Orlando Peláez Sanabria es el propietario y fundador de 'Jugos de Mandarina Natural' un tradicional local ubicado en el sector de la Florida en Armenia, en la vía que conduce hacia el municipio de Calarcá.

Esta iniciativa llena del buen sabor natural de las frutas nació hace 21 años, luego de que el terremoto registrado el 25 de enero de 1999 sacudiera los sueños de los quindianos y despertara la necesidad de emprender para salir adelante.

Nació como un pequeño local con algunas canastas con frutas, ubicado en la casa que Orlando ha habitado desde hace más de 50 años, la cual decidió convertir también en su sustento y que ha crecido con el tiempo.

La mejor aliada de esta iniciativa ha sido una camioneta que ha acompañado a este cuyabro desde que inició su emprendimiento, el vehículo en el cual surte con frutas frescas su establecimiento, donde trabaja junto a su esposa, su hija y una cuñada.

Un negocio familiar que cobra eco entre quindianos y turistas, quienes tienen como parada obligatoria este llamativo lugar, donde no solo encuentra frutas, sino tortas naturales y lo más interesante, jugos de frutas y mezclas exóticas.

"El jugo que más preguntan es el de mandarina y nosotros lo hacemos con toda la pulpa, sin agua y sin azúcar, permitiendo que conserve sus vitaminas y beneficios para el cuerpo; además, entre los jugos exóticos el que más consumen es el de borojó" indicó Orlando.

La pandemia y sus retos

Ante el confinamiento, restricciones y cambios generados por la llegada de la Covid-19 desde el mes de marzo del 2020, don Orlando decidió seguir con su negocio, pero al ver que sus ventas disminuían empezó a llegar a sus clientes con el servicio a domiclio, labor que le permitió salvar su economía.

Un paro arrollador

El periodo más complicado que atravesó don Orlando fue el paro nacional del presente año, debido a los altos costos de los productos agrícolas, lo que generó gran impacto económico en materia de pérdidas.

Sin embargo, ninguna de estas situaciones han frenado el progreso de su familia, pues el terremoto le enseñó que con las adversidades se abren espacios para buscar nuevas oportunidades.