Más que Tres Dedos, un puñetazo sonoro

Más que Tres Dedos, un puñetazo sonoro

-Marcelo Saccommano lidera un colectivo musical donde el equipo brilla gracias al entendimiento de las individualidades. La banda creció de manera drástica en los últimos años y brilla con la consolidación de un sonido muy propio.

La primera impresión, no es la que cuenta… Al menos, en el caso de Tres Dedos Deformento. Su concierto abrió con Marcelo Saccomanno en soledad: guitarra, voz y el inestimable trabajo en las luces de Pablo Beato. Atmósfera íntima, letra poética y despojo. Pero la oscuridad comenzó a moverse y paulatinamente, la canción prefirió esconderse detrás de una parafernalia sonora informe. A retorno de la luminosidad, eran nueve los músicos en escena y la música, una compleja trama de entendimientos, cortes abruptos, solos precisos y motivos poderosos. Un arranque devastador.

 

La banda que se fundó en 2001 hizo las veces de anfitriona para un programa particular que se cumplimentó el último viernes por la noche. En primera instancia, hizo su aporte Patagonché (ver recuadro), agrupación de El Bolsón que opera como emblema de la música que se hace en la Comarca del Paralelo 42. Acto seguido, la versión actual de Tres Dedos, que además de Saccomanno, se conforma con Mariano “Cuchi” Barrientos en la primera guitarra, Gabriel Pirato Mazza en percusión y accesorios, Juan Giandana en el bajo, Alejandro Otstubo en el bandoneón, Federico Ingaramo en la composición (junto con Marcelo) y también en guitarra, Juan Zavaleta en más percusión, Ignacio Ingaramo en batería y Raúl Díaz en saxo. Una pequeña multitud que permite sospechar una convicción: no es la rentabilidad el principal objetivo del colectivo…

La liviandad no es rasgo que defina a la banda. Los temas suelen ser complejos y largos, con prolongados e intrincados pasajes exclusivamente instrumentales. Salvo por la ausencia de teclados y por la falta de vedetismo en sus integrantes, nos abstendremos de ubicar a la propuesta bajo el rótulo del rock progresivo. Pero la tentación es grande. Además, la presencia del bandoneón imprime a la música de Tres Dedos un sutil sello argentino, aunque los ritmos no pasen cerca del patrimonio telúrico, salvo en un par de ocasiones.

Una vida

Durante el año que transcurre, el grupo cumpliría 14 años de existencia. Los que siguieron de cerca su derrotero saben que hubo prolongados paréntesis, cambios de integrantes y otras vicisitudes que afrontar. Sin duda, uno de los momentos complejos fue el que siguió a la decisión de Ingaramo (Federico) de alejarse de Bariloche para seguir con su vida en otras latitudes. En esa encrucijada, no fueron pocos los que supusieron que hasta ahí llegaba el recorrido del grupo. Hubo una conmoción, pero al tiempito las cosas se acomodaron y aunque el socio creativo de Saccomanno sigue fuera de la ciudad, la dupla encontró la vuelta para seguir en el desarrollo de música muy original, poderosa y por momentos, también emocionante.

Además, el tiempo pasó. La voz de Marcelo convence más que década y media atrás. Sin perder cierto candor, las letras tienen más que ver con la experiencia. Y por otro lado, se nota que aquí hay mucho pero mucho trabajo. Sin fisura alguna el diálogo entre Pirato Mazza y el Ingaramo baterista, justeza en las intervenciones de Otsubo o Díaz, una máquina el terceto entre los Ingaramo (guitarra y batería) y el bajo de Giandana. Una auténtica aplanadora que de todas maneras, preserva resquicios para la sutileza y las múltiples texturas.

El único CD que Tres Dedos grabó hasta el momento data de 2008 y está bien. Pero la dimensión actual de la banda pide a gritos nuevo registro. Se sabe, es muy difícil plasmar en los estudios la calentura del escenario en vivo, pero dan ganas de volver a repasar tanta energía, tanto vericueto hermoso en las casas, en los autos, en los auriculares. No se pierda el próximo concierto de Tres Dedos Deformento. Originalidad, búsqueda, potencia, exactitud… No se escuchan todos los días.

Identidad comarcana

El concierto doble que tuvo como broche de oro la actuación de Tres Dedos Deformento se denominó “El Puente” y persiguió el objetivo de aunar esfuerzos entre músicos de Bariloche y El Bolsón. En consecuencia, correspondió a Patagonché compartir los primeros acordes en la noche del viernes, con una asistencia más que respetable en la sala de la Biblioteca Sarmiento.

En el grupo de la vecina localidad hay nombres de mucha trayectoria, como Daniel Lugones, quien es el compositor de las canciones, guitarrista, cantante y además, intérprete de sikus en un par de ocasiones. A su derecha se paró Mariel Valy, ya que la música de la “gente patagón” funciona a dos voces en la mayoría de los casos. Con su batería, apuntala rítmicamente las cosas Juan Carlos Merlo, quien se asocia con el bajista Gabriel Eusebi. Hugo Leiva aporta un sello particular con su acordeón mientras Maxi Hildebrant toca saxofones.

Si bien no parece la formación más estándar de un grupo de rock pop, la música de Patagonché transita por esos senderos, con ingredientes también del folklore. Combinación de rasgos que alguna vez se caratuló como rock mestizo… Buena parte de sus letras se formulan en primera persona y en términos rítmicos, aquí pueden convivir el ska con estructuras más del rock o atmósferas de rumba flamenca.

Al igual que Tres Dedos Deformento, la gente de El Bolsón consagró una de sus obras a cuestionar el rumbo que adoptó el crecimiento en estas ciudades, para ironizar sobre la llegada a estas latitudes de las paranoias y manías que suponíamos hasta hace un tiempo, patrimonio exclusivo de las grandes ciudades argentinas. Una actuación muy aplaudida para una banda que evidentemente, ya tiene hinchada a 120 kilómetros de su casa. A M.

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