El gobierno parece haber oído el mensaje de las urnas y decidió aumentar el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias a 15 mil pesos. El costo fiscal de la medida es de $4.495 millones en 2013, que en parte se compensará por dos nuevos impuestos: uno a la distribución de utilidades de las empresas y otro a las transacciones de títulos que se hagan por fuera de la bolsa de valores. Sin embargo, con estos tributos se llegaría solamente a $2.056 millones, con lo que los economistas descuentan que la brecha se saldará con más emisión, o con un tributo regresivo como el IVA.

“Parte de la pérdida de recaudación será compartida con las provincias vía coparticipación impositiva, a la vez que, en la medida que no se racionalice el gasto, todo indica que el anuncio será financiado con más emisión de pesos, con su consiguiente impacto inflacionario, de manera que la medida tendría un tinte regresivo, al beneficiar al segmento de trabajadores de mayores ingresos y perjudicar, vía una suba del impuesto inflacionario, a los trabajadores informales, de menores recursos", advierte el último informe del Banco Ciudad.

Los economistas llaman "impuesto inflacionario" a las transferencias directas entre el Banco Central y el Tesoro, emisión sin respaldo, que hace que el peso se desvalorice y por ende aumenten los precios.

La consultora Federico Muños y Asociados también alertó por los cambios en materia tributaria de la última semana. “Los recursos que no se consigan vía Ganancias, se recaudarán con el IVA, que lo paga tanto el millonario como el indigente; o peor aún, vía impuesto inflacionario”. De ahí que en ese estudio propongan que el impuesto a las ganancias de las personas tenga un mayor peso del que tiene actualmente, ya que es “el tributo redistributivo por excelencia”.

"Ganancias personales debiera tener un mayor peso que el que tiene en la actualidad y mucho mayor que el que tendrá cuando apenas el 10% de los asalariados, aquellos con ingresos que duplican el salario promedio, tributen Ganancias", refuerza el documento de Muñoz. "El año pasado, Ganancias de Personas Físicas había llegado a recaudar un record de 2,2% del PBI, poco menos de 7% del total de la recaudación impositiva", recuerda el trabajo, y compara: "en los países de la OCDE, los impuestos a las rentas personales recaudan en promedio alrededor de 8,5% del PBI".

Por el contrario, el IVA es señalado entre los especialistas como uno de los tributos más regresivos, porque lo pagan todas las personas por igual, más allá de su ingreso. Pero en la Argentina mientras se baja el impuesto a las ganancias, que pagan los de ingresos más altos, el IVA se mantiene en un 21% y afecta a todos los sectores sociales.

En diálogo con LPO, el economista de Elypsis Luciano Cohan coincidió con ese diagnóstico, aunque aclaró que los 2.000 millones de pesos extra que tenga que emitir el Banco Central “es un número relativamente bajo, que no tendrá un mayor impacto en las variables macroeconómicas”.

En ese sentido, Cohan recordó que el año pasado los giros del BCRA al Tesoro llegaron a los 100 mil millones de pesos, una cifra tan grande en donde 2.000 millones de más o de menos no son representativos.

Cohan resaltó que la emisión de ese monto "continúa con la línea de deterioro del Central”, que ya se viene observando, consideró el analista.

Por su parte Jorge Colina, de Idesa, comentó que, para el gobierno, “toda brecha fiscal se financia con emisión", por lo que la dinámica de lo que se llama dominancia fiscal "va más allá de los cambios en Ganancias”.

De todas formas, sostuvo que el impacto en las arcas fiscales será "transitorio".

“A medida que los salarios vuelvan a aumentar por el efecto inflacionario volverán a tributar Ganancias”, sostuvo el especialista. “El ajuste es parcial, porque afecta solamente a los asalariados que cobran entre $8.000 y $12.500 y en menor medida a quienes ganan entre 12.500 y 20.000”, explicó. Desde Idesa apuntan que la medida discrimina al resto de los asalariados y a todos los trabajadores autónomos.

“Las nuevas medidas aumentan la presión impositiva”, dice Colina, porque las empresas pasarán a pagar un 45% sobre las utilidades, cuando hasta antes del anuncio pagaban un 35%, a lo que se sumará un tributo por las transacciones financieras realizadas por fuera del mercado de valores.

“Son impuestos que se recaudan con inflación”, amplía Colina, porque la suba de precios repercute en el aumento nominal de las ganancias, ya sea de empresas o de personas, argumenta. El analista cree que puede caer la tasa de crecimiento del impuesto a las ganancias, pero no su recaudación.

“Sin disminuir los despilfarros en el gasto público, las propuestas de reducción de impuestos tienen un alto contenido demagógico ya que implican más inflación y menos inversión y empleo”, concluyeron en Idesa.