En primera instancia, los barrios privados fueron emprendimientos muy excéntricos y exclusivos que giraban en torno al ambiente del polo o el hipismo. Con el transcurso de los años la conformación de complejos residenciales comenzó a marcar un estilo y hoy son cada vez más las familias que deciden asentarse en estos espacios.
En primera instancia, fueron emprendimientos muy excéntricos y exclusivos que giraban en torno al ambiente del polo, el hipismo y más adelante a la náutica. Hasta que en los años setenta surgió un número de complejos residenciales que comenzaron a imponer en su estética el estilo de los clásicos clubes deportivos.
Son cada vez más las familias que por razones de seguridad, trabajo o simplemente para cambiar de estilo de vida optan por vivir más cerca de la naturaleza en un ambiente protegido y seguro.
La vida tranquila al aire libre, poder disfrutar de las mascotas, una pileta, juegos, y hasta la posibilidad de contar con un colegio en el cual predominen las actividades de huerta y deportes al aire libre son generalmente los motivos por los cuales muchas familias desarrollan gran parte de su vida en este tipo de ámbitos sociales. La interacción con la urbe, en muchos casos, es prácticamente nula o se limita a un entorno de pocos kilómetros de estos barrios cerrados.
Sin dudas este nuevo estilo de vida genera un cambio positivo en las personas.
Residencial
Una urbanización cerrada, barrio cerrado o privado, o simplemente country, es una forma especial de barrio residencial que cuenta con sus propias normas de tránsito, donde para evitar accidentes sólo está permitido circular a baja velocidad. Además, los barrios más grandes suelen tener áreas de uso común o “amenities” tales como clubhouses, áreas comerciales, canchas deportivas, piscinas, parques infantiles o campos de golf, entre otras.
Seguridad
Quienes decidieron realizar emprendimientos de barrios cerrados manifiestan que quienes los habitan optaron por construir sus viviendas allí por su seguridad personal y la de sus familiares, ya que pueden estar en su casa sin que sea necesario contar con medidas especiales de protección y también pueden salir sabiendo que su familia y bienes están resguardados y cuentan con apoyo inmediato en caso de emergencia. Disfrutan haciendo un asado o de la estadía en el jardín tanto de día como de noche, sin tener que estar vigilando o desconfiando ante la aparición de extraños. Las personas pueden salir a caminar o andar en bicicleta por el lugar sin riesgo de ser asaltados y sus hijos y nietos pueden jugar, hacer deportes, bailar o reunirse con amigos, irse a dormir sin el temor de que les sean robados el auto, el estéreo o las cosas que eventualmente queden en el jardín y sin tener que cerrar y trabar puertas y ventanas. Sabiendo además que en caso de tener que dejar la casa sola por algún tiempo, al regresar todo estará intacto. En fin, quienes se mudan a un barrio cerrado lo hacen para disfrutar del lugar donde se vive.
En Pergamino
A principios de la década del 90 los countries se convirtieron en un motivo de atracción para los argentinos y Pergamino no fue la excepción a este fenómeno. Cabe destacar que nuestra ciudad es una de las pocas del noroeste bonaerense que posee un número de countries y barrios cerrados importante.
Con el fin de poder establecer cuáles son las bondades de vivir en espacios de estas características, LA OPINION mantuvo contacto con empresarios que decidieron llevar adelante este tipo de emprendimientos.
De acuerdo con lo expresado por los entrevistados, las inversiones que realizan en la conformación de barrios privados tiene su correlato en que cada vez son más las familias que se inclinan por este estilo de vida, que se dejan seducir por un entorno natural y seguro donde poder criar a sus hijos.
Sirio, un pionero
La enorme ventaja de estos grandes espacios verdes es que les permite a sus habitantes desarrollar una perfecta interacción con la naturaleza y el paisaje y los motiva a practicar deportes como golf, tenis, fútbol y otras actividades. El country pionero en nuestra ciudad fue la Ciudad Deportiva del Club Sirio Libanés, que surgió como una villa deportiva, luego se planificaron las primeras construcciones de casas para vacaciones o de fin de semana hasta nuestros días, cuando existen más de 200 familias que tienen allí asentamiento permanente.
José Banfi, administrador de la Ciudad Deportiva, señaló que “en este predio se ofrece un sistema de seguridad durante las 24 horas, con personal especializado que recorre permanentemente el predio, el monitoreo y control del ingreso de la gente, que debe ser con autorización para aquellas personas que no pertenecen al country. Además las 62 hectáreas que ocupa el barrio se caracterizan por la existencia de diversas especies de árboles, lo que permite disfrute de aire libre y puro.
“Por otra parte el club Sirio Libanés ofrece actividades dentro del predio. Estas actividades son abiertas para los socios del club, que deben mostrar el carnet de afiliado al ingresar”, señaló Banfi.
Barrios cerrados
Rodolfo Meardi es el impulsor del barrio cerrado que lleva el nombre de Las Marías. Haciendo un poco de historia, Meardi manifestó que la idea de realizar este barrio fue producto de una casualidad, dado que “estaba buscando un lote para hacerme una casa, me gustaba el lugar en que se emplaza actualmente Las Marías pero el terreno no podía ser subdividido por ser zona rural, así que decidí comprar todos los lotes y conformar un barrio privado. Un grupo de amigos, la mayoría de ellos ingenieros agrónomos, trajeron la idea del country dado que venían de Buenos Aires y fue así que vendí los lotes, en 1995. La gente de Pergamino tenía mucha reticencia a vivir en barrios cerrados pero con el transcurso del tiempo el pensamiento de los ciudadanos se fue abriendo y hoy una importante cantidad de pergaminenses construyen viviendas en estos espacios.
“El Carmen y La Dormida son otros emprendimientos de los que formo parte y vale la aclaración de que un country no es lo mismo que un barrio cerrado. En los primeros se comparten espacios comunes mientras que los barrios cerrados son residenciales y sólo ofrecen seguridad, ya que en el acceso a los mismos hay una garita con personal de vigilancia”.
Pergamino fue una de las primeras ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires que tuvo countries y barrios cerrados. El aumento de la demanda de la población pergaminense generó la proliferación de este tipo de propuestas.
Interrogado sobre los motivos por los que la población opta por vivir en lugares cerrados, Meardi destacó que: “Lo que se alcanza viviendo en un barrio cerrado es despreocupación; se puede dormir con la puerta de la vivienda abierta, dejar el auto con las llaves puestas y los chicos pueden caminar por la calle sin ningún tipo de problema. Hay ciertas pautas de convivencia que se rigen por el orden y determinadas reglas que hacen a los controles del servicio y determinan el comportamiento de la gente”.
Terra Nostra
Otra de las opciones de barrios cerrados que existe en Pergamino es “Terra Nostra”. Este emprendimiento familiar surgió hace nueve años. Las 6 hectáreas que conforman el barrio están dividas en 48 lotes, cada uno de los cuales cuenta con todos los servicios, “Terra Nostra” es un barrio cerrado inteligente, así lo definen sus creadores dado que se aplicará un moderno sistema de domótica, que es el conjunto de tecnologías aplicadas al control y la automatización inteligente de la vivienda, que permite una gestión eficiente de la energía, además de aportar seguridad, confort, y comunicación entre el usuario y el sistema.
En diálogo con Marcos Tolesano, LA OPINION pudo saber que “la idea de utilizar este tipo de dispositivos es brindar más confort y seguridad a quienes vivan en el barrio cerrado. Nuestro objetivo es que las casas que se construyan en de ‘Terra Nostra’ sean de algún modo inteligentes.
“Tenemos un espíritu innovador porque queremos crear una mejor calidad de vida para las personas que decidan vivir en el barrio cerrado. Además siempre se debe hacer uso de un reglamento interno que les permite vivir a los vecinos en armonía y apreciando la naturaleza, los espacios verdes que son preservados ya que se plantan numerosas especies de árboles y plantas que permitan el contacto permanente con la naturaleza.
“La tranquilidad de la que se goza viviendo en los barrios privados hace que los demandantes sean, en su mayoría, jóvenes profesionales, familias con hijos pequeños o bien adultos mayores que desean vivir sin preocupación”.
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