La economía de Macri demora el despegue más de lo esperado

La economía de Macri demora el despegue más de lo esperado

El plan del Gobierno no termina de despegar. La lógica del gradualismo mantiene atrapados al Presidente y su gabinete

Si los elogios se pudieran medir en dólares, ya tendríamos pagada la deuda externa". La definición pertenece a uno de los hombres más importantes del gobierno. Es que Mauricio Macri y su equipo económico desde la visita de Barack Obama a Buenos Aires, en marzo, no han parado de recibir aplausos de la comunidad financiera internacional, de hipotéticos inversores, de gobiernos y de instituciones como el FMI o el Banco Mundial.

Las ponderaciones en general apuntan a las "reformas" que adoptó el "Presidente Macri" que "han puesto a la Argentina otra vez en la senda correcta". Sin embargo, a diferencia de los noventa -Menem+De la Rúa- ahora agregan párrafos nuevos y entonces hablan de "preocupación", de "pobreza", del "cuadro social", y lo que es más importante de la importancia del "gradualismo en las reformas". Y un hecho inédito: hasta aceptan demoras en la implementación de la nueva economía, como prefiriendo esperar un tiempo, poniendo el acento en la importancia de confirmar el "cambio" en las elecciones legislativas del año que viene antes que en aplicar el tan temido "ajuste".

Todo perfecto para Macri, salvo por un detalle: los brotes verdes que tienen que mostrar que la economía comienza a recuperarse siguen sin aparecer o no se muestran sólidos y sustentables, como el caso del despacho de cemento, que aumentó en agosto y bajó en septiembre. Y esta demora tiene su correlato: cuanto más tiempo se demore la que se cree segura recomposición de la economía, mas gradualismo habrá que aplicar y, por lo tanto, más aumentará el gasto, el déficit y la deuda para financiar la rueda. En esta lógica hoy está atrapado el Presidente y su gabinete.

El aumento del déficit expone la pelea entre gradualistas y ajustadores

En el equipo económico y entre todos los especialistas que se consulten, propios y ajenos, se coincide en que:

a) La recuperación de la economía es inminente. Que ya debieran haber aparecido signos de vitalidad. Que el 2017 será mucho mejor que año actual y que el gobierno logrará cerrarlo con un signo positivo del orden del 3%. Agregado: informes del sector industrial demoran el despegue recién para el 1T17 y no antes.

b) Que la inflación se "desinflamó" a niveles inferiores al 2 por ciento. Y que solo resta percibir el efecto de las facturas de luz y gas de octubre.

c) Que el nivel de endeudamiento con el mundo privado, cercano al 30% del PBI, no es grave, salvo que siga subiendo entre 5 y 10 puntos más en los próximos años, sin un crecimiento sostenido de la economía que acompañe.

d) Finalmente hay una realidad que todos admiten en privado. Ha sido notable el error en los pronósticos sobre la economía 2016. No hubo lluvia de dólares post levantamiento del cepo, ni de inversiones post acuerdo con holdouts, la economía no estaba con el dólar a 15, la inflación se disparó, el aumento de tarifas se convirtió en "tarifazo" y el segundo semestre, bien gracias. Ni siquiera pequeños buenas noticias como el aumento en el despacho de cemento de agosto, aguanto en septiembre. Hasta el Banco Mundial fallo -no es nuevo- y tuvo que actualizar a 1.5% de 0.5% la caída de la economía local en el año. Las consecuencias sociales (negativas) son palpables: según FIEL, los niveles pobreza e indigencia aumentaron 41% en el último año.

e) A favor: hay un brote real y es que las caídas en los indicadores parecen indicar que lo peor ya pasó.

f) La reaparición de Cristina en escena es una de doble filo para el gobierno. Por un lado, le ayuda en términos electorales: una Cristina candidata podría ser la mejor noticia para Cambiemos. Muchos electores de clase media correrán a buscar la boleta alternativa al FPV sin importar de quien se trate, temerosos de un hipotético regreso de la ex Presidente.Pero en el plano internacional la permanencia de Cristina muestra un país que no abandona su pasado y sigue nostálgico del kirchnerismo. 

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