Producto de su ineficacia, cedió terreno por el título

Producto de su ineficacia, cedió terreno por el título
Estudiantes perdió 1-0 con Godoy Cruz y quedó a 4 de la cima del campeonato. Tuvo varias chances para romper el cero, pero volvió a fallar y lo pagó muy caro. Facundo Castillón a los 35 minutos del complemento, marcó el tanto para el Tomba.
Estudiantes sufrió un duro golpe a sus pretensiones de campeonato. El Pincha perdió 1-0 ante Godoy Cruz y quedó a 4 puntos de la cima que ostenta Gimnasia, cuando quedan 9 en juego. Facundo Castillón a los 35 minutos del segundo tiempo marcó el tanto que sería definitivo. El Tomba con esta victoria quedó a 2 del liderazgo y respira un poco más aliviado en su lucha por evitar el descenso.

El cuadro de Mauricio Pellegrino se mostró confundido, errático y sin la explosión que lo caracteriza. Aunque se repitió en lo que ya parece el sello de este ciclo: la ineficacia ofensiva. La visita no tuvo más de tres situaciones de peligro mientras que el local contó con más de cinco claras. Ahí estuvo la diferencia sustancial para que el resultado particular y global, se dieran la mano.

Para visitar a Colón en Santa Fe, Estudiantes no podrá contar con Juan Sebastián Verón que llegó a la quinta amarilla. Otro que puede quedarse afuera es Leandro Desábato, que se retiró lesionado antes del gol visitante.

En los cambios del entrenador local se puede encontrar un poco la explicación para esta derrota. Matías Aguirregaray (falto de fútbol después de una larga lesión), Juan Manuel Olivera y Jorge Luna casi que no incidieron para mejor en el rendimiento del equipo. Y ante la salida del Chavo, la defensa quedó expuesta.

Profunda medianía. El primer tiempo se caracterizó por la paridad teñida en mediocridad por algunos pasajes. Estudiantes no tuvo tanto la pelota como suele suceder, en parte porque Godoy Cruz le planteó batalla en ese aspecto. Eso hizo que las situaciones fueran repartidas, con uno poco más de claridad para la visita.

A los 3 minutos, Franco Jara la robó ante una mala salida del fondo tombino y se fue con la pelota solo. Pero definió demasiado mal con una suerte de emboquillada que no salió para nada.

El Tomba respondió por las bandas, gracias a la explosión de José Luis Fernández por izquierda y Lucas Ceballos por derecha. Justamente en los pies de él llegó la primera ocasión de gol a los 5 minutos con un remate dentro del área que llegó a despejar Gerónimo Rulli con las piernas.

Sobre los 8, se dio una de las situaciones más extrañas del partido. Jorge Carranza tomó la pelota con las manos fuera del área interpretando que Federico Beligoy había cobrado offside. Pero como no fue así, el árbitro sancionó tiro libre. La infracción la ejecutó Verón con un disparo rasante que se fue apenas por el palo izquierdo.

El partido transitó por un largo período de pasividad. Un tanto por los nervios de ambos y otro por la incapacidad de romper el cero ante los planteos tácticos.

A los 32, se rompió esa monotonía con una aproximación del Pincha. Fue una contra bien manejada pero mal ejecutada. La arrancó Franco Jara para Patito Rodríguez que esperó, amagó y encontró a Silva solo, pero el lateral no pudo definir nunca.

El cuadro mendocino casi encuentra el gol a los 43 cuando un centro desde la izquierda de José Luis Fernández no llegaron a conectar ni Óbolo ni Castillón.

El precio de la ineficacia. El segundo tiempo no entregó demasiadas diferencias en cuanto al desarrollo que el primero. El gol de Godoy Cruz y las chances desperdiciadas por Estudiantes le dieron ese toque particular que terminaría por definir la historia.

Sin claridad y con más empuje que buen juego, el Pincha arrinconó al rival. A los 11 minutos se encontró con la situación más clara, cuando un remate de Franco Jara obligó a un rebote largo por parte de Jorge Carranza; Guido Carrillo remató al gol pero el arquero se logró recuperar, desvió la pelota para que se estrelle en el travesaño.

Con el correr de los minutos, el desorden se fue apoderando del equipo local. No tanto por las ansias de victoria, sino por los cambios que hizo el entrenador que debilitaron la estructura. Así y todo, tuvo la chance de abrir el marcador, una vez más.

Fue a los 33 minutos cuando un córner a favor terminó con dos salvadas en la línea. Primero ante un remate de Jara y luego un desvío de Silva. El peligro se extendió hasta los 34 minutos cuando el arquero tapó en el primer palo una chilena de Franco Jara.

Fue un presagio. Una suerte de maldición. Porque de esa jugada, un pelotazo largo cayó en los pies de Castillón. El rubio la peleó, superó a la defensa y encaró a Rulli. Lo eludió y remató al gol cuando el reloj marcaba los exactos 35 minutos de juego en el complemento.

El gol visitante fue una sentencia, un golpe muy difícil de asimilar. Leo Jara intentó al minuto, pero el disparo se fue apenas desviado.

En definitiva, el resultado se ajusta a una lógica que tiene el fútbol: ganan los que hacen goles. Y sin tener en cuenta los merecimientos, Godoy Cruz hizo lo que debía hacer. Estudiantes se enreda en su retórica, se retuerce en los caminos y se aleja de la simplicidad para combatir el único mal que lo aqueja desde hace un año y no ha podido solucionar. La falta de gol es un elemento tan vital como la seguridad defensiva. Y en ese aspecto, las derrotas o los empates lo dejan en evidencia.

Por ánimo, por jerarquía y por fútbol, Estudiantes se ha despedido de la lucha por el campeonato. El objetivo pasa ahora por clasificar a la Copa Sudamericana y decorar esta buena campaña.

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