Considerada desde siempre la “avenida del futuro” en Necochea, la 91 ha cobrado un inusitado crecimiento en el último año y medio, a partir de la pavimentación del tramo comprendido entre calle 28 y avenida 42.
A pesar de la actual meseta en la que se mantiene el sector inmobiliario, agentes consultados pro Ecos Diarios dieron cuenta de un notable interés por parte de inversores, muchos de los cuales piensan en abrir nuevos comercios.
La agente inmobiliaria María de los Angeles Haberle compró en 2009 un terreno de 10x40 metros en avenida 91, entre 34 36. Allí construyó su lugar de residencia y trabajo. Cuenta que “el interés por invertir en esta zona se ha repotenciado. En algunos casos hay gente que quiere construir y venirse a vivir; y muchos poner comercios nuevos, lo que creará una vía comercial”.
Resulta cierto que el asfalto conlleva progreso y una muestra de cómo ha repercutido este “boom” en materia de precios de los lotes en la avenida 91, es que en 2009 el valor era de 70 dólares el metro cuadrado y hoy en día se cotiza entre 120 y 200 dólares, según la ubicación del solar en cuestión.
La rueda se puso en marcha
La pavimentación de las seis cuadras entre 28 y 42, zona en la que ya no hay prácticamente lotes disponibles, ha potenciado un efecto cascada en los alrededores, aunque en las calles que aún no han sido pavimentadas, los terrenos valen un 50 por ciento menos.
El martillero Jorge Balinotti coincidió con su colega Haberle sobre la mejor cotización de los terrenos de las calles adyacentes y auguró que “en la medida que avance la pavimentación, sin dudas al 91 se transformará en la principal entrada y salida de la ciudad”.
Sobre el crecimiento en los precios de los inmuebles, sostuvo que “es lógico por la explosión que está teniendo la zona, pero el actual momento es complicado para cerrar negocios inmobiliarios”.
Otro tanto sucede en la avenida 42, también asfaltada hasta la avenida 75, aunque con menor valor económico de sus terrenos y aún en las calles de tierra desde la 91 hacia el Sur, donde se ha construido un par de complejos de canchas de tenis y un salón de fiestas.
Para no pocos el ansiado desarrollo de la avenida 91 se ha puesto en marcha. Se nota en los múltiples carteles de inmobiliarias y particulares ofertando los terrenos. Entre ellos aparece uno de grandes dimensiones, ubicado entre calles 52 y 50, en el que se puede leer una frase tentadora: “Inversión de inmediato futuro”.
La 91 tiene un par de cualidades que le han dado rol de “avenida del futuro”. Es la única vía de la ciudad que comunica el sector de la Villa Díaz Vélez (nace en avenida 10) con la ruta 228.Considerado como el ingreso más directo al sector balneario, no en vano en su momento cobró notoriedad la idea de construir una nueva Terminal de Ómnibus en las intersecciones de la 91 con las avenidas 42 o 58.
A su vez, a diferencia de la avenida 75, es mucho más ancha y su desarrollo en ciernes hace que se pueda planificar mejor su crecimiento, sobre todo en lo que atiene a los servicios (gas, cloacas, agua y energía eléctrica. En este último caso la iluminación de columnas fue inaugurada en enero de 2012).
Respecto a los servicios, María de los Angeles Haberle explicó que “las cloacas ya pasaban, mientras que la red de agua la instalamos los vecinos, con la colaboración de la Municipalidad. A medida que se va construyendo, se amplía la misma”.
Cabe recordar que tanto el pavimento de la 91 como la 42 se realizó con fondos provistos por la Nación, sin costo alguno para los frentistas. Si bien los vecinos “agradecen” el beneficio, en el caso de Haberle cita que “para mí deberíamos haber pagado, aunque sea una parte de la obra, para juntar fondos y seguir asfaltando en otros sectores de la ciudad”.
Más allá de todo, parece ser que la 91 ha empezado a cobrar el impulso que ansiaran vecinos desde hace muchos años atrás. Por ejemplo el ya desaparecido escribano Julio Copercido, quien hace décadas encabezara una búsqueda de firmas para que la avenida fuera pavimentada.
“Cruzaban las mulitas”
“Cuando vinimos a vivir con mi esposa, en 1989, era como estar en el campo. Si hasta veíamos cruzar mulitas y liebres, entre otros animales”, recuerda con una sonrisa Pedro, que por aquella época instalara una ferretería, primero sobre la calle 30 y años después en la avenida, siendo el segundo comercio en el sector, junto a un almacén y carnicería ya desaparecido.
El comerciante señaló que “en esa época te regalaban los terrenos de tan baratos. De haber sido más visionario o tener dinero hubiésemos podido hacer un gran negocio”. Luego reconoció que “desde que se asfaltó este tramo, las ventas se han multiplicado pues ahora circulan decenas de vehículos por día, mientras que cuando era tierra y llovía, pasaba hasta una semana sin que los rodados pudieran transitar y se formaban lagunas”.
Al comerciante pionero hoy lo acompañan más emprendimientos de diverso tipo, entre ellos una fábrica de empanadas, mercados, una librería, panadería y venta de alimentos para animales; a la vez que entre los que proyectan futuros emprendimientos, se cuenta una veterinaria.
“La 91 es el límite de uno de los sectores más cotizados de la ciudad, como lo es el barrio Parque. Allí viven familias de un nivel económico medio y alto, lo que se transforma en un aliciente para los comerciantes”, explicó una de las fuentes consultadas.
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