Desde Roma

El primer ministro italiano Matteo Renzi, que anunció su renuncia en televisión el domingo, a pedido del presidente de la República, Sergio Mattarella, aceptó suspender su dimisión hasta que la ley de Presupuesto para el año próximo sea aprobada, probablemente mañana o el viernes. Una ley de presupuesto que, según la tradición, no debe ser postergada, pase lo que pase en el gobierno.

Después de los anuncios televisivos y la “batosta” sufrida en el referendo del domingo, algunos pensaron que Renzi quería retirarse de la política, incluso que renunciaría como secretario de Partido Democrático (PD) al que pertenece. El viernes, su renuncia podría ser efectiva pero al parecer no piensa abandonar la lucha política completamente, aunque ha repetido que le gustaría tomarse un “año sabático” y hacer unas lindas vacaciones con su familia.

Mientras se habla cada vez más de un gobierno provisorio, Renzi empezó a decir insistentemente que después de su renuncia había que convocar a nuevas elecciones y rápidamente. Probablemente porque no quiere perder el 40% de votos que consiguió en el referendo y que él cree que favorecería a su partido (aún cuando el NO a las reformas que él y sus partidarios proponían ganó el referéndum con el 60% de los votos). También otros partidos habían pedido elecciones, incluso durante la campaña por la consulta, como el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) de Beppe Grillo y la derecha de la Liga Norte. Forza Italia de Silvio Berlusconi, en cambio, prefiere que antes se haga una nueva ley electoral de la que tanto se ha hablado.

“No le dejo este arma a Grillo”, declaró Renzi refiriéndose a las elecciones inmediatas. “Renzi no está acostumbrado a las elecciones, tiene medio y cree que es una bomba del M5S -comentó Grillo irónicamente-. Querría tranquilizarlo. Las elecciones no son un arma. Son el instrumento democrático que tienen los italianos para elegir sus representantes en la Cámara y en el Senado”. “Querido Beppe Grillo- le contestó en Twitter el jefe del grupo parlamentario del PD, Ettore Rosato-. El PD no tiene miedo de las elecciones. La última vez, nosotros conseguimos el 40% de los votos y tu el 21%”.

Cuando a partir del viernes el presidente Mattarella convoque a los partidos para hacerse una idea de cómo salir de la crisis de gobierno, el PD podría pedir nuevas elecciones. Pero no lo puede hacer Renzi por su cuenta aunque sea el secretario del partido. La dirección del partido en efecto se reunirá hoy y todo hace suponer que “arderá Troya”, como suele decirse. Algunos viejos miembros del PD que se fueron del partido como Giuseppe Civati, piensan que “cuanto más pronto sean las elecciones, más se dividirá el PD. Es necesario esperar, para tener tiempo de hablar y recomponer el partido”, dijo. Civati no es el único que abandonó el partido por diferencias con Renzi. Varios viejos miembros del PD votaron NO en el referendo, lo que habla de la importancia de las divisiones internas en este momento.

La pregunta que muchos se hacen es si ese 40% que consiguió el referendo está integrado realmente por gente que votó a Renzi, a su partido, o a su proyecto político. En definitiva, si esa gente en nuevas elecciones votará al PD, que hoy es el partido con la mayoría relativa en el Parlamento, sería un gran paso adelante para ellos. Pero algunos hechos históricos han demostrado otra cosa. “Cuando estaba dentro del Partido Comunista (PCI), hubo un referendo en el que conseguimos el 45% de los votos. Creímos que conseguiríamos los mismos votos en las elecciones. En cambio luego obtuvimos sólo el 26,5%”, contó Enrico Rossi, actual presidente de la Región Toscana. Según Rossi no se pueden hacer análisis simplistas para interpretar quiénes y por qué votaron Si o NO en la consulta.

Para otros exponentes del PD se debería permitir que surgiera un gobierno liderado provisoriamente por otro de sus integrantes, como el actual ministro de Cultura Dario Franceschini. Un militante que no tiene, dicen sus partidarios, intenciones de candidatearse en las elecciones y que goza de la confianza de los distintos grupos parlamentarios. Esto facilitaría el diálogo interpartidario y tal vez la unidad del Partido Democrático.

Por otra parte, decir elecciones “inmediatas” en Italia no significa que se harán mañana o pasado, ni siquiera dentro de un mes. Hay que esperar que la Corte Constitucional dé su parecer sobre algunos puntos en discusión de la Ley electoral llamada Italicum, que la Corte debería haber tratado en octubre y que recién ayer fijo la fecha de discusión para el 23 de enero. Sin ley electoral no se pueden hacer elecciones. Y además no es ni siquiera seguro que esa ley pueda ser aplicada de igual manera a la Cámara de Diputados y al Senado.