A un año de la tragedia en la Ruta 7 aún hay heridas que no cierran

A un año de la tragedia en la Ruta 7 aún hay heridas que no cierran

a segunda peor catástrofe en una ruta de Mendoza dejó 16 muertos y 14 heridos. Dos de los sobrevivientes cuentan cómo siguieron con sus vidas después de aquel fatídico 7 de febrero.

La tragedia en la Ruta 7, cuando un camión en contramano en plena doble vía de esa ruta nacional impactó de frente contra un micro de larga distancia, dejó 16 muertos y 14 personas heridas, convirtiéndose en el segundo peor accidente de toda la historia de Mendoza. Hubo pasajeros que lograron escapar de un micro en llamas, testigos del horror en una ruta altamente transitada y hoy son la prueba viva de uno de los grandes accidentes que conmovió a la provincia de Mendoza y a todo el país, en uno de los meses vacacionales del año que pasó. Todos los expertos concluyeron que pudo haberse evitado pero algo les quedó a aquellos testigos que jamás se les borrará y hasta un sentimiento agridulce, por haber salvado de milagro sus vidas aquel 7 de febrero.

Nicolás Ríos tiene 25 años, es periodista de profesión y uno de los testimonios que vivió para contarlo. El día de la tragedia tenía que volver a Mendoza para cubrir un partido de Independiente Rivadavia, él estaba en el distrito Desaguadero, La Paz, visitando a su abuela.

“En Desaguadero no te levantan los micros de larga distancia, el local que hay es el Nueva Generación. Me había subido a ese, pero hacía mucho calor. Andaba medio justo con los horarios y el micro en que venía no tenía aire acondicionado. Entonces cuando paró el colectivo en la terminal de La Paz, me bajé rápido y les pregunté si viajaban a Mendoza. Me dijeron que sí y me subí al de la empresa Plus Ultra Mercobus, el de la tragedia”, dice Nico.

Parecía que a Nicolás el destino lo estaba poniendo a prueba. Continuando con su relato comentó Diario UNO cómo siguió su viaje: “En San Martín se baja una parejita, para viajar más cómodo y poder ir leyendo, me cambié de lugar a un asiento más atrás y del lado derecho. Eso fue fundamental para salvarme”.

En el momento del choque él iba leyendo, hasta que escuchó a uno de los pasajeros que iba adelante gritar "¡Cuidado!" Los segundos siguientes se hicieron interminables. Un fuerte golpe lo hizo chocar contra la butaca que tenía en frente, “todavía recuerdo el ruido del metal retorciéndose. Me acuerdo de gritar si están todos bien y ya después, no tengo una secuencia ordenada de hechos cronológicos”.

El pasajero comentó cómo hizo para escapar del micro: "Recuerdo solamente de sentarme en la ventana y de ahí largarme. Cuando me largo me resbalo con el gasoil, me caigo y me clavo un vidrio en la mano, aún tengo la cicatriz, y hace unos meses me sacaron el vidrio de ahí dentro”.

A pesar de la magnitud del accidente, Nicolás pudo salvar su vida y tuvo la suerte de sólo sufrir un par de golpes y la herida en su mano. Es por ello que lo trasladaron al Hospital Perrupato donde le realizaron un chequeo y le dieron el alta ese mismo día.

La vida después del accidente

Ríos cuenta que los días posteriores al accidente no podía conciliar el sueño, las imágenes aparecían en su mente todo el tiempo, cuando lograba calmarse, aparecían nuevamente. Durante una etapa estuvo haciendo terapia con un psicólogo, pero la dejó por cuestiones laborales y piensa volver pronto. Lo que más le costó fue subir a un micro de larga distancia, 8 meses le llevó superar esto.

Con respecto a Mercobus, comentó que se hicieron cargo del seguro de equipaje y que con la empresa del camión brasileño está en tratativas con un abogado analizando cómo hacer con la demanda.

Otro de los testimonios es del de la joven Rocío Gatica que sobrevivió del accidente junto a su esposo Fabricio Camargo y sus dos hijos Francisco y Alma.

Para la familia Camargo también era un viaje más aunque no lo fue. Ellos venían de San Luis, de donde son oriundos, a pasar un fin de semana a la casa de la hermana de Rocío en Maipú.

Tal como pasó con Nicolás, ellos también en San Martín aprovecharon para cambiarse de lugares. Su nueva ubicación, más atrás del colectivo, les salvó la vida porque el fuerte impacto del camión, que iba en contramano fue de manera frontal.

En comunicación telefónica Rocío le contó a diariouno.com.ar: “Cuando ocurrió el choque, la butaca donde iba me aplastó y a su vez tenía un hombre encima. La butaca de mi hijo no se desprendió, al parecer estuve inconsciente un par de segundos y no podía respirar bien por la cantidad de sangre que tenía en la cara y la que tragaba. Perdí parte de mis dientes y sufrí muchos golpes en el cuerpo, en la cervical más que nada”.

“Veía a mi hijo y a gente gritar. Mi esposo estaba mejor que yo, me sacó la butaca que me aplastaba y al hombre que estaba arriba mío, para mí estaba muerto, porque no se movía”, dijo rememorando lo ocurrido esa trágica tarde.

Continuado con su relato Rocío dijo: “Cuando el micro empezó a incendiarse, la gente no sabía qué hacer, supongo que estábamos todos en shock y alguien dijo: '¡hay que saltar!'. Mi marido pudo romper una de las ventanas, primero sacamos a los chicos, un hombre los recibió abajo, salió más gente, entre el humo yo fui una de las últimas en bajar”.

"Todo pasó muy rápido, terminamos los 4 internados en el Hospital Perrupato cuatro días, y luego nos trasladaron a San Luis. Estamos muy agradecidos tanto con la gente de San Martin, como con todos los médicos del hospital que fueron muy amables con nosotros".

"Luego del accidente estuvimos muy expuestos, por ser sobrevivientes. De pasar a ser una familia tranquila, todos nos conocían, era un poco raro. Dos meses tardé en volver a trabajar por los fuertes dolores que tenía, y que aún algunos persisten. Soy empleada doméstica y no podía trabajar. Gracias a Dios mis hijos no tuvieron ningún daño grave, Francisco ha tenido que ir al psicólogo para tratar algunos problemas. Lo que sí, luego del accidente, no hemos viajado más en micro, nos marcó mucho".

Con respecto a la empresa Gatica dice que: "No nos pagaron nada, ni el equipaje. Por la parte del camión estamos en juicio porque no se ha podido acordar con el seguro con la empresa brasileña”.

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