“Exigimos mayor actitud de control del delito”. Este fue el reclamo que los vecinos del barrio Río Grande hicieron a la Policía durante una reunión en la que se realizó una fuerte crítica al accionar de la fuerza tras la seguidilla de robos violentos.

Alarmados por la dinámica delictiva, unos cuarenta vecinos se juntaron el sábado por la tarde para debatir sobre la ola de robos y la violencia que los azota. Fue en la sede vecinal ubicada en la calle Domene al 200 y allí reclamaron a la Policía más presencia en las calles y que se implementen operativos cerrojos eficientes para dar con los delincuentes.

“Se realizó un fuerte cuestionamiento al accionar policial debido a que con los hechos acontecidos quedó en evidencia que faltaban móviles y que además había demoras en la respuestas a las llamadas de los vecinos ante hechos sospechosos de gente que circula por el barrio”, mencionó un directivo de la vecinal.

Durante el encuentro, las partes reconocieron que se trata de bandas organizadas que hacen inteligencia, seguimiento y observan los domicilios. “No estamos hablando de rateritos”, refirió un vecino.

El comisario Oscar Calfuqueo, jefe de la seccional segunda, estuvo presente en la reunión y realizó una exposición sobre la dinámica de prevención que se desarrolla en el barrio.

“No dudamos del compromiso del comisario ante nuestra preocupación, pero pedimos lo mismo a los agentes, más actitud hacia el control del delito”, manifestó otro de los vecinos que asistió.

Otro pedido a la Policía tuvo que ver con agilizar el pasaje de las notificaciones a las fiscalías correspondientes y que dichas fiscalías investiguen los robos para dar con los delincuentes.

“Sobre los autores de los últimos hechos no ha habido novedades, pero se trata de bandas organizadas que realizan inteligencia y seguimiento. Sabemos que por más que la Policía recorra, los vecinos tenemos que organizarnos. Estamos tratando de mejorar el sistema de vigilancia vecinal organizada”, mencionó un integrante de la vecinal.

Qué piensan los vecinos

“Mientras no haya políticas que fomenten el trabajo en lugar de la vagancia y alejen a los jóvenes de la drogadicción, van a seguir pasando estos casos”, dijo una vecina del barrio.

“En vacaciones nos organizamos, tenemos los teléfonos de todos los vecinos y los de emergencia pegados en la heladera; además sabemos qué quincena se van unos y vuelven otros”, mencionó Germán, un joven de 25 años que nació en el barrio y que hoy vive junto a su familia.

Agregó que “una de las opciones que apoyo sería la implementación de cámaras de seguridad, yo no tengo problema de que vean todo lo que hago, no tengo nada que ocultar. Pero creo que las imágenes sirven como pruebas ante la Justicia. Y si ahí no se mueven, no sé”, manifestó.