La chica con huesos de cristal tendrá casa gracias a la cruzada solidaria

La chica con huesos de cristal tendrá casa gracias a la cruzada solidaria

La historia de Milagros Díaz (16), la adolescente que padece osteogénesis imperfecta, enfermedad conocida como huesos de cristal, sigue conmoviendo a los vecinos del barrio que se unieron a la cruzada Todos por Mili, y hacen un esfuerzo para poner en condiciones las veredas de sus casas para que la chica pueda volver a la escuela, ya que las calles del barrio no le permiten salir de su domicilio para asistir al establecimiento que queda a tan sólo siete cuadras de su vivienda.

Esta campaña de la solidaridad que fue reflejada en una publicación en la edición digital de El Territorio el pasado 21 de enero fue quizás un puntapié para que el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha) tomara conocimiento de la situación y se propusiera colaborar con la cruzada.

Es por ello que el pasado 23 de enero Elena Maciel y Eduardo Díaz, padres de Milagros, recibieron la visita de representantes del Iprodha, quienes realizaron un relevamiento socioeconómico de las condiciones en la que vive la humilde familia. “Estuvieron acá, nos preguntaron cómo vivimos, cómo nos mantenemos, vieron la casa y nos dijeron que iban a tratar de ayudar con la reparación de la rampa y de un tramo de vereda para que Mili vuelva a la escuela”, explicó Elena Maciel en diálogo con El Territorio.

El papá de la adolescente mantiene a la familia cortando césped y su madre hace changas, por lo que la ayuda es recibida por ellos con los brazos abiertos.

Serie de eventos afortunados

Desde allí se desencadenaron una serie de situaciones que sorprendieron a la familia, como la llegada de un capataz de obra que a los dos días de la reunión arribó al domicilio de Mili y manifestó que habría que construir una casa nueva y no una rampa. Es así que pocos días después llegaron los materiales y los obreros comenzaron con la construcción de una casa prefabricada que brindará mayor comodidad a Milagros, ya que contará con la instalación eléctrica un poco más baja para que pueda manejarse sin problemas. La obra estaría finalizada en quince días, indicaron los obreros que ejecutan la obra.

“Fue una sorpresa porque nosotros nunca solicitamos ayuda al Iprodha, sabemos que son trámites eternos, pero estamos seguros que eso viene desde arriba, es una bendición de Dios. Mili está muy feliz y sobre todo nos sorprende la rapidez en la que empezaron las obras. El mismo capataz nos dijo que él hace un relevamiento y la obra sale un año después, pero esto fue todo muy rápido, no tenemos palabras para describir lo que pasa”, manifestó Elena emocionada.

Por otro lado, los vecinos continúan con el trabajo de construcción de las veredas, pero la familia se encuentra con otro inconveniente, puesto que en el trayecto existe una plaza y un terreno contiguo a la escuela secundaria BOP 89 que no cuentan con veredas, por lo que es otro obstáculo a superar.

Elena contó que durante dos años seguidos anotó a su hija en la escuela, pero finalmente no pudo llevarla por carecer de un camino acorde a la silla de ruedas. Durante toda la primaria, Elena llevaba a Mili en sus brazos, a upa.

“Con todo esto vamos a ir a la escuela a buscar un lugar para ella, creemos que este año se podrá asistir”, dijo esperanzada. 

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