El primer puntano en hacer cambio de identidad pide un sistema de salud mejor para trans

El primer puntano en hacer cambio de identidad pide un sistema de salud mejor para trans

Santiago Romero habló con El Diario a tres años de la sanción de la Ley Nacional de Identidad de Género. Cómo es su vida hoy. 

 

Este mes se cumplieron tres años de la sanción de la Ley Nacional de Identidad de Género. Una legislación que rompió con paradigmas establecidos y que reconoce el derecho al propio cuerpo. El Diario de la República habló con Santiago Thomás Romero Chirizola, el primer puntano en realizar el trámite de cambio de identidad, dos meses después de la aprobación de la ley. El joven contó sobre su evolución personal y sobre su participación en proyectos que buscan  mejorar la inclusión de la comunidad trans al sistema de salud.

 

“Estuve viviendo dos años en Córdoba y después me vine a Buenos  Aires. Acá empecé a estudiar docencia y a militar en Capicüa, una organización de activistas. Con el tiempo he logrado pensar y vivir mi construcción personal desde otras miradas, con otras herramientas que me fortalecieron. Las personas trans atravesamos nuestras vidas marcados por prototipos que intentan definirnos y eso es lo peor. Si bien hoy tenemos una ley de identidad de género, en lo cultural el cambio no es de un día para otro”, expuso Santiago.

 

Según el joven, una de las cosas que hacen de la ley, "una de las mejores del mundo", es que garantiza la autonomía que cada persona tiene de elegir el modo en que quiere transitar su vida. Y lo hace, porque no ve a la condición como una patología o problema, sino como un conjunto de elecciones humanas. Sin embargo agregó  que: “Dentro de la ley, la salud integral para personas trans reclama de un fuerte debate público”.

 

Santiago indicó que gran parte del colectivo trans no asiste a los hospitales, y esto en parte tiene que ver con políticas sanitarias y con médicos que patologizan al género. “Un profesional no puede generalizar y decir que una persona trans nació en un cuerpo equivocado. Tampoco debe intentar ‘corregirlo’. Lo que debe hacer, a mi entender y el de tantos más, es escuchar al paciente y apuntar al bienestar de su salud. No estoy acusando a los clínicos, esto tiene que ver con un problema que parte de la educación que reciben. Y eso es lo que tendríamos que modificar, esa formación biologista que sólo considera tipos de sexos y no tipos de cuerpo”.

 

En un intento por lograr una transformación en el régimen de salud, junto a sus compañeros de  Capicüa armaron una “Guía de buenas prácticas de salud para personas trans”, un proyecto que puede descargarse de forma gratuita desde la página de la organización. “Escribimos sobre nuestros propios saberes y experiencias. Porque si hay algo que nos caracteriza, es el rebusque que hemos hecho para estar mejor. Y eso mismo queremos transmitirle a otros compañeros. Hay muchos que pasan por miedos y dudas a la hora de concurrir a un hospital. A nosotros también nos pasó y no queremos que a nadie más le pase. Hay muchas prepagas que no quieren cubrir las operaciones, eso me pasó a mí. Hice valer mis derechos mediante reclamos y gané mi primer batalla con un sistema que aún se resiste a la ley de géneros”.

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