De una vereda a la otra

De una vereda a la otra

Muchos son los casos de los jugadores que han vestido las camisetas de los dos equipos de Mar del Plata en la historia de la LNB, aunque no son tantos los que pasaron directamente de un club al otro. La llegada de Fabián Sahdi a Peñarol sirve como disparador para recordar los anteriores. ¿Habrá sido el último en este mercado de pases?

El clásico de Mar del Plata atesora muchas historias y protagonistas en sus más de cien enfrentamientos. Varios de ellos han podido vivir este apasionante partido de un lado y del otro, o cumpliendo distintas funciones. Esteban De la Fuente, por ejemplo, disfrutó siendo jugador de ambos equipos y también como entrenador del “tricolor”. Diego Maggi, fue partícipe como jugador de Peñarol aunque también como manager de Quilmes, y hasta el histórico Eduardo Dominé llegó a ser asistente técnico del propio De la Fuente además de haber jugado durante siete años el “súper clásico”.

A continuación, se detallan a los jugadores que pasaron a defender la camiseta del rival en temporadas consecutivas durante las más de dos décadas que llevan jugando en la máxima categoría ambos equipos.

El caso del Adolfo “Gurí” Perazzo es paradigmático. Pasó por ambas instituciones y con las dos ascendió al círculo máximo. Lo hizo con Peñarol en 1987 y jugó en la A con la institución “milrayitas” en 1988, para luego obtener el mismo logro en Quilmes en 1991. Lo particular del caso es que tras haber llegado a la Liga Nacional con el “tricolor”, Perazzo volvió a cruzar de vereda y jugó para Peñarol en la Liga Nacional en la temporada 91/92. Único.

Otro que estuvo en la primera temporada de Quilmes en la Liga Nacional es Esteban De la Fuente.El talentoso alero jugó en Quilmes durante las temporadas 91/92 y 92/93, pero en la 93/94 cruzó de vereda y se vistió “milrayitas” para defender la camiseta de Peñarol, y alzar por primera vez para ese club el trofeo de campeón. De la Fuente fue elegido el jugador más valioso de la final de esa temporada, hecho que repetiría al año siguiente pero jugando para de Independiente de Pico. A través del desarrollo de su carrera, De la Fuente siempre volvió a Quilmes en diferentes etapas y hasta llegó a ser su entrenador. El club decidió retirar su histórica camiseta número 7 para homenajearlo.

Juan Manuel Locatelli llegó a Mar del Plata más para estudiar Derecho que para jugar profesionalmente al básquet. Por algunos contactos y conocidos fue a Peñarol donde diversas circunstancias hicieron que casi de inmediato comenzara a entrenarse con el plantel profesional. Para la Liga 94/95 tuvo su debut en la máxima categoría defendiendo la camiseta “milrayitas”, aunque con el protagonismo escaso de apenas un juvenil en un equipo plagado de estrellas. Casi en silencio, Locatelli pasó a Quilmes donde estuvo otros dos años (95/96 y 96/97), aunque también con muy poco lugar en el equipo principal. Luego de una temporada en el TNA jugando para Siderca de Campana (el equipo fue subcampeón y Locatelli una figura destacada), volvió a Peñarol en la 98/99 para convertirse durante más de una década en uno de los más completos aleros del país.

Esteban “Gallo” Pérez jugó casi tres años en Peñarol, (94/95, 95/96 y 96/97). Pero no completó su última temporada y se fue mal del club. Tras un brevísimo paso por el Murcia de España para terminar la temporada 96/97, el rosarino firmó con Quilmes para defender al “tricolor” en la 97/98. Fue un caso que generó mucha repercusión ya que Pérez se había convertido en un emblema de Peñarol en aquella época.

La de Dante Bruno Jovanovich es una situación particular. El pivote chaqueño había sido reclutado por Quilmes a principios de la década del ´90 y llegó a ser protagonista de muy buenos equipos juveniles del “tricolor” en esa categoría. Formó parte del plantel profesional durante las temporadas 92/93, 93/94, 94/95 y 95/96. Para la Liga 96/97 Quilmes no contó con él y quien sí requirió sus servicios fue el rival, Peñarol, que lo tuvo entre sus filas en la última campaña que el “Ché” Néstor García guió su destino.

La primera vez que Josh Pittman salió de Estados Unidos fue para jugar en Peñarol. El alero no conocía el idioma ni la forma del juego en Argentina. Estuvo a punto de ser “cortado” en su primera temporada, la 98/99. Pero logró torcer voluntades y se convirtió en una de las figuras y referencias “milrayitas”. Las malas condiciones económicas en las que se encontraba la tesorería de Peñarol –y del país en general- tras el trágico final del año 2001, hicieron que debiera marcharse. Pero en la última parte de la Liga 02/03 fue contratado por Quilmes y volvió a “La Feliz” para vestir la “tricolor”. Pittman fue, por promedio, el goleador de la Liga Nacional mientras jugó en Luro y Guido, y hasta llegó a meterse en la historia del “súper clásico”, tras anotar 49 puntos frente a su ex equipo (51 según la planilla oficial, aunque con error). A la fecha, esa cifra se mantiene como la anotación individual más alta de un jugador en la histórica rivalidad de ambos clubes. Pittman luego volvería a Peñarol y se consagraría campeón del Torneo Súper 8 de Neuquén, tras eliminar justamente a Quilmes en semifinales.

El mendocino Juan Pablo Sánchez llegó a Mar del Plata para jugar en Unión. Sus destacados rendimientos con la camiseta “celeste” hicieron que tanto Peñarol como Quilmes posaran sus ojos sobre él. Sánchez, que era muy joven, se decidió por Peñarol, y jugó allí durante 3 temporadas (00/01, 01/02, y 02/03). Unión siguió siendo el dueño de su pase y para la Liga 03/04 apareció Quilmes con una oferta mejor y entonces Sánchez cruzó de vereda y jugó para el “tricolor”. Fueron cuatro en total los años en los que estuvo en el club de Luro y Guido (03/04, 04/05, 05/06 y 06/07). Tras jugar en Boca y Lanús en la Liga, y una incursión en el TNA en Chaco, Sánchez volvió a Mar del Plata para radicarse y jugar en la competencia local.

Fabián Sahdi había tenido una gran actuación en el TNA 12/13 jugando para Huracán de Trelew en el que fue rival de Quilmes, que terminaría por ascender. Su intensa forma de juego, arriesgada en velocidad, más su recuperación basquetbolística, hicieron que el “tricolor” apostara por él para que comparta los minutos en el armado del juego del equipo con el ascendente Luca Vildoza. Durante la Liga 13/14 alternó buenas con malas, con mejores partidos en el comienzo de la misma. El final lo encontró “bailando con la más fea”: Quilmes tuvo como rival a Peñarol en cuartos de final, que traía en su equipo al mejor jugador de la competencia, Facundo Campazzo. A él debió enfrentarse Sahdi durante todo el play off y si bien quedó expuesto en varias ocasiones y su equipo fue eliminado, tras la partida del mencionado Campazzo justamente el entrenador y la dirigencia de Peñarol consideraron oportuno requerir sus servicios y Sahdi aceptó el desafío.

Once años pasaron para que un jugador de uno de los equipos de Mar del Plata pasara al otro para la temporada siguiente. ¿Quién será el próximo?

Martín Pellegrinet (especial para www.pickandroll.com.ar)

En Twitter @m_pellegrinet

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