es casi siempre el mismo: "Utilizan influencers o grandes cuentas que contienen un mensaje político para luego reproducirlo en cuentas falsas diferentes". En el caso de Twitter, con un simple retweet van aumentando el alcance del mensaje. Si bien quien investigue a estas cuentas fakes puede denotar una actividad diaria, también se puede observar con claridad cómo aumentan su presencia ante los temas de agenda que explotan en la opinión pública. Y, por lo general, los menos sofisticados dejan la clara evidencia en el horario. Muchos estudios determinaron cómo los trolls comenzaban a tuitear y retuitear con una gran efervescencia y velocidad en determinada franja horaria, como si cumplieran "turnos" laborales, y luego parecían sincronizarse en el momento de su inactividad virtual. 

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