Cinco hombres fueron detenidos en las últimas horas, acusados de integrar la banda de delincuentes que, la semana pasada, se apoderó de al menos 400 mil pesos, tras cometer un secuestro virtual a un matrimonio en la ciudad de Villa Carlos Paz. Uno de los apresados es un cabo de la Policía de Córdoba: los investigadores no sólo que creen que el grupo habría cometido otros casos de ese tipo, sino que, además, sospechan que el suboficial sería el cabecilla del grupo.

No se descartan más arrestos: por caso, mujeres que habrían actuado en complicidad con los ahora acusados.

La detención del efectivo constituye un nuevo escándalo para la Policía, si se tiene en cuenta que en los últimos tiempos varios uniformados han terminado presos e imputados por graves delitos.

Los cinco hombres apresados (en Córdoba capital) fueron imputados, por ahora, como supuestos autores de “estafa”, por orden del fiscal de instrucción Gustavo Marchetti. Al suboficial se le agregó el delito, según informó la Policía, de tenencia de estupefacientes (porros).

Además del policía, fueron detenidos dos cordobeses y dos porteños mayores de edad.

Entre las pruebas contra los sospechosos y, en especial el policía, están: los rastreos de llamadas telefónicas y el entrecruzamiento de las comunicaciones, además de “varias guías telefónicas” con anotaciones en los números y los nombres.

En los operativos se secuestraron al menos 10 celulares, gran cantidad de chips, dinero en efectivo en moneda nacional y extranjera, tres automóviles –uno de estos era un VW Fox, recientemente adquirido–, además de perfumes, electrodomésticos, el arma de fuego y el chaleco antibalas del uniformado, quien se desempeñaba en la capital provincial.

Esta supuesta organización, sospechan los pesquisas, se movía en automóviles mientras se hacían las extorsiones telefónicas. No hubo llamados realizados desde prisión alguna.

Engaño nuevo

El pasado jueves a la mañana, un matrimonio domiciliado en barrio Villa Domínguez, de Villa Carlos Paz, recibió un llamado en el teléfono particular.

Cuando Mario Volonti (el jefe de familia) atendió, alguien se hizo pasar por su hijo y comenzó a decirle que empezara a juntar dinero, ya que la nieta “estaba secuestrada”.

Volonti cayó rápidamente en el engaño. La víctima supuso que su hijo estaba siendo amenazado por delincuentes en su casa de Buenos Aires y entró en desesperación.

Volonti, siguiendo las instrucciones que escuchaba, reunió 400 mil pesos que tenía ahorrados con su esposa para la compra de una casa y, tal como exigía el delincuente, los metió en una bolsa negra y los dejó en la calle. Al parecer, un auto con varias personas pasaron a los segundos y se llevaron el suculento botín.

Presos a las 48 horas

La investigación policial se centró en testimonios y en el análisis de llamadas, luego de lo cual se concretaron allanamientos por parte de pesquisas de la Departamental Punilla en Córdoba capital. Se concretó al menos una decena de allanamientos, en su mayoría en Marqués de Sobremonte.

La sorpresa se dio en un domicilio de calle Galvez de barrio Granja de Funes II, donde fue detenido el cabo de policía Juan Manuel Fraga (26).

La Policía informó que los otros detenidos fueron Carlos Horacio Cristhon (23) y Maico Cristhon (18), oriundos de Buenos Aires; Eduardo Darío Olivera (26) y Osvaldo Norberto Aguirre (32). Los dos últimos son cordobeses.

El fiscal dijo a La Voz del Interior que no descarta que los sospechosos pudieran haber cometido otros casos similares.

Engaños telefónicos

Modalidades. Los engaños son de distinto tipo. A veces, alguien llama por teléfono y se hace pasar por un policía o por un médico que informa sobre un supuesto accidente. Cuando la víctima cae en el ardid, quien llama se hace pasar por secuestrador (siendo que no hay nadie raptado) y exige dinero. En otros episodios, alguien del otro lado de la línea llora, fingiendo ser la víctima. Hubo casos de víctimas que, como pasó en Carlos Paz, fueron engañadas por personas que se hicieron pasar como familiares.

Cortar llamada. La Policía de Córdoba recomienda que frente a una llamada de ese tipo y, a pesar de la exigencia del supuesto secuestrador, se debe cortar de inmediato la comunicación. Acto seguido, se debe alertar a la Policía, al teléfono 101.