Es difícil medir el impacto negativo de cara al 27 de octubre. Era lógico que todo el arsenal mediático, encabezado por Jorge Lanata, iba a buscar convertir este desliz en otro “cajón de Herminio”, recordando aquel gesto en el cual el candidato a gobernador bonaerense peronista de 1983, Herminio Iglesias, prendió fuego en la tribuna en el último acto multitudinario del PJ, un ataúd de la UCR con leyendas sobre Alfonsín. Miles de personas esa noche cambiaron su voto, y Raúl Alfonsín en nación y Armendáriz, en provincia, se impusieron en los comicios.

Hoy desde Tres Líneas evaluamos, para estos “errores de juventud” por parte de Cabandié y otros, un impacto mayor hacia adentro del peronismo que acompaña al gobierno nacional y provincial, con todos los matices que allí se encuentran.

Lo que queda claro es que los tiempos de poder de La Cámpora, y su presencia en lugares estratégicos de la gestión estarían contados.

La Liga de Gobernadores cuenta con cuadros jóvenes, especialmente el sciolismo, preparados para ocupar los cargos que hoy en ANSES, Aerolíneas y otras empresas y áreas del estado tiene a jóvenes K y sectores de La Cámpora.

La soberbia, el encerrarse en el mismo sector, los errores en los análisis políticos y económicos de los cuadros de la Cámpora, y cierta actitud revanchista hacia los más veteranos, todo esto, tiene un costo. Costo que se paga en las malas, en la caída de poder. Y a los pibes les ha tocado. Será positivo para ellos, porque de los dolores también se aprende.

Y aprenderán también que la venganza, es un plato que se sirve frío, bien frío.