La audiencia de juicio de cesura contra Bruno Daniel Alejandro Díaz se llevó a cabo ayer en la Oficina Judicial de Comodoro Rivadavia y el tribunal colegiado fue presidido por el juez penal, José Rago, completándose con Miguel Angel Caviglia y Américo Juárez.

El Ministerio Público Fiscal fue representado por el fiscal general Adrián Cabral, y el imputado contó con la asistencia del defensor particular, Francisco Romero.

En ese contexto el acusador público pidió que se le imponga a Díaz la pena de prisión perpetua y se mantenga la prisión preventiva hasta tanto la pena quede firme, atento al peligro de fuga que supone dicha pena.

Mientras, el defensor se manifestó en desacuerdo con la sentencia dictada por mayoría y con la imposición de una pena, haciéndole saber al tribunal que recurrirá a todas las instancias y, de ser necesario, llegará a la Corte Suprema de Justicia.

No obstante y para el caso en el que la pena quede firme, pidió que se declare la inconstitucionalidad del segundo párrafo del artículo 14 del Código Penal y el 56 bis de la Ley 24.660, los cuales a sus entender violan el principio de resocialización.

A su turno el imputado expresó sus últimas palabras y dijo no estar de acuerdo con la condena que recibió porque a su criterio “no tienen la certeza que se necesita para condenarme y voy a recurrir hasta lo último”.

Tras escuchar a las partes el tribunal pasó a deliberar y una vez retomado el cuerpo intermedio, por mayoría, se impuso la prisión perpetua a Bruno Díaz y los respectivos fundamentos estarán en los próximos días a disposición de las partes, cuando se de lectura al fallo completo.

En esta causa fueron acusados Bruno Díaz y Pablo Barrientos.

La investigación la llevó el fiscal general Adrián Cabral, quien pidió la pena de prisión perpetua para Díaz y de 10 años para Barrientos, quien fue acusado por robo agravado, pero todavía no fue sometido a juicio ya que se encuentra prófugo. Escapó el 27 de mayo último de la Sección Séptima.

El incidente que le costó la vida al cabo Godoy ocurrió el 20 de julio de 2012, cerca de las 22.

La víctima recibió un balazo en la cabeza en la estación de servicio 13 de Diciembre cuando, estando de franco, tomó intervención en el asalto del que estaba siendo víctima uno de los playeros. Su muerte se produjo 24 horas después en Clínica del Valle, donde fue derivado desde el Hospital Regional.