Hace ya algunos meses que el comisario general Ramón Ángel Alegre se siente cansado, luego muchos años en distintos cargos jerárquicos de la Policía de la Provincia -desde jefe de Drogas Peligrosas hasta jefe de la fuerza-, y en más de una ocasión habría planteado ante las autoridades políticas del Ejecutivo sus intenciones de pasar a retiro.

Sin embargo, siempre recibió como respuesta que es un hombre sumamente necesario, y hasta insustituible en la Policía, por su capacidad tanto operativa como de conducción interna.

En este último punto, son muchas las voces que remarcan la alta consideración que tienen los hombres y mujeres de la fuerza policial para con Alegre, quien está en el cargo desde el 29 de mayo de 2012, cuando asumió en reemplazo de Hugo Lisboa. Antes, había cumplido el rol de subjefe de la Policía desde noviembre de 2010.

Paralelamente, otra versión habla de cortocircuitos con el nuevo ministro de Gobierno, Marcos Verbeek, y que días atrás hubo un cruce entre ambos que terminó con un portazo.

De hecho, hace tres o cuatro días, Alegre ya le habría manifestado personalmente al gobernador su decisión de dejar la Jefatura de Policía, y que el primer mandatario le habría pedido que siga hasta diciembre para producir el cambio, junto a otros recambios de funcionarios.

Dos candidatos

Según las versiones, los dos posibles reemplazantes de Alegre son el actual jefe del Servicio Penitenciario Provincial y ex subjefe de la Policía, Gustavo Peña, y el jefe de la Dirección de Seguridad Metropolitana, Justo Mencia.