Los restos fueron encontrados a mediados de julio, luego de una denuncia que efectuaron trabajadores de Trasnoa, que señalaron y mostraron fotografías de huesos hallados cuando se efectuaban las obras en la estación transformadora y que por decisión de la empresa se escondieron, para evitar la suspensión de los trabajos.

Con ese conocimiento el juez Farah, de turno durante la feria, ordenó las excavaciones para encontrar los restos, habiéndose recuperado cinco huesos, tras lo que se iniciaron las investigaciones, y las pericias a través de los laboratorios correspondientes.

Sin embargo no se pudo ni siquiera conocer si los huesos son de un hombre o de una mujer, menos aún la antigüedad de los mismos. Ante esa situación se pidió la intervención del museo que cuentan con elementos necesarios por el tipo de muestras, por lo que se tratar de identificar el ADN, si hubiera en los huesos, para saber si se trata de un hombre o una mujer y el tiempo que tienen de antigüedad.