Como era de esperar, las paritarias docentes convocadas por el gobierno provincial solo sirvieron para que el Ejecutivo a través del Consejo Provincial de Educación, ratificara el último ofrecimiento: 10% sobre el título, que en términos reales de impacto sobre el sueldo docente, constituye un 3% de aumento salarial. Esto ya había sido rechazado por la ADOSAC en la última paritaria, sacando un paro de 120 horas y en la de hoy volvió a rechazar la oferta y además, la dirigencia docente consideró “una burla” y un “sin sentido” el llamado a paritarias para no decir nada, no tener ninguna proposición superadora y promover el descontento que indudablemente profundiza la crisis y el conflicto que está en su punto más crítico.

Mientras a los judiciales se les niega el aumento, los jubilados no cobran, a los maestros se les debe parte del sueldo de febrero, el incentivo docente y los aumentos del 2016, en la provincia de Buenos Aires, la gobernadora María Eugenia Vidal, en una entrevista por Canal 13, defendió el envío de fondos a las provincias por parte del gobierno nacional y señaló que el presidente “ya giró los fondos a las provincias para que discutamos las paritarias”, dijo Vidal y afirmó “los gremios lo saben, porque hay un componente del salario docente que lo paga la Nación que ya giró esa plata y giró el 18% más” y dijo puntualmente “con lo cual no se explica, que en provincias como Santa Cruz la gobernadora esté ofreciendo el 3%, cuando la nación giró los fondos. Como yo los recibí lo recibieron todas las provincias”, concluyó Vidal en medio de una larga explicación que dio para posicionarse frente al reclamo gremial de los docentes encabezados por Baradel.

De lo señalado por Vidal, resulta claro que Santa Cruz ha recibido los fondos nacionales con destino a la Educación más el 18% correspondiente al aumento por costo de vida e inflación. Esto se contradice con el escaso 3% (real) que ofreció el Ejecutivo a la ADOSAC y a partir de aquí, se encendió una bomba con mecha corta, porque ahora la dirigencia gremial intentará que la gobernadora explique, rinda y exponga qué hizo con los fondos y por qué no paga como corresponde.

OPI tuvo acceso a una importante fuente gubernamental, quien aseguró que en el Banco Santa Cruz, el gobierno posee desde el lunes, más de 100 millones de pesos, lo cual alcanzaría para pagar los salarios adeudados, el incentivo docente y los haberes jubilatorios que restan abonar. Lo que nadie se explica es por qué la gobernadora ha decidido retener los fondos en vez de descomprimir la situación social-política y gremial que amenaza con complicar aún más la gobernabilidad en Santa Cruz.

Desde adentro de la Legislatura, fuentes de esta Agencia han asegurado que el Vicegobernador Pablo González “camina por las paredes” y sostienen que en privado ha dicho “si Alicia no sigue, yo me rajo a la mierda. Ésta parada no la banco solo”, haciendo alusión a un presunto apartamiento que podría hacer la gobernadora de su cargo, aludiendo a “cuestiones de salud”. Hoy Alicia Kirchner no tiene apoyo político de ningún otro sector que no sea el oficialismo y dentro de ellos, una parte mira de reojo las consecuencias que puede traer para el gobierno y su entorno inmediato, una crisis política-institucional, producto de la convulsión social que podría generarse si el Ejecutivo no puede romper la inercia del conflicto, cumpliendo (al menos) con el pago de los salarios en tiempo y forma y el sostenimiento de la Caja de Servicios Sociales, que hoy tiene la mayoría de los servicios cortados en los sanatorios y farmacias de Santa Cruz.