Resignados los vecinos del barrio San Rafael, ubicado en la zona oeste de la capital salteña, viven a diario con necesidades básicas no resueltas. Las viviendas no tiene cloacas ni gas natural y las calles sufren la ausencia de pavimento y cordón cuneta. Olvidados, el barrio que alberga a cientos de familias no cuenta con boca de desag�es y durante las últimas tormentas las calles se volvieron ríos y muchos terminaron inundados.

"Vivo en este barrio hace 20 años y nunca vi a un funcionario recorrer las calles", contó un comerciente de la zona a El Tribuno. Las esquinas parecen lagunas porque se trata de un barrio que al no tener ni siquiera pavimento, tampoco cuenta con bocas de desag�es y el agua no tiene cómo ser evacuada de la zona. "Tenemos que esperar que la tierra absorba el agua, eso puede demorar días para volver a transitar las calles con normalidad", reclamaron los vecinos.

Con la creación de los barrios La Lonja y Atocha los vecinos de San Rafael quedaron geográficamente más abajo y toda el agua que corre durante las lluvias desemboca en sus calles. "Necesitamos la intervención de funcionarios municipales para solucionar esta y otras problemáticas de inmediato", sostuvieron.

Sin nombres, las calles están llenas de pozos y la mayoría con muchos desniveles lo que dificulta la circulación del único corredor de SAETA que funciona en la zona: el 4C. "En algunos casos las paradas están justo en un pozo de agua y mojarse es inevitable. El acceso al barrio tiene muchos desniveles y es difícil transitar", contaron decepcionados.

Personas discapacitadas y bebés en coche se ven imposibilitados de salir, sin veredas ni pavimento su circulación es más que complicada y a veces terminan encerrados en sus viviendas porque no cuentan con servicios básicos. Los más chicos no tienen un espacio para jugar ni recrearse. Los vecinos esperan que desde el municipio muestren interés en solucionar sus problemas y darles la oportunidad de llevar una mejor calidad de vida.