En la previa, el partido era la última chance para pensar en regresar a Primera. Y en el final, fue mantener la ilusión latente de ascender. San Martín ganó por 2-0 a Ferro, que era el único resultado que le servía y se prendió arriba, en ese lote donde el que afloje se quedará en el camino en las 6 fechas que le restarán a la B Nacional. La victoria (y la derrota de Independiente e Instituto) le permitió al Verdinegro descontar en la tabla y quedar a 4 unidades de meterse en el tercer lugar y aspirar a subir de categoría.

Ayer, San Martín se subió al tren. Al de la ilusión y el sueño latente. Al tren que le propuso Ferro, que fue un escollo complicado en varios pasajes del partido, pero simplemente por lo que se jugó el conjunto del Vasco Azconzábal que en ese ida y vuelta con la presión lógica, cometió errores y no acertó en los pases siendo impreciso. No obstante, se aferró a su estilo, ese de jugar siempre y esperar su momento.

El que llegó con la recuperación en el medio y la velocidad para encarar, teniendo una defensa muy sólida para aguantar siempre, que fue la base de la victoria. Y es que se tomó su tiempo para bajar la ansiedad, salir de a poco de su campo y ponerle claridad pero sin calidad.

Arrancó peleado con el arco y terminó justificando el triunfo con los goles de Mauro Bogado y Pablo López. Con mucho compromiso grupal y con contras que le pudieron dar más alegrías. Porque cuando encontró el partido lo manejó, sin profundidad, pero teniendo la pelota y privando a Ferro de cualquier intensión, que con sus limitaciones de equipo que ya no pelea por nada dio batalla hasta cuando San Martín anotó el primer gol.

Por fue ese grito de Bogado el que dio tranquilidad para un primer tiempo extraño en cuanto a la propuesta verdinegra, que se tomó un largo tiempo para llegar al arco de Limuosin. Fue recién a los 17\', cuando López ganó arriba y Leandro González remató para que el arquero de Ferro la desviara. Y luego, sobre los 29\', tras la pared entre José Vizcarra y González, el zapatazo del +Buitre+ se fuera cerca del palo.

San Martín no había hecho mucho en ofensiva y todo era pura insinuación. Hasta que la tranquilidad para empezar a hacerse dueño del pleito cayó con el tanto de Bogado. Iban 38\', Alvarez envió el tiro de esquina pasado, para que por detrás y de volea, el volante derecho la metiese en el primer palo.

A partir de allí, el partido cambió. San Martín creció en todas sus líneas, superó al rival y empezó a manejar la pelota. Distribución y dejar de meter pelotazos marcaron el camino. El mismo que tuvo continuidad en el complemento para construir el triunfo sin descuidarse.

Sobre los 14\', el tiro libre de Bogado casi se mete de no ser por los reflejos de Limousin. Y así como buscaba terminar cada jugada, aguantaba en todos los sectores de la cancha para no sufrir sobresaltos.

Y en ese ida y vuelta, y cuando ya Ferro estaba desarticulado, el Verdinegro lo dio el segundo gran golpe a los 22\'. López recibió en el área el envió preciso de Bogado, la bajó, enganchó y colocó arriba para ese 2-0 que se pareció más a la propuesta y ambición de ambos.

Después, Azconzábal se reagrupo atrás. Hizo variantes para cuidar el resultado y hasta pudo ampliar. Fue victoria, de las que se cotizan en alza, porque San Martín se subió al tren y mantiene viva la llama del ascenso.