La toma de un edificio de la Universidad cumplió 10 días

La toma de un edificio de la Universidad cumplió 10 días

Un comité de estudiantes y profesores hará un  relevamiento en busca de lugares edilicios.

 

La toma del museo de radios de la Universidad Nacional de San Luis ya cumplió diez días. La protesta la realiza la agrupación política El Fogón Independiente como medida de reclamo por la falta de espacio de su centro de estudiantes, donde funcionaban dos centros en una sola aula. Sin embargo, ayer se abrió un canal  para encontrar una solución al conflicto, ya que el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Humanas mediante el diálogo con estudiantes y profesores, decidió formar una comisión de relevamiento para encontrar sitios en el que los alumnos y profesores  puedan desarrollar sus actividades.

“Nuestro reclamo no es contra los docentes, tampoco queremos perjudicarlos, lo que queremos es que el centro de estudiantes tenga su propio espacio para funcionar como gremio político. Sabemos que la infraestructura de la facultad no es apta, y que tampoco los profesores tienen espacio, pero como agrupación debemos procurar un lugar para el accionar estudiantil. No nos vamos a ir, vamos a seguir luchando”, dijo Luciano Illesca, estudiante y consejero de la agrupación El Fogón.

 

Entre los planteos de los alumnos figuró el supuesto favoritismo que tiene la casa de estudios con otras  agrupaciones políticas como Franja Morada.

 

No obstante, la decana de Humanas, Viviana Reta, negó tener algún tipo de preferencias. Además agregó: “Estoy dolida y molesta, no merecemos lo que está pasando, si querían llamar la atención hubieran ido a tomarle un espacio al rector”.

 

Los docentes no se quedaron afuera de la discusión en la puja por la falta de estructura. Si bien algunos apoyaron a los estudiantes, no todos coincidieron en la modalidad de la toma, que consideraron violenta.

 

"Mis intereses están de lado de Comunicación, hay setenta docentes de la carrera trabajando en tres box. Yo soy profesor de dos materias y no tengo espacio, ni materiales para desempeñar mi  labor”, dijo Maximiliano Gaitán, profesor y miembro del Consejo. “No es lo mismo hacer un paro, tomar una institución que pertenece al Estado, que apropiarse de un espacio. No estoy diciendo que los estudiantes tengan menos derechos, digo que éstos se tienen que establecer en el marco que les corresponde”, agregó.

 

Otro integrante del Consejo y docente de la casa de estudios, Claudio Lobo dijo: “Yo creo que tomar el museo no fue la forma adecuada de realizar una protesta. Nosotros tampoco tenemos las condiciones adecuadas para trabajar. Mi idea es negociar. Veamos cómo podemos remediar el problema entre todos".

 

Luego de cinco horas de sesión, en la que tanto estudiantes como profesores expusieron sus posturas, se llegó a un pedido de conciliación para beneficiar a todas las partes. Como medida de solución los miembros conformarán una comisión de relevamiento, en el que buscarán aulas que los docentes puedan compartir con otros, sin distinción de cátedra. “Es una cuestión de solidaridad”, dijo la decana.

 

“Estamos conformes. Las autoridades estuvieron abiertas al diálogo y eso es lo importante. El jueves la agrupación va a decidir si deja el museo o se queda provisoriamente”, dijo Emilia Trabuco, integrante de El Fogón.

 

               

 

El origen del conflicto

 

La infraestructura del cuarto bloque universitario siempre tuvo  inconvenientes de espacio, tanto para los docentes, como para los alumnos. El problema se agravó cuando hace dos años Psicología decidió separarse de Humanas para consolidarse como Facultad. Fue entonces cuando comenzaron a funcionar dos facultades en el edificio de una.

 

Tras un año y medio de gestionar la separación de los dos centros de estudiantes, los alumnos de El Fogón tomaron el museo de radio de la UNSL, y trasladaron ahí el centro de Humanas. La medida de fuerza se hizo para favorecer a los más de 500 alumnos que asistían diariamente al lugar.

 

Tanto la decana de la Facultad como el vicerrector, Jorge Olguín consideraron la acción como antiinstitucional, a modo de protocolo  tomaron acciones legales mediante un escribano que intimó a los alumnos. El cuerpo docente  en su mayoría tampoco  estuvo de acuerdo y la totalidad de las otras agrupaciones tildó la toma como usurpación.

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