Santiago del Estero sigue seduciendo al gran público de Cosquín

Todas las tardes la movida comienza en el stand de la provincia en la vereda de la plaza Próspero Molina.

Santiago del Estero sigue seduciendo al gran publico de Cosquin

Al menos 30 peñas, de todos los tamaños, funcionan cada noche en esta ciudad, como satélites del escenario Atahualpa Yupanqui, y en cada una de ella es común observar a músicos de nuestra provincia, y cuando no, se escuchan los temas nuestros autores y compositores.

De allí que cada vez se hace más fuerte la presencia santiagueña en la Capital Nacional del Folclore.

La movida comienza bien temprano, apenas el sol cae por detrás de los cerros, en el stand de la provincia de Santiago de Estero, ubicado en la vereda de la plaza Próspero Molina, obre la calle San Martín.

Allí se colocan los micrófonos donde termina la vereda, y comienzan a desfilar los artistas, mientras que medio centenar de turistas de todo el país bailan en la calle y piden chacareras, gatos, escondidos y zamas, en ese orden de preferencias.

Los músicos acuerdan con tiempo su actuación en el espacio, que funciona de 10 a 21, con la coordinación de Sandro Mansilla y Matilde Bonzini, ya que es incesante el desfile de artistas por las calles coscoínas, y todos quieren mostrar sus propuestas.

En las peñas

Otro tanto sucede en las peñas que abren sus puertas a las diez de la noche y se extienden hasta las cinco o seis de la mañana, según lo mande el público presente.

Existen aproximadamente 30 reductos en los que se puede escuchar folclore aparte del escenario del Festival Nacional de Folclore en la plaza Próspero Molina, entre las clásicas peñas, que tienen capacidad para entre 400 y 600 personas, y pubs y confiterías, mucho más chicos, pero que cuentan con un pequeño escenario por el que desfilan un sin fin de artistas de todo el país.

La Casa de los Carabajal, la peña de Los Manseros Santiagueños y La Fisura, de Jorge Luis Carabajal, son hasta el momento las más buscadas por el público. Los mayores, aquellos que buscan pasar una noche con música y comidas típicas, acuden a la de los famosos grupos folcloricos, mientras que la juventud se vuelca al local de La Fisura, un amplio salón que sólo cuenta con el escenario y no hay mesas ni sillas, sino que el público asiste de pie a los espectáculos.

En todos lados se baila el folclore, pero en ninguno como en La Fisura. Es el sello distintivo de la peña elegida por los jóvenes.

En La Casa de Los Carabajal, es común ver a gente de todas las provincias, familias enteras que disfrutan del espectáculo, que cada noche la cierra algún integrante de la familia.

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