Las fábricas certificadas son las de Barcelona y Azeitão (Lisboa) y los manantiales de Fontoira (Lugo), Santolín (Burgos) y Aguas del Maestrazgo (Teruel), a las que se suma el manantial Vilas del Turbón (Huesca), que ya verificó sus cero emisiones netas en 2020 y ha renovado así su compromiso.

Entre las acciones puestas en marcha, la compañía ha destacado los esfuerzos de su planta de Barcelona para usar energía eléctrica con certificado de origen renovable y un sistema de iluminación LED inteligente, así como en la optimización de la temperatura de llenado y la instalación de aislamientos térmicos para evitar las pérdidas de frío y calor en las instalaciones.

En Fontoira se ha optimizado también el proceso de soplado de las botellas de PET y se han compartido vehículos para disminuir los kilómetros recorridos en el desplazamiento de los empleados, mientras que en Santolín se ha optimizado el consumo energético en los compresores y se han instalado aislamientos térmicos.

La embotelladora ha destacado en una nota que estas certificaciones son un “paso significativo” en su estrategia de reducir las emisiones, en línea con su compromiso de lograr la neutralidad en carbono a lo largo de toda su cadena de valor en 2040, diez años antes del horizonte de obligatoriedad marcado por la Comisión Europea.

El pasado año, la compañía en España y Portugal consiguió reducir un 20,4 % sus emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 2019, y tiene como objetivo recortarlas en un 30 % para 2030.

Las emisiones de alcance 1 en la península Ibérica, derivadas de las operaciones directas, suponen el 6 % de su huella de carbono; las de alcance 2 (emisiones indirectas de la energía adquirida) son prácticamente cero; y las de alcance 3 (envases, ingredientes, distribución de productos y equipos de frío) son responsables del 94 % de las emisiones de CCEP.

Planta embotelladora de Coca Cola Europacific Partners (CCEP) en Fontoira (Lugo).Imagen cedida por CCEP

 Para lograr sus compromisos, la compañía está apostando por renovar los equipos de frío para que sean libres de hidrofluorcarburos (HFC) y energéticamente más eficientes, al tiempo que está incorporando vehículos eléctricos e híbridos (un 5 % de la flota), y usando combustibles renovables, junto a otras medidas.