Se registró una notable caída en el consumo de la carne vacuna en comparación al año pasado, ya que desde el sector indicaron que la gente compra menos cortes de vaca y opta por llevar piezas de cerdo o pollo. El aumento en los precios es el principal factor para la reducción de venta, por lo que se advierte un fortalecimiento en las propuestas de los mercados populares.

La provincia no está ajena a la realidad de Buenos Aires, donde la Cámara empresaria reveló que las ventas retrocedieron un 3,7 por ciento desde enero a la fecha. Referentes locales señalaron a EL LIBERTADOR que desde hace varios meses que la venta viene bajando y no sólo en productos cárnicos sino en general.

"Nosotros vendemos prácticamente igual, aunque es cierto que existe una variante que se trata en que la gente se está volcando a comprar pollo y cerdo y lleva menos carne vacuna", indicó un puestero del Mercado de Productos Frescos.

Agregó que "el cambio está dado fundamentalmente por el precio, pero además porque las piezas de cerdo y pollo son más magras, saludables".

Si se tiene en cuenta valores para una comparación, el kilo de pollo se está comercializando a 24 pesos y el kilogramo de nalga a 40 pesos. Más allá de la tendencia que se está dando en el producto cárnico, los trabajadores del Mercado de Productos Frescos remarcaron que en todos los sectores hay un marcado descenso de venta.

Según un informe elaborado por la Cámara Argentina de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), de enero a mayo el consumo interno de carne vacuna cayó 39.300 toneladas respecto de igual período de 2013. La cifra representa una merma del 3,7 por ciento. Si este indicador se anualiza, el retroceso trepa al 4,6 por ciento.

El presidente de Ciccra, Miguel Schiariti, en diario de tirada nacional advirtió que la caída del consumo se debe "básicamente por la pérdida del poder adquisitivo", que esa tendencia "se va a seguir agravando en la medida en que continúe esta inflación". En su opinión, el cierre de paritarias amortigua la baja, pero los aumentos no alcanzan a "compensarla" ya que no se otorgan en una cuota.

Además, alertó que la merma es más sensible en los supermercados. "Cayó más en los supermercados porque sus precios son de 20 a un 30 por ciento más caros que en las carnicerías".

Éxito en los mercados populares

El precio de la carne fue aumentando gradualmente y ello generó que la gente compre menos, afectando a los carniceros y sobre todo a los supermercados.

Ante esta realidad se advirtió un éxito en la comercialización de los Mercados Populares, ya que los emprendedores ofrecen sus productos sin intermediarios y a valores mucho más reducidos.

Muestra de ello es cada jornada de venta itinerante en los barrios, espacios en donde los vecinos hacen colas y compran carnes de cerdo, pollo y verduras frescas a un costo mínimo.