Preocupa el aumento de la venta ilegal de alcohol

Preocupa el aumento de la venta ilegal de alcohol

Aseguran que el negocio es “como las cucarachas: difícil de exterminar”.

La cadena de comercialización clandestina de bebidas alcohólicas es un verdadero rompecabezas para las autoridades municipales de la ciudad. El negocio, que floreció en Neuquén gracias a los laxos controles de la cadena de ventas que comienza en las fábricas y suele terminar en domicilios particulares en algunos barrios periféricos, tuvo un primer golpe el pasado fin de semana cuando detectaron una distribuidora ilegal de cervezas.

En ese operativo, los inspectores municipales desmantelaron una “miniempresa” clandestina de alcohol en el barrio Melipal, que proveía a numerosos vendedores ilegales del oeste de la ciudad. Gustavo Orlando, subsecretario de Fiscalización Externa, remarcó la importancia de este hallazgo e informó que, gracias a una investigación iniciada hace semanas, tienen a otros posibles mayoristas en la mira.

“El tema del alcohol ilegal en casas particulares es como las cucarachas: lamentablemente va a ser muy difícil de exterminar, pero sí vamos en camino de controlarlos”, enfatizó.

Orlando contó que, cansados de la persecución a los vendedores minoristas, resolvieron apuntar más alto, y que hace 20 días comenzaron a trabajar con las distribuidoras de bebidas alcohólicas de la zona para evitar que los comercios clandestinos de los barrios puedan abastecerse.

De esas reuniones con los comerciantes surgieron denuncias sobre presuntos distribuidores “sin papeles”, según relató, que serían los principales proveedores de quienes venden alcohol en sus domicilios. “Ellos mismos nos hablaron de algunos nombres de quienes podrían vender sin pedir el CUIT, que es lo que buscábamos, porque la lógica es que tienen que ser distribuidores que vendan sin papeles, ya que sus clientes son casas de familia y no comercios autorizados”, detalló.

Con esos datos, los inspectores cruzaron la información con las denuncias de vecinos al teléfono 147, lo que les permitió detectar la distribuidora que se clausuró en Melipal. Orlando contó que “teníamos el dato de ese lugar por los vecinos, pero, como las rutinas son nocturnas, cuando íbamos estaba cerrado; en cambio, esta vez fuimos el sábado cerca de las 20 y pudimos constatar la contravención”.

La distribuidora que se cerró estaba ubicada en calle Hualcupén al 1000, en un inmueble que parecía en construcción. “Hay ahí un portón y ladrillos; nuestros inspectores pudieron ingresar y se encontraron con una persona mayor, que no se resistió a la clausura”, comentó el funcionario.

Adentro del inmueble había numerosas cajas con bebidas de todo tipo, que sobrepasaban la capacidad de las camionetas municipales.

Orlando se mostró confiado en que la multa “va a ser bastante onerosa” y anunció que, tras este éxito, “vamos a seguir con los otros distribuidores con los datos que tenemos. Por lo que sabemos, no son muchos, pero son fuertes”.

Insistieron en el pedido de ayuda de la Policía provincial

Neuquén

El intendente Horacio Quiroga afirmó ayer que se necesita de una mayor participación de la Policía para combatir la venta ilegal de alcohol en la ciudad.

Señaló que “los inspectores de comercio no están ni preparados ni formados para ejercer la fuerza pública y, cuando hay situaciones de esta naturaleza, se requiere asistencia no como ayuda sino como deber”.

“Necesitamos que la Policía cumpla con su rol, asistir si es necesario pero cumplir el objetivo, (porque) plantear una lucha por la venta de alcohol clandestina es trabajar para una adicción cada día muy pronunciada”, remarcó.

El subsecretario municipal de Fiscalización Externa, Gustavo Orlando, coincidió con el planteo y explicó que la única colaboración que tienen hoy de la Policía es a través del sistema de cuadrículas, “pero no llegan rápido y en intervenciones así es cuestión de segundos”.

Añadió que “sería bueno que la Policía nos acompañara en las rutinas, porque suele pasar que hay personas tomando y se producen hechos de violencia”.

Indicó también que, ante cualquier eventualidad, “los inspectores municipales no tienen la facultad de irrumpir en un domicilio privado o pedir el DNI”.

La supuesta falta de cooperación policial para realizar las tareas de control y fiscalización es una ventaja para quienes realizan venta clandestina de bebidas alcohólicas.

La mayoría de las veces, los infractores se muestran hostiles con los inspectores y en otras ocasiones llegaron a producirse hechos de agresión para evitar que el Municipio decomise los productos.

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