"Yo los he rociado", habría confesado el hombre que quemó a su mujer e hijo

"Yo los he rociado", habría confesado el hombre que quemó a su mujer e hijo
Se lo habría dicho a un camillero mientras lo auxiliaba tras la explosión de un bidón con nafta que también quemó a su pareja y su hijo.
Quemado y desesperado, el viernes Exequiel Hernán González habría confesado a un camillero: “Yo los he rociado...”

El hombre y su esposa, Emilse Yanet Maldonado, permanecen internados graves, con quemaduras del 80% en todo el cuerpo.

El elemento que provocó el horror en su casa, de manzana B, Lote 1, barrio Arquitecto Luis Bontempo, fue un bidón con nafta.

Dos días después, los investigadores empezaron a dar forma al rompecabezas y éste se sostendría en un drama por crisis en la pareja, subrayó una alta fuente policial.

El proceso arrancó el viernes cuando estalló un bidón y quemó al matrimonio; también a su hijo, Felipe González, de un año y con quemaduras de un 60%.

Dilema

Por estas horas, el fiscal Martín Silva afronta el ingrato trabajo de investigar a las víctimas en busca del móvil ante semejante incidente.

“Y el único tema que guía a la Justicia es la vida afectiva de ambos; allí gira el proceso investigativo”, confió un vocero cercano al incipiente proceso.

De éste se sabe que han sido solicitadas numerosas pericias y no menos testimonios de los familiares, incluidos vecinos.

En forma coincidente, nadie habría manifestado que la pareja afrontara una crisis, lo cual no implica que el panorama haya sido el mismo puertas adentro.

Perspectiva

Por ello, la Justicia encomendó peritajes en la casa y todo lo atinente al bidón que por poco no mató ese mismo día a la familia.

Aquella mañana, Emilse y Exequiel despertaron temprano y alguno inició la discusión.

El porqué, aún implica un misterio difícil de resolver.

En segundos, el hombre habría empezado a recriminar algo a la jovencita, de quien lo separa una diferencia de edad de más de una década.

El momento de mayor escozor sobrevino cuando Exequiel habría tomado un bidón que contenía nafta para su motocicleta.

¿Qué ocurrió entonces? Sólo ambos lo saben.

En segundos, el bidón habría explotado y sus efectos destructores fueron multiplicadores.

El fuego se apoderó de todos, convirtiéndolos en una pira humana, revelaron los voceros.

Auxilio

Urgente, arribó una ambulancia y socorrió a los adultos y al niño.

A un camillero, Exequiel habría alcanzado a confiarle: “Yo los he rociado”, en obvia alusión al bidón con el potente combustible.

No se sabe más nada. Después, el dolor era tan intenso que los médicos decidieron que el mal menor era un coma farmacológico inducido.

El objetivo es atenuar el terrible dolor, señaló una fuente hospitalaria.

Ésta manifestó anoche que el estado de las víctimas es crítico y su futuro imprevisible.

En Terapia Intensiva tienen atención las 24 horas. Todo lo que la medicina tiene a su alcance está haciéndose por ellos.

En ese cuadro de total fragilidad, los médicos siguen de cerca la evolución, sin descuidarse de las heridas internas focalizadas en las vías respiratorias.

Ellas demandan especial control, ya que todos asumen que tienen a dos pacientes en un estado muy grave.

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