Enrique Symns, periodista, escritor, ex amigo del Indio Solari y gran conocedor del mundo del rock y las drogas, presentó en Mar del Plata una antología de “Cerdos & Peces”, revista que fundó en albores de la democracia y que le valió bombas y detenciones. Lejos de censuras habló con El Atlántico
Definir a Enrique Symns, resumir su historia, es tan difícil como no sorprenderse ante sus declaraciones: “Fui abusado a los 9 años”, “Cerati estaba consumiendo cocaína”, “No me sorprende la fortuna del Indio Solari”. Tres de las múltiples frases que el creador de “Cerdos & Peces”-revista que coincidió con el destape democrático en 1983-, tiraría sin tapujos, a lo largo de su encuentro con El Atlántico.
Desde hace dos días, Symns se encuentra descansando en la ciudad que pasó parte de su conflictiva infancia y adolescencia “primero por Parque Luro y después en la Perla, por Independencia y Libertad”, para presentar este sábado a las 19 en la librería de Santa Fe 1654, un libro que compila las tapas y escritos de todos los números de la polémica publicación que sin tapujos, planteaba el consumo de las drogas, la homosexualidad, el anarquismo, el sexo explícito, la prostitución o la pedofilia; además de contar con entrevistas a actores de la escena -por aquel entonces- marginal del rock nacional, como Fito Páez o Los Redondos. Inclusive, el Indio Solari fue una de las firmas que tuvo la revista hasta que el escritor y el músico rompieron su vínculo.
Directo, sincero, asegura aún no haber leído el libro, que se editó en marzo. “Ni lo voy a leer porque estoy cansado de Cerdos y Peces”. “En realidad -explica- estoy cansado del pasado, que es un espectro que te persigue, es un fantasma. Es más grande lo que fuiste que lo que vas a ser”.
El trabajo de recopilación de material y selección de textos lo llevó a cabo el periodista Juan Mendoza, y tomó más de un año. “Lo que más costó fue conseguir todas las revistas, que, ahora me entero, se transformaron en material de colección”, dice sorprendido. “Algunos números salían 100 dólares y los tuvimos que comprar, porque nunca guardé ninguna porque eran parte del pasado. Como Hemingway que el recuerdo es un recurso técnico del olvido”.
Por cuestiones legales, los textos que se pueden leer a través de las 300 páginas del libro, son de la autoría de Symns, “por riesgo de juicios que nos pudieran hacer”.
Osea “del Indio (Solari) no pude poner ninguno porque me hace juicio…a pesar de que tiene 13 millones de dólares, según la revista Forbes”, ironiza, al recordar a quien en las antípodas de Los Redonditos de Ricota fuera su gran amigo. Inclusive, el escritor fue quien le presentó al cantante a su mujer, “la negra” Poli, la “Yoko Ono” del rock nacional como la definen algunos. “Con tanta plata podría ayudar a ex amigos como yo”, continúa bromeando.
- ¿Te sorprendió esa publicación millonaria?
- No, para nada. Aristóteles lo dijo hace miles de siglos: “el dinero es un vil maligno que apesta el alma y convierte a los hombres en depredadores”. Y es cierto. Tengo muchos amigos millonarios como Fito Paez y Los Redondos, y ninguno ayuda a nadie, no les importa el destino de los demás. Fijate el cantante de la Bersuit (Gustavo Cordera)…es una estrella frívola. Eric Clayton dijo “es un error que se nos considere a los rockeros malditos como a los poetas, porque a nosotros nos gustan las buenas camperas…”. El rockero es un idiota, un tipo miserable, con poca mente. Su discurso del barrio es en realidad fascista.
- En el fondo el rock es careta…
- En el fondo el rock es como la Iglesia: la gente va y grita lo que le dice el que tiene enfrente. (Arthur) Schopenhauer decía que en la multitud no hay nadie, no hay un alma, sino que es un vacío. Eso es un recital de rock: un montón de tarados sin alma cantando la misma canción todos juntos, creyéndose alguien por hacer eso.
- El primer número de Cerdos & Peces promovía en su tapa el consumo de la marihuana, lo que le valió una bomba en la redacción de la revista al día siguiente de su salida. Hoy, su consumo ha sido legalizado. ¿Qué opinión te merece?
- No es más que un acto de la burguesía, porque la fuman maestras, psicoanalistas, Ministros…es una droga burguesa. Y es desigual, porque hace pocos días acá en Mar del Plata detuvieron a un grupo de chicos que la consumían... Si las drogas fueran liberadas, la cocaína ganaría pureza y no habría paco ni todas esas porquerías.
- Dada la actualidad mundial, si Cerdos & Peces se editara hoy, ¿tendría el mismo impacto que en los ´80?
- Hoy sería una revista terrorista porque habríamos apoyado la caída de las Torres Gemelas.
- ¿Osea que la “dictadura moral” argentina de la que hablabas en aquellos años no cambió?
- No. Somos un país fascista, no por nada tuvimos de presidente a Perón que fue un gran imitador de Mussolini. Es un país necrófilo, ama la muerte, vive hablando de los desaparecidos, la bomba en la AMIA y los muertos de todos los días. Lo vemos reflejado inclusive en nuestra literatura. Un país es una decisión cartográfica, la Nación es una decisión política y la Patria es una invención siniestra por la cual un tipo que es incapaz de matar al gato de un vecino es capaz de poner una bomba y matar a gente que no conoce, en una guerra.
- ¿Hubo, a tu criterio, alguna publicación posterior a C&P que se le pareciera?
- El director de la Revista Barcelona dijo que tenía como orígenes Página 12 y mi revista, pero lo que esta publicación hizo fue rescatar la parte de humor nada más. Y ese tipo de revistas nunca molestan, ni las persiguen ni les ponen bombas, porque el humor no jode a nadie. Podés hacer un chiste equívoco, que lo único que hace es acentuar una característica, pero no la niega ni ataca.
“Fui abusado a los 9 años”
“Resulta por lo menos sospechoso que una tragedia tan frecuente y traumática como es la violación (cada 60 segundos es atacada una mujer en el mundo) carezca de narrativa. Que yo sepa, no existe en Latinoamérica ningún ensayo que cuente las vicisitudes de las víctimas, el proceder del depredador y las consecuencias existenciales posteriores tanto para la víctima como para el victimario”. Así comenzaba la columna “El fantasma del violador”, escrita por Enrique Symns en el Diario Critica en el 2008, publicación en la que colaboraba, convocado por su fundador Jorge Lanata.
Entonces, no resulta extraño que además es contar que está escribiendo “Adiós Muchachos” -última parte de la triología que comenzó con “El señor de los venenos” (2004) y “Big Bad city” (2006)- también está abocado a un libro “sobre los niños que son abusados, violados. Vengo escribiéndolo desde hace muchos años y no lo he podido terminar”.
Pero el detonante no ha sido sólo la escasez de bibliografía, de testimonios escritos respecto a este flagelo, sino su propia historia infantil: “A los 9 años yo fui abusado. Por eso el primer capítulo se llama “Caperucito rojo”…soy yo”, dice casi riendo por el título elegido.
“No tenía familia, fui un chico de la calle. Me convertí en delincuente hasta los 20 años, pasé por todas las cárceles y ahí aprendí a defenderme y ser malo yo también. Pero ahora ya sólo soy un viejo”, continúa.
- ¿Crees que aquel episodio fue el que desencadenó tu estilo de vida y tu forma de expresarte descarnadamente, que tuvo su punto más fuerte en Cerdos & Peces?
- Sí, es probable que mi revista esté basada en mi mirada sobre el dolor humano, la mentira, el engaño en la mente humana. Para mí siempre fue fácil entrevistar a un loco o un ladrón. El poder siempre me pareció un lugar ajeno al mundo y distante. Por eso no pueden definir el mundo de las drogas aquellos que se dicen expertos, pero nunca la tomaron.
“Cerati había vuelto a tomar cocaína”
“Dejé las drogas hace un año y medio, por una cuestión de salud, porque hace dos inviernos sufrí un ACV y además soy insulínico”, confiesa casi como un lamento. “Es difícil todos los días”, agrega, luchar contra la tentación, contra lo que fue -en realidad- su estilo de vida. “Voy a la casa de rockeros amigos que consumen, pero yo no las toco”, asegurá.
- Al respecto, ¿cómo lo ves a Charly García?
- Charly las dejó porque, al igual que (Daniel) Melingo, tuvo un acompañamiento terapéutico y le dio una gran mano Palito (Ortega). Aunque para mí aún toma un poco antes de salir a tocar. El que había vuelto a tomar era Gustavo (Cerati), el de Soda Stereo…tomaba mucha cocaína pero de la buena. Y hoy está muerto hace dos años…
- A tu entender no tiene vuelta atrás su estado…
- No. La madre está manteniendo una planta…Yo tuve un ACV y si no volvés rápido como volví yo es difícil. Ahora tengo que vivir como una monja para no convertirme en una planta.
- ¿Sos la antítesis de lo que fuiste?
- Me siento castigado por Dios, que no existe, y por la vida, que es una prisión.
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