SALTA MULTIETNICA 9 naciones aborígenes conviven en la provincia

El Estado reconoce a los avá-guaraní, wichí, chorote, tapiete, chané, chulupí, toba, diaguitas calchaquíes y kollas.
Con nueve naciones nativas reconocidas por el Estado, Salta se destaca en la Argentina por la presencia aborigen en su territorio. Esta presencia tiene ya más de 10 mil años y sigue activa.

La vigencia aborigen -aún en medio de las urbanizaciones- sumada al aporte de las inmigraciones, imprimieron el carácter multicultural de la provincia. En su sociedad circula la historia de muchas comunidades y es una experiencia civilizatoria singular en el país y en el continente.

Aunque en general sean invisibles a los ojos de las ciudades, su presencia se hace sentir en los hábitos y costumbres.

Nueve formas de comprender al universo y al fenómeno humano que lo observa han influido e influyen en la vida diaria de las sociedades del norte argentino. Aunque en general sus emisores sean invisibles a los ojos de las grandes ciudades, su presencia se hace sentir en los hábitos, en las manifestaciones religiosas y festivas, en la salud, en las artes, la política, en la muerte y la vida cotidiana de los pueblos. El habla popular de Salta, por ejemplo, se encuentra imbricada de palabras nativas cuyos objetos no pueden ser descritos con otros términos.

Aunque ya no se hable en los pueblos que han reconocido ese origen en la provincia, el quechua se mantiene vivo y se reproduce en el lenguaje coloquial local. Algunos autores señalan que tiene más presencia en Salta que en otros países andinos donde es idioma oficial.

Otras lenguas ancestrales se siguen hablando e incluso muchas ampliaron su influencia con el aporte de docentes bilingües en las escuelas. En Salta se habla el wichí del pueblo mataco, el tapy’y de los tapieté, el iyojwaja de los chorotes, el niwaklé de los chulupís, el arawak de los chané, el kom’lek de los tobas y el avá-guaraní de los chiriguanos. Lenguas que siguen sosteniendo su particular descripción del universo y que enriquecen el tesoro cultural de la sociedad.

El Estado está llevando a cabo dos relevamientos importantes de las poblaciones aborígenes con la implementación de la Ley Nacional 26.160 de "Emergencia en la Posesión y la Propiedad de Tierras Indígenas". Con estos censos se busca la "visibilización" de los pueblos ancestrales y de su situación actual en el país.

El Estado provincial reconoce la existencia de 9 etnias: avá-guaraní, wichí, chorote, tapiete, chané, chulupí, toba, diaguitas-calchaquíes y kollas. Todas ellas se encuentran representadas por vocales en el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas, presidido por el tapiete Ernesto Killo.

Así como no existe una cifra definitiva para la cantidad de población aborigen de Salta, tampoco se asegura cuál de las comunidades es más grande, aunque la cuestión se discute entre el pueblo wichí y el kolla.

Los pueblos aborígenes en la historia

Las investigaciones arqueológicas se encuentran modificando la concepción que se tenía de las primeras poblaciones aborígenes de la provincia. Muchos las sitúan en una edad cercana a los 10.000 años AP (antes del presente).

Por entonces aparecen grupos nómades de cazadores, conocidos como Ayampitín. En San Antonio de los Cobres algunas ocupaciones de estos trashumantes del Holoceno Medio tuvieron fechados de 5.200 años AP. Se extinguieron en la Puna alrededor de los 3.400 años AP, por la evolución selectiva de poblaciones.

En el Período Tardío se produce la estratificación de las sociedades del territorio. Dicho período estuvo caracterizado por organizaciones políticas de tipo jefaturas con la aparición de señoríos como los que se pueden testificar en Santa Rosa de Tastil o la cultura Aguada.

La llegada de los incas tuvo consecuencias apabullantes para los habitantes de la zona. Introdujeron en la región nuevas poblaciones de sitios distantes de sus dominios, como los chicoanas o chachapoyas.

Las formas económicas

En el Chaco

Muchos aborígenes practican la caza, la pesca y la recolección de frutos del monte como medio de subsistencia. Lo producido se usa para autoconsumo, medicina, forrajeo, elaboración de artesanías para la venta y/o venta directa de los mismos.

Esas actividades implican un movimiento estacional de las familias. También crían ganado menor y animales de granja. El aprovechamiento forestal se destina tanto para uso doméstico (provisión de leña, mejora de cercos, construcción de viviendas y utensilios) como para venta directa (postes) y/o para la elaboración de artesanías, carbón y fabricación de muebles.

Mientras más montaraz es el pueblo, más se manifiestan estas características. Los guaraníes y chanés mantienen como práctica principal el cultivo. Ambas comunidades tienen muy buenos artesanos. Tobas y tapietes son comunidades muy urbanizadas y muchos de sus integrantes trabajan en relación de dependencia. Chorotes y chulupíes trabajan el cháguar y las semillas, son pescadores y recolectores. Por su conocimiento de la zona, algunos aborígenes son empleados en petroleras y grandes productores del campo.

En las Yungas

Las comunidades kollas de las Yungas salteñas practican la agricultura y ganadería de subsistencia con mano de obra familiar.

Los productores deben movilizar sus ganados en busca de mejores pasturas según la época del año, siendo la ganadería de bovinos, cabras y ovejas la actividad fundamental.

Según estas condiciones se practica el cultivo en zonas altas y bajas. El principal destino del cultivo es el autoconsumo, con venta y/o trueque sólo del excedente. Recolectan del monte para usos medicinales y alimenticios. También se caza y pesca, pero sin fines comerciales.

El aprovechamiento forestal tiene usos domésticos para leña, manufacturas o venta.

Los avá-guaraníes cultivan principalmente el maíz, aunque producen también verduras, legumbres y frutales. Estas comunidades, al igual que las wichis, combinan la caza, la recolección de frutos del monte, la pesca, la producción en cercos, la cría de ganado mayor y menor y aprovechan la riqueza forestal.

En los Valles

Los kollas y diaguitas-calchaquíes son principalmente agricultores. Algunos se caracterizan por la cría de ganado (bovino, caprino, ovino, camélidos), de tipo extensivo.

La cría de aves de corral se destina al autoconsumo. Producen frutales desecados y cultivos de hortalizas, maíz y aromáticas. Este tipo de agricultura es a secano y con riego mediante acequias. Algunos pobladores producen cultivos de renta como pimiento para pimentón, hortalizas y poroto. Según las zonas, el orden de importancia de la actividad agrícola o ganadera puede verse invertido.

Son buenos artesanos de cerámicos y de tejidos.

En la Puna

Los kollas de la Puna salteña tienen unos pocos cultivos familiares destinados al autoconsumo, debido a la conjunción de la altura, suelos pobres y escasas precipitaciones.

Articulan la actividad con la cría de ganado menor, aves de corral y otros animales de granja.

Complementan sus actividades con el uso de recursos del medio. Se crían ovejas y cabras y otros animales de corral.

Ultimamente algunas comunidades se han abocado a la cría de camélidos. Se usan los arbustos característicos para leña. Realizan artesanías de telar. Los excedentes se venden o truecan. Muchos son empleados en las mineras.

Comentá la nota