La UNCo forma a 53 extranjeros en Medicina

La UNCo forma a 53 extranjeros en Medicina
Son cada vez más los estudiantes de otros países que llegan a la región para capacitarse en estudios universitarios. Hay alumnos latinoamericanos, europeos y hasta africanos.

La Universidad Nacional del Comahue (UNCo) es receptora de jóvenes estudiantes de todas partes del mundo. Canadá, Bolivia, Chile, Colombia son algunos de los países desde donde provienen con ansias de formarse, varios de los 115 inmigrantes que ingresaron este año.

La carrera preferida por los extranjeros es Medicina. Sólo entre los ingresantes del 2013 hay 53 inscriptos. Le sigue Ingeniería en Petróleo con 14 estudiantes, Psicología (9), Licenciatura en Enfermería (5), Licenciatura en Ciencias de la Educación (5), Traductor Público en idioma inglés (3), Tecnicatura en Empresas de Servicios Turísticos (3) y Profesorado de Nivel Inicial, Profesorado en Inglés, Licenciatura en Biología Marina, Licenciatura en Administración e Ingeniería Civil (2).

Históricamente, el país desde donde más provienen jóvenes a estudiar en la UNCo es Chile. Este año ingresaron a la universidad 52 chilenos, de los cuales 39 estudian Medicina.

La secretaria académica de la UNCo, Marina Barbabella, destacó que “no hay nada que le obstruya a un migrante la inscripción en la universidad”.

“Se le solicitan los mismos requisitos que a los estudiantes argentinos, sólo tenemos que hacer un reporte a Migraciones para verificar su radicación, que ellos pueden obtener por ser estudiantes. Se les da plazos por los documentos, hay muchísimas facilidades”, consideró Barbabella.

La secretaria comentó que siempre hubo una fuerte inmigración de jóvenes del sur de Chile, pero aclaró que últimamente hay estudiantes de muchos otros lugares. En 2013 ingresaron además chicos de Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Ecuador, Italia, México, Paraguay, Perú, Rusia y Venezuela.

“Siempre tuvimos muchos más estudiantes provenientes de los países del Mercosur por los convenios que tenemos con esos países. Se les hace mucho más fácil venir a estudiar acá, como a nosotros nos es fácil estudiar en otros países de Latinoamérica”, comentó.

Para explicar por qué Medicina es la más elegida por los extranjeros, Barbabella consideró que tienen en cuenta que no hay un examen de ingreso, no se exige un promedio del nivel secundario -como ocurre en Chile- y que el plan de estudios es “muy completo”.

Respecto de la segunda carrera más elegida, Ingeniería en Petróleo, la secretaria académica explicó que se debe a que esta es una zona petrolera. “Hoy en nuestro país el petróleo con YPF se difunde, se divulga y obviamente convoca a estudiantes que tienen una posibilidad de salida laboral”, explicó.

En cuanto a la relación de los inmigrantes con sus pares locales, Barbabella aseguró: “Nunca sentí que haya rechazo por los estudiantes extranjeros, la recepción es buena, jamás escuché una queja de un estudiante extranjero por no tener una buena acogida por la comunidad de la facultad”.

Protagonistas

Irene Montero y Santiago Orozco Marin son de los migrantes que eligieron la UNCo como su lugar de estudio en el mundo. República Dominicana y Colombia tienen sus representantes en estas tierras.

Ella tiene 25 años y está en Neuquén para estudiar Contador Público. Se vino sin meditarlo mucho, como para probar suerte.

Ambos conocieron la ciudad por familiares que ya vivían acá y que los atrajeron a conocer las bellezas y oportunidades de la Patagonia.

“Los chicos me recibieron bien, los profesores por igual. Pero es realmente distinto a mi país. La temática de enseñarte, no tienen los mismos términos que nosotros y te cuesta entender muchas cosas”, comentó Irene, quien llegó hace un año con la meta puesta en el estudio.

La joven trabajaba en una pescadería en su país, así que con un poco de ahorros emprendió el viaje, primero a vivir en lo de su prima y luego se puso de novia con un argentino con el que actualmente convive. “Ya quiero cursar todas las materias, me gustan todas por igual”, comentó la estudiante en su tono caribeño.

Santiago tiene 35 años, conoció Villa El Chocón en el 2010, cuando vino a trabajar con una prima, y hace un año se decidió a venir a la universidad. “¿Qué mejor lugar para estudiar Geología y Petróleo que acá en la Patagonia?”, recordó que se dijo antes de venir.

La inscripción le resultó un poco dificultosa, pero una vez que se contactó con la Pastoral de Migraciones lo logró sin problemas. Para mantenerse, da clases de tai chi a abuelos en el hospital Heller, tiene un grupo de chicos al que les da clases de kung fu y colabora en una dietética de una compatriota.

Si bien hay universidades públicas en Colombia, Santiago comentó que esta carrera sólo se da en Bogotá. “Me parece buenísimo que acá sea gratis; los chicos deberían aprovechar y prepararse”, consideró.

Estudiar a más de 8 mil kilómetros de casa

Llegó a capacitarse desde la República de Malí, un país muy pobre ubicado en el centro de África. El objetivo de la joven Banta es mejorar el sistema de salud de su país.

Neuquén > Banta tiene veintidós años y hace tres que vino desde la República de Malí, en África, a estudiar Medicina en la Universidad Nacional del Comahue. Desde un principio, con un claro objetivo: volver a su país para intentar mejorar el sistema de salud.

La joven de pelo crespo y tez morena se destaca entre sus compañeros cuando camina los pasillos de la universidad que le abrió las puertas para conseguir sus aspiraciones.

Muy consciente de la pobreza que afronta el país desde donde viene viajó más de 8 mil kilómetros con la idea de aprender no solo las ciencias de la Medicina, sino inspirada porque esta universidad del sur argentino apunta a que sus estudiantes se formen como “agentes de promoción y prevención de la salud”.

Cuando terminó sus estudios secundarios comenzó en Malí a estudiar Medicina, pero no consiguió lo que buscaba. Después lo intentó en Ucrania y finalmente terminó en Cipolletti.

Un amigo de su padre le habló de esta región y casi sin saber a dónde iba se vino a estudiar a la UNCo.

“Escuché las palabras Neuquén o Cipolletti una vez llegada, desde allá sola sabía que venía a estudiar a Argentina”, comentó la joven.

Tres meses antes de llegar, Banta hizo a un lado su idioma, el francés, y se metió de lleno en un curso de tan sólo tres meses para aprender castellano.

“Decidí salir de Malí para aprender, es una experiencia vivir y estudiar en otro país, aprender el idioma y todo lo que viene con eso. También tengo que decir, que mi país tiene bastantes conflictos”, explicó la estudiante, quien además describió en un perfecto castellano: “Tenía buenas referencias de esta facultad, y especialmente de la carrera de Medicina, la formación es humanística, en comparación a otras facultades. Nosotros acá apuntamos más a la comunidad, a ser agentes de promoción y prevención de salud, más que ser un médico en el hospital”.

A su llegada en el 2010 vivió en la casa del amigo de su padre, al año pudo conseguir un lugar en una de las residencias que tiene la facultad y desde entonces vive con otras compañeras. Se sustenta con la ayuda que le envía su familia, que aunque la extraña desea lo mejor para ella, comentó.

Su nombre completo es Tradre Fanta Maomduni Dite Banta, una marca más de la lejanía desde donde proviene. Lejanía que le permitió, aunque sea por curiosidad, que muchos de sus compañeros se conviertan en amigos.

Con grandes ambiciones de hacer cosas acá, anhela también el momento en que pueda volver a su país. “Espero después de los estudios, volver y ayudar. Espero poder hacer proyectos para mejorar el sistema de salud de allá, en lo que pueda aportar. Mi idea por ahora, es volver y ayudar en la prevención de la salud porque es un país que bastantes problemas tiene en ese sentido”, expresó.

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