UNA VEZ MAS, QUILMES CON LAS MANOS VACÍAS

UNA VEZ MAS, QUILMES CON LAS MANOS VACÍAS

Una visión objetiva y pasional del polémico cambio de localía del clásico al "Once Unidos". En esta nota, un ex miembro de "Esto es Quilmes" trata de explicar qué pasa por el corazón del hincha de Quilmes. 

Las aguas marplatenses se siguen moviendo como nunca por estos días. El clásico demostró una vez más porqué es el partido mas importante del básquetbol argentino pero el rebote en los escritorios siempre favorece a uno. Y perjudica a otro, cuando no debería ser así por el bien de todos.

Muchos dan su opinión. Pelean. Discuten. Quilmes quiere jugar en “Once Unidos”. Peñarol quiere ir al “Polideportivo”. Los terceros, como la prensa y directivos de otras instituciones se inclinan por el escenario que data de los Panamericanos del ´95 por las bondades de sus instalaciones.

Pareciera que el único encaprichado en esta historia es Quilmes. Pero, ¿alguien se puso en lugar del “tricolor”? ¿Qué siente el hincha de Quilmes? ¿Por qué esta situación llega hasta donde llega si hace más de 15 años que se juega en la Av. Juan B. Justo y España?

En esta nota trataremos de explicar qué pasa por el corazón del hincha de Quilmes.

Es muy común escuchar decir “como en casa”. Frase que utilizamos mucho para graficar una situación de comodidad y tranquilidad.

Decir “Once Unidos” para el hincha de Quilmes es sinónimo de “casa”. Decirle “Once Unidos” a un quilmeño equivale a robarle una sonrisa, a llevarlo a momentos inolvidables que perduran en el alma y son expresados en una canción que dice: “las alegrías que viví en la tribuna no las cambio por nada” como las corajeadas de Milton Bell, la elegancia de Farabello, la estampa de Dominé o partidos históricos; como aquellos en suplementario contra Atenas o alguna batalla épica del TNA con el “Huevo” Sánchez o el “loro” Maffei en el banco. Jugar en “Once Unidos” lo hace recordar al quilmeño su infancia, a la familia, a sus amigos, a situaciones que se vivieron fin de semana por medio año tras año. Lo hace unirlo directamente a la felicidad, ya que todos los que van a una cancha lo hacen por decisión propia, por amor, no por obligación. Cualquier quilmeño besaría el parquet del “Once” como lo hizo Milton Bell. En definitiva, decir “Once Unidos” para un hincha de Quilmes genera  las mismas sensaciones que al resto de los mortales le provoca cuando le hablan de su casa.

En marzo del ´98 fue la última vez que el clásico se disputó en Once Unidos. A partir de ese momento todos los “Peñarol – Quilmes; Quilmes – Peñarol” se disputaron en el Polideportivo,  salvo las excepciones como las del súper 8 del 2006 en el Ruca – Che de Neuquén y el accidentando partido en Olavarría del 2008 por encontrarse el escenario Panamericano afectado a la final de la Copa Davis con España.

En todos esos años, siempre cuando se acercaba la fecha de un clásico; uno se cansaba de escuchar en los pasillos del “once”, en el puesto de choripanes o en la fila del baño en el entretiempo la siguiente frase: “qué lindo sería jugar acá contra Peñarol ”.

Pero siempre el quilmeño se quedó con las manos vacías.

Aceptando sin más remedio ser el equipo de la Liga Nacional que mas partidos juegue en condición de visitante por esta situación: (2 de la 1ª fase y 2 de la 2ª fase como mínimo si no se cruzaban en play – off), debía agachar la cabeza.

Si bien, Once Unidos no es propiedad de Quilmes y el Polideportivo no es patrimonio del milrayitas, ¿quién puede negar que no son sus casas correspondientes en la LNB?. Los hinchas de Quilmes lo ponen como uno de los principales argumentos para jugar el clásico en el barrio de Parque Luro, y los de Peñarol lo han manifestado con carteles cuando el espectáculo de Flavio Mendoza “Stravaganza” amenazaba con quitarles por 2 meses su localía, cosa que finalmente sucederá este verano. De todas maneras, Peñarol merecida y objetivamente recibió una compensación económica ante esta pérdida. Quilmes nunca recibió nada por jugar 16 años los clásicos fuera de su casa.

A Quilmes lo siguen dejando con las manos vacías.

¿Alguién podría imaginar que en el fútbol Boca haga de local en el Monumental frente a River o viceversa?. ¿O qué el Real Madrid reciba en el Camp Nou al Barcelona?; ¿A qué argentino le gustaría jugar como local por las eliminatorias frente a Brasil en el Maracaná?.

¿Tanto cuesta entender que Quilmes solo quiere jugar el clásico en su casa? Es el único equipo de todas las disciplinas en el mundo que siempre juega en la cancha de su archirrival los clásicos.

Nadie niega que el Polideportivo sea el mejor estadio de la ciudad, y que el partido merezca un escenario acorde. Pero por sobre todo están los clubes; porque sin ellos esto no existiera. Y la esencia de los clubes, la necesidad, el sentimiento; es el de jugar en su casa y “Once Unidos” dio muestras de estar a la altura si lo comparamos con otros escenarios.

Es importante para el marketing de la Liga los escenarios, nadie lo niega. Pero es de mucha más importancia las equidades deportivas, y más en el clásico más importante del país.

En un caso muy conocido y reciente como lo es el de San Lorenzo, el actual campeón de América hizo lo imposible para volver a su “casa”; el barrio de “Boedo”. Todos lo entendieron.

Hasta la Selección Boliviana de Fútbol puede ejercer su localía en donde quiere por esto que nombramos anteriormente. Y en este ejemplo ya intervienen cuestiones de salud por la altura que hay en la ciudad de La Paz. Sin olvidar que el país del altiplano cuenta con estadios con una altura no tan marcada como la de la Capital del país, como por ejemplo en Santa Cruz de la Sierra. “Aquí vivimos, aquí jugamos” afirma una bandera mostrada con orgullo por los bolivianos.

¿Qué hubiera pasado si Quilmes en el último play-off hubiera jugado sus 2 partidos correspondientes en Once Unidos? ¿Campazzo hubiera sido el mismo? ¿Leo Gutiérrez habría anotado esos triples inverosímiles que suele anotar en el Polideportivo con todas las referencias conocidas por el? ¿Leiva le hubiera hablado al árbitro de la manera que siempre lo hace? ¿Se hubiera cambiado el árbitro de uno de los partidos de un momento a otro como sucedió?

Lo concreto es que Quilmes se quedó con las manos vacías…

Pero hubo muchos mas casos en los que los corazones de los quilmeños se hicieron añicos. Sin que a muchos les importara…

Mediados de 1989. La Liga seguía dando sus primeros pasos y aquel año se recordará en el básquet nacional por 2 cosas: fue la vez que se jugó la liga corta para darle lugar a una temporada entre dos años (la Liga ´89/´90 fue la primera del actual formato), y el nacimiento del clásico.

Hasta esos días, Quilmes y Peñarol habían tenido una buena relación, pero las cosas cambiaron. Peñarol ya jugaba en primera y Quilmes por aquel entonces militaba en la desaparecida  Liga B (actual TNA). Los “tricolores” perdieron la final por el segundo ascenso frente a GEPU de San Luis que subió junto a Gimnasia de Comodoro Rivadavia a la Liga Nacional. En la primera categoría, uno de los clubes participantes desistió de seguir en la competencia por problemas económicos y en los escritorios de la ADC se votó para decidir si subía el tercero de la segundo categoría (en este caso Quilmes) para completar la cantidad de equipos en la elite. En una votación pareja, el NO se impuso y Quilmes debió esperar. Uno de los que votó en contra fue Peñarol temiendo que Quilmes le sacara protagonismo en la ciudad. Paradójicamente hoy, el milrayitas protestó para ser local en el primer partido entre ambos de la temporada ya que es una de las recaudaciones mas jugosas y no pretendía perderla.

A Quilmes, a finales de la década del ´80, lo dejaron  con las manos vacías.

Mucho mas acá en el tiempo, nos remontamos a la Liga que fue partida al medio por la crisis económica del 2001. En aquella temporada (´01/´02) Quilmes tuvo uno de los mejores planteles de su historia. Con Daniel Farabello como estandarte, el “cervecero” accedió a las semifinales para enfrentar a Estudiantes de Olavarría, pero tuvo que abandonar “Once Unidos” por disposiciones de seguridad. Más allá de haber perdido, siempre quedó la duda en el corazón quilmeño de qué hubiera pasado si el “tricolor” era local en su casa. Como lo fue Boca tantas veces en la Bombonerita con campeonato incluido en la ´06/´07 con la 12 y la hinchada de Peñarol poniéndole color en los tablones de madera del Luis Conde. O Gimnasia de Comodoro; que los tablones de madera del Socios Fundadores fueron testigos del título ´05/´06. Y podríamos sumar los antecedentes de Sionista de Paraná semifinalista en la ´09/´10, Regatas de Corrientes campeón de la ´12/´13, Lanús finalista de la ´12/´13 o los equipos juninenses, que han jugado clásicos en el “Coliseo del Boulevard”, “El Fortín de las Morochas” o en la “La Cúpula de la Sociedad Rural”. Todos los que hemos visitado estos escenarios, con todo respeto,  sabemos que “Once Unidos” no tiene nada que envidiarle; ya que dispone de tribunas de cemento en su totalidad, 2 accesos cómodos, excelente ubicación en la ciudad, buena visibilidad y óptima comodidad para el trabajo de prensa.

A Quilmes lo dejaron con las manos vacías.

Otro antecedente que llamó mucho la atención fue el acontecido en la Liga ´05/´06. Quilmes venía de una irregular primera fase y debutó en la segunda con 2 triunfazos en Formosa y Corrientes. De regreso a “la feliz”, el micro que transportaba a la delegación chocó a la altura de Santa Fe. Por suerte, no hubo que lamentar muertes ni heridos de consideración; pero solo 3 jugadores mayores (Juan Pablo Sánchez, Chiappero y Patrick Savoy) se encontraban en condiciones de afrontar el próximo juego. Quilmes lógicamente pidió postergar los 2 partidos siguientes, pero tanto la ADC como Atenas y Libertad negaron el pedido y el “cervecero” debió afrontar 2 cotejos claves con juveniles. El “tricolor” perdió ambos partidos.

Y a Quilmes nuevamente lo dejaron con las manos vacías.

Hoy Quilmes vive una nueva etapa dirigencial, mostrando otra actitud en cuestiones políticas y eso es lo que están haciendo Pablo Zabala y su gente.

Muchas cosas se hablaron en estos días criticando la actitud de los dirigentes de Quilmes, pero la gran mayoría desconoce todos los antecedentes por los que Quilmes siempre termina con las manos vacías en estas cuestiones. Se criticó a Zabala por descartar la buena recaudación que dejaría jugar el clásico en el polideportivo. Se lo criticó por pedir la localía cuando Peñarol fue el campeón. Se lo critica por no cuidar el marketing y la imagen de la Liga y hasta se le reprochó que, a pesar de que la supuesta vuelta a “Once Unidos” era sin público visitante, podría ser un peligro latente para todo el barrio de Parque Luro.

Repasemos la historia:

A mediados del 2011 Quilmes logra su tercer campeonato en la segunda categoría y nuevamente el pasaje para jugar en la elite del básquet de la mano de Daniel Maffei. En la pretemporada ocurren 2 hechos que ayudan a entender un poco más este presente. El primero sucede con la intención de organizar 2 amistosos entre los clásicos rivales en la pretemporada. Quilmes acuerda con el municipio la realización de la “Copa Ciudad de Mar del Plata” la cual dejaría en las arcas de los 2 clubes una importante suma de dinero similar para ambos. Cuando le comunicaron a Peñarol la buena noticia este desistió rotundamente de participar. Aparentemente, los motivos habrían sido de egos, ya que desde la dirigencia de Peñarol no habrían aceptado que el acuerdo se haga entre el municipio y Quilmes, sin antes consultarles.

Semanas más tarde, Quilmes solicitó ser local en el partido inaugural frente al campeón vigente Peñarol; como lo había hecho El Nacional de Monte Hermoso en la ´07/´08. El equipo del balneario venía de obtener el TNA y recibió en su cancha al campeón Boca Juniors. Como era de esperar, a Quilmes le negaron el pedido.

 Y otra vez por partida doble, lo dejaron con las manos vacías.

En la temporada pasada, Peñarol no venía de ser campeón pero también organizó el partido la 1ª fecha para enfrentar como local a Quilmes y en esta, la que empezará el 29/9, no había solicitado esa localía y fue a sorteo como indica el reglamento. Esa lotería favoreció a Quilmes pero, Peñarol pidió ser local aduciendo ser el último campeón y el pedido fue aceptado.

Suenan raras las críticas hacia Zabala de algunos (no todos) escudándose en el marketing, cuando todos sabemos que el déficit de la mejor dirigencia de la historia del básquet nacional y me atrevería a decir una de las mejores deporte nacional (la de Peñarol) fue el marketing. La atención a la prensa en el Polideportivo siempre dejó mucho que desear, su Jefe de prensa hace lo que puede y lo que le permiten. Exceptuando las finales;  los espectáculos y los shows brillan por su ausencia salvo por la mínima participación de las “peña-dancing”.

La difusión de la institución nunca fue buena;  y en una ciudad con más de 700.000 habitantes y que supera el 1.000.000 en la temporada estival, si no es con Quilmes o en una instancia decisiva, la media de local no supera los 2.000 espectadores siendo generoso.

En cuanto a la seguridad, Quilmes juega en Parque Luro hace más de 20 años, descendió 2 veces en “Once Unidos” y salvo algún incidente por demás aislado, nunca sucedió nada.

A Quilmes, ¿lo quieren dejar con las manos vacías?

No hay partido mas atrayente en la Liga. Y la temporada en la que ambos pelearon arriba (´06/´07), fueron las de mejores recaudaciones. ¿Se imaginan si Peñarol y Quilmes dominarán la competencia?; no habría mejor marketing para la liga que venderla con un clásico a la altura. Como Boca y River, Barcelona y Real Madrid, Inter y Milán o Lakers y Boston Celtics.

A lo largo de la historia, Quilmes ha demostrado ser un club modelo. No solamente por la infraestructura y la gran cantidad de disciplinas que ofrece como club a la comunidad, sino también por ser una institución prolija y ordenada.

Como a muchos le ha pasado, siempre hay momentos difíciles, duros y complicados. Pero Quilmes supo como superarlos para colocarse entre los más grandes del básquet argentino a pesar de no haber conseguido un título. Porque más allá de todo, Quilmes tiene la obligación de hacer Liga, no como algunos campeones que nunca más se supo de ellos. Con la participación en esta temporada,  el “tricolor” superará a Ferrocarril Oeste en presencias (21 contra 20 de los de Caballito) situándose en la 6ª colocación de los que más han jugado la Liga. Porque tiene una de las hinchadas mas fieles, seguidoras y numerosas de la Liga. Y porque es, junto con Peñarol; uno de los animadores del clásico más importante del país.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto en estas líneas, se trata de explicar las causas de porqué Quilmes quiere jugar en “Once Unidos”. Cómo se justifica y qué siente el hincha “tricolor”, en su carácter de “club histórico de la liga”.

Es por eso, que el hincha de Quilmes se siente identificado y reivindicado con la lucha que plantea Pablo Zabala. El “cervecero” viene de muchos años de ser víctima a atropellos, faltas de respeto y avivadas; por lo que hoy en día solo trata de poner las cosas en su lugar. Simplemente de ubicar a Quilmes en el lugar que le corresponde. Aunque a algunos le moleste.

“La única lucha que se pierde es la que se abandona”. “La fuerza de las palabras son los fundamentos, y Quilmes los tiene.”

Esperemos que una vez más; no lo dejen con las manos vacías, como ha sucedido siempre. No lo merece.

 

Por Máximo Luis Falaschini.

Ex relator de “Esto es Quilmes”.

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