La Ruta Provincial número 70, en Buenos Aires, fiel testimonio de las mentiras políticas en materia de obra pública

La Ruta Provincial número 70, en Buenos Aires, fiel testimonio de las mentiras políticas en materia de obra pública

La falta de previsión y la poca consideración sobre la vida, ha motivado que se haya llegado a reparar como si fuera un camino de tierra.

La Ruta Provincial número 70 bien podría ser el testimonio más acabado de las mentiras políticas en materia de obra pública en territorio de Buenos Aires. En el año 2008 el entonces gobernador Daniel Scioli hizo colocar una gigantografía anunciando su reparación. Los trabajos que se realizaron siempre dieron vergüenza. Hubo promesas de seriedad por parte de las autoridades bonaerenses de aquel entonces, en repetidas oportunidades. El ex motonauta dejó el gobierno el año anterior y la ruta también. Esta última, hecha un desastre.

Se podría escribir un largo artículo sobre el particular. Para evitar entrar en mayores detalles, solo señalar que siendo Emilio Monzó, intendente municipal de Carlos Tejedor, junto a su par de Rivadavia y ahora socio político, Sergio Buil, iniciaron una intensa “movida” con el fin de conseguir que la ruta se reparara e incluso se continuara hasta su distrito. Se convocó a las autoridades de La Pampa. La 70 une la provincia de Buenos Aires con el vecino territorio, pasando por una zona altamente productiva y la localidad de González Moreno. El tramo que corresponde a los pampeanos siempre se ha exhibido como una especie de “billar”. Quedaron las intenciones. El ahora presidente de la cámara baja nacional pasó a ocupar una banca en Diputados de la provincia, hasta llegar a ser ministro de Asuntos Agrarios. Buil quedó solo en la estocada y la ruta ahí está, constituyendo un peligro para el tránsito.

En los últimos tiempos se ha dicho que la cinta asfáltica habrá de repavimentarse definitivamente. Siempre hay problemas como consecuencia del avance de las aguas del Río Quinto que pone en peligro una parte del trayecto. Han ocurrido innumerables accidentes con pérdidas fatales.

La falta de previsión y la poca consideración sobre la vida, ha motivado que se haya llegado a reparar como si fuera un camino de tierra. Pasan centenares de autos por día, camiones y transporte público. Una lamentable actitud del Estado, frente a una vía de comunicación imprescindible.

 

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