Según testigos, la marcha del vehículo, un Chrysler Neon –dominio CZC 867- hacía evidente esta situación, sumado a que la unidad transitaba con el neumático delantero izquierdo reventado y la llanta visiblemente deteriorada.

Sin embargo, lo curioso fue que el propio conductor se detuvo en la Comisaría de la Mujer, ubicada en el ingreso a este camino, en el barrio Stella Maris. Allí se bajó y aseguró que estaba en estado de ebriedad y que no podía conducir más.

El comportamiento del joven llamó la atención de los uniformados, quienes se comunicaron con su padre para que lo fuera a buscar a la dependencia. Mientras tanto, en el lugar se hizo presente personal de la Seccional Tercera para realizar la diligencia del caso.

Pasaron los minutos, el progenitor nunca llegó y el joven mutó de arrepentido a violento. Así comenzó a amenazar al personal policial, lo que hizo que fuera reducido, según se informó desde la seccional a donde finalmente fue trasladado.

Pero todo no terminó allí, ya que en la requisa preliminar del vehículo se encontró una pistola calibre 22, debajo del asiento del acompañante. De esta forma, el joven fue detenido y se le practicó el control alcoholemia, el cual arrojó 2,26 gramos de alcohol por litro de sangre. Hoy será sometido a la audiencia de detención.