Culpar a Turquía, la tentación de Marcos para repartir el costo de la crisis cambiaria

Culpar a Turquía, la tentación de Marcos para repartir el costo de la crisis cambiaria

El gobierno amaneció con un escenario que se esperaba: el dólar por las nubes. La estrategia exprés digitada por el presidente del Banco Central, Nicolás Caputo, no tardó en concretarse: aumentar las tasas de interés al 45%, limitar la venta de dólares y cancelará la totalidad de las Lebacs.

 

Sin embargo, la coincidencia de los voceros del equipo económico de la Casa Rosada tiene una coincidencia: evitar habla de la falta de solvencia y de cintura para superar una corrida cambiaria y apuntalar todos los argumentos para demostrar que “todo ocurre por la crisis turca”.

Pero hay una explicación que excede el análisis duro de la economía. Las inversiones que nunca llegaron impidieron la posibilidad de tener un sistema financiero solvente para calmar posibles coletazos internaciones, como sucedió en esta ocasión con el tsunami turco.

La tentación del oficialismo de adjudicar la crisis económica de estos días a un terremoto económico del país europeo y asiático esconde una serie de medidas con la firma del Banco Central y el ministerio de Economía que no alcanzaron para evitar que el peso se convierta en una de las monedas más vulnerables en el mundo. 

 

El dólar en la city, por encima de los $30.

El riesgo país de Argentina aumentó 11% el último viernes y superó los 700 puntos. El de Turquía, por su parte, subió 16% a 542 puntos. Dos de las economías emergentes más débiles del mundo. Nada de guerra comercial y efectos externos. Un baldazo de realidad de decisiones que se tomaron los últimos años.

En El Cronista, el periodista Alejandro Colle describió con detalles los riesgos de “echarle la culpa a Turquía” para explicar la crisis económica en la Argentina. “Ambos tienen por delante un horizonte complejo. De poco servirá atribuir culpas, ni a Erdogan, ni a Trump y sus guerras comerciales o a la suba de las tasas de interés”, explicó en su columna.

Al margen del contexto global, la Argentina vive momentos de crisis que atraviesan la confianza y la credibilidad sobre la sociedad. El caso de los cuadernos, con exfuncionarios y empresarios “arrepentidos”, golpeó de lleno en la esperanza de los argentinos de vincular a los políticos con la transparencia. Y empantanó, a su vez, el escenario para alguna inversión que podría llegar.

Hoy fue un lunes negro para el gobierno, que mañana intentará calmar la corrida cambiaria (el dólar roza los $31) con la colocación de las Lebacs. ¿Se convirtió Turquía en el mejor culpable de la crisis de la Argentina? 

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