A 50 años de la creación oficial de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), el rector Roberto Rovere manifestó en diálogo con Puntal que “se apuesta a la excelencia académica con foco en las energías renovables”.

 

-¿Qué significa para usted que la Universidad cumpla 50 años?

-Uno podría decir que cincuenta años es un año más. Pero los cincuenta años sirven para hacer un alto en el camino y poder revisar y rever nuestra historia. Destacar aquellos momentos que fueron significativos para la institución y, por supuesto, para la comunidad.

-¿Cómo nació?

-Esta Universidad nació a propuesta de la comunidad riocuartense. Más allá de un proyecto a nivel nacional, como el Plan Taquini, que le dio el marco necesario para llevarla adelante, siguió creciendo de la mano de la ciudad y la región. Una región agropecuaria y agroalimentaria que de hecho ha permitido la formación de profesionales vinculados a estas áreas durante tantos años.

-¿Cuáles fueron sus carreras?

-En sus orígenes estaban la carrera de contador, las ingenierías relacionadas con la metalmecánica y agronomía y veterinaria. Ydespués se fueron generando una multiplicidad de ofertas relacionadas con las Ciencias Humanas.

-¿Cuántas carreras tiene hoy?

-Hoy estamos en 57 carreras y 28 de posgrado y estamos trabajando en la creación de algunas tecnicaturas más.

-¿Se apunta a las energías renovables?

-Hemos abierto este año una nueva carrera que es la de Energías Renovables, que se abrió después de varios años, porque la teníamos prevista para el 2017. Pero lamentablemente esto se demoró. Pero afortunadamente este año estamos al frente iniciando esta nueva carrera de ingeniería que ha tenido una interesante demanda también. Ygenerando propuestas concretas de acuerdo con las necesidades que tiene la sociedad actual.

-¿Cuáles son los nuevos desafíos?

-El desafío a la excelencia es permanente. La Universidad se autodesafía en ese sentido. Pero creo que lo más importante es trabajar en generar propuestas académicas para formar nuevos profesionales.

 

POR MARCELO IRASTORZA