“Tenemos 122 detenidos por los saqueos, y seguimos trabajando”

“Tenemos 122 detenidos por los saqueos, y seguimos trabajando”
El jefede la Policía, César Almada, dijo que cayeron por robos y daños. Intenso trabajo del CAP.

“Desde el mismo momento que se levantó la protesta, la Policía salió a trabajar a pleno a la calle para dar seguridad a la población. Lamentablemente hay una psicosis por saqueos, pero estamos haciendo todos los esfuerzos por evitar desbordes. Ya tenemos 122 detenidos por los últimos saqueos”.

Así se refirió anoche el jefe de Policía, César Almada, a los distintos operativos y allanamientos realizados en las últimas horas en distintos puntos de la Capital. El comisario general indicó que la mayoría de los apresados fueron hombres jóvenes de entre 18 y 25 años, que también hay mujeres, y que principalmente están acusados por robos y daños.

El mandamás de los hombres de azul indicó que es “importante” el recupero de elementos sustraídos durante los trágicos saqueos ocurridos entre el martes y el miércoles últimos en distintos puntos de la ciudad de Córdoba. “Seguimos allanando con órdenes judiciales. Estamos identificando a los ladrones con trabajos investigativos, basados en filmaciones, redes sociales y testimonios”, indicó a la 
prensa.

Luego de largas jornadas sin poder dormir, recién ayer Almada dijo que pudo descansar y hacer una evaluación de lo sucedido. “Fueron días complicados, pero se logró que la fuerza policial salga a trabajar a pleno a las calles y la gente tiene que estar tranquila”, indicó.

Almada, con 32 años de carrera, asumió el pasado 16 de septiembre como jefe de Policía, luego de que el narcoescándalo forzara las salidas de Ramón Frías como jefe de la fuerza, y de Alejo Paredes como ministro de Seguridad. En estos casi tres meses como mandamás de los hombres de azul, Almada se enfrentó al desafío de que la población recobre la confianza en la fuerza y ahora al paro policial.

Comercios cerrados. A pesar de las expresiones del jefe policial, muchos vecinos decidieron cerrar sus comercios de forma preventiva ante el temor de eventuales desbordes y nuevos hechos de violencia.

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