Ley de talles: el Concejo reabre el debate por su cumplimiento

Ley de talles: el Concejo reabre el debate por su cumplimiento

El organismo municipal aprobó un proyecto de ordenanza que adhiere a la legislación provincial que rige desde 2007. Asimismo, propuso la habilitación de un 0800 para denuncias y reclamos.  

El pasado jueves, el Concejo Municipal aprobó por unanimidad un Proyecto de Ordenanza que determina que la ciudad de Santa Fe adhiera a la ley provincial de talles que rige desde 2007 y que poco se cumple. La iniciativa reabrió el debate sobre las bases de dicha falta, los estereotipos sociales impuestos y cómo los mismos incentivan los trastornos alimentarios.

En diálogo con Diario UNO, la creadora de la propuesta, la concejala Vanesa Oddi, aseguró: “Sabemos que el alcance de lo que sancionamos tiene que ver con la concientización y sobre todo la exigencia del derecho del usuario de poder tener acceso a las prendas que quiera, y no solo nos referimos a las personas que tienen un peso elevado sino también para quienes son muy delgados”.

Asimismo, y en consecuencia, Oddi destacó que la sanción de la ordenanza trae a colación la puesta en marcha del Programa “Tu talle, ningún detalle”; y también la habilitación por parte de Defensa del Consumidor de la línea gratuita de teléfono 0800-444-0442, con el objetivo de recepcionar demandas, consultas y reclamos de los consumidores que se sientan agraviados, como consecuencia del incumplimiento de la presente Ordenanza.

Según se adelantó, en la comunicación se dejará constancia del nombre del establecimiento, dirección, fecha en la que se detectó la irregularidad; y prenda y talle que no se pudo adquirir por inexistencia.

En referencia, la concejala Oddi detalló: “Esta ordenanza lo que busca es ganar en concientización porque lo que hay que hacer hincapié es sobre la discriminación que sufren las personas y también sobre los problemas de salud que se generan más que nada para los adolescentes que son quienes van constituyendo su identidad a partir de la imagen, las frustraciones, el no sentido de pertenencia y otros trastornos vinculados a la alimentación y autoestima”. Situación local

A pesar de que desde 2007 rige en Santa Fe la Ley 12.841 –que establece que las fábricas de ropa femenina radicadas en la provincia “deberán confeccionar las prendas en todos los talles necesarios para cubrir las medidas antropométricas de la mujer adolescente” y los negocios, por su parte, “tener en existencia todos los talles”–, a la hora de comprar ropa, las santafesinas que no tienen los cuerpos que socialmente están determinados como “estereotipos de belleza” suelen sufrir un golpe a la autoestima; y esto no le pasa solo a las que tienen algunos kilos de más, sino también a quienes poseen una cola amplia o un busto prominente.

Basta con recorrer los negocios de la capital provincial para verificarlo, porque aunque en algunos se encuentren los números buscados, los mismos no se condicen en tamaño, ya que las fábricas optaron por cambiar la numeración de las prendas para que se dé la idea de que hay variedad de talles cuando en realidad solo se siguen ofreciendo los más chicos.

Sobre este punto, algunos comerciantes de la ciudad que fueron consultados por Diario UNO aseguraron tener problemas a la hora de realizar las compras de distintos talles de ciertas marcas específicas, porque argumentaron que “la mayoría de las fábricas venden paquetes de prendas que tienen una proporción disponible de cada talle, los cuales en su mayoría son pequeños o de cierta numeración”, hecho que genera la problemática en las ventas también.

A esta realidad, Sabina Moya, titular de la asociación civil OFA (Obesos, Familiares y Amigos) de Santa Fe, aseguró que se suma el hecho de que “en la mayoría de los locales donde ofrecen talles de mayor dimensión, los mismos no se condicen con la realidad que demandaría ese talle”.

“Es decir –explicó Sabina Moya– que esté el numerito en la prenda no significa que se respete la medida antropométrica que refleja esa cifra (según establece la ley). Nosotros, desde nuestra entidad hemos realizado varios relevamientos al respecto (el último se efectuó en 2012) y podemos hablar con conocimiento de causa”.

Por otro lado, la mujer indicó que si bien hay una tendencia mayor que la de años anteriores a acercarse a lo exigido por las normas Iram, no alcanza. “Hay negocios que buscan acercarse a lo que necesitan quienes tienen cuerpos «reales», pero dichas prendas en general se encuentran en los negocios de barrio y muy poco en la zona céntrica. Eso puede deberse a las marcas fundamentalmente, pero he aquí otro problema que son los precios, porque si uno quiere acceder a vestirse como «una gordita moderna» deberá desembolsar mucho más dinero, porque la diferencia de precio entre un talle común y otro «especial» es abismal”, afirmó Sabina Moya.

Y desde esa perspectiva concluyó: “La propuesta del Concejo Municipal de abrir el debate o poner sobre el tapete este tema es muy bueno, porque fundamentalmente lo que hace falta es bregar por la concientización del comerciante que es quien busca las marcas para ofrecer y elige las que no tienen en cuenta las medidas antropométricas –valores estandarizados del cuerpo (que obviamente varían según las poblaciones humanas y la edad, por ejemplo)–, sobre todo de los adolescentes, quienes se sienten más afectados incidiendo en la generación de trastornos alimentarios”. Cuando las etiquetas desatan la polémica En julio de este año la marca J Crew desató una fuerte polémica en las redes sociales al lanzar en su catálogo el talle XXXS. La noticia sacudió el mundo de las blogueras vinculadas a la moda, quienes apuntaron sus dardos contra la firma que vende sus prendas en más de 100 países a través de internet. Y es que a pesar de que desde J Crew afirmaron que el talle especial se creó para el mercado asiático, donde las personas tienen contextura más pequeña y que era más fácil agregar un talle inferior que modificar toda la tabla; distintas organizaciones cuestionaron la iniciativa al sostener que un talle tan pequeño afecta la autoestima de las mujeres e incentiva los trastornos de alimentación como la bulimia y la anorexia. Además, acusaron a la marca de distorsionar la imagen corporal de las personas. En ese contexto, la titular de la asociación civil OFA (Obesos, Familiares y Amigos) de Santa Fe, Sabina Moya, afirmó: “Es increíble ver que en el mismo lugar (Estados Unidos) desde donde se comenzó a luchar para que se reconozca a la obesidad como enfermedad y a trabajar por la propagación de la alimentación saludable, hoy se contradigan con este hecho que también está relacionado con la alimentación, porque comer poco también es un problema”. En esa línea y para finalizar, Sabina Moya aseguró que la preocupación radica más que nada en el daño que esto le hace a los adolescentes, “y no solo a las mujeres sino también a los hombres que se ocupan igual que ellas de la estética”.

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