El día que el predio de AFA se convirtió en el santuario de Julio Grondona

El día que el predio de AFA se convirtió en el santuario de Julio Grondona

Durante 64 horas, la casa del fútbol en Ezeiza se transformó en el lugar para el último adiós al presidente de la AFA en los últimos 35 años

La puerta está custodiada como siempre. El habitual personal de seguridad recibe como siempre a todas las visitas de la casa de la selección desde 1989. Hoy nadie se entrena dentro del predio. Decenas de medios custodian la entrada del complejo de Ezeiza en en el funeral de 64 horas para despedir a Julio Grondona , el desde ayer legendario e histórico presidente que tuvo la AFA por 35 años.

A la derecha del ingreso, las construcciones de las oficinas avanzan como era el deseo de Don Julio, que pretendía para el año próximo dejar el histórico edificio de Viamonte y trasladar a "su familia de AFA" hacia Ezeiza.

El camino hacia el Complejo de Juveniles tiene a la derecha las oficinas del Departamento de Selecciones, esas que hoy están vacías como si fuese un feriado con todo el personal licenciado por los siete días de duelo.

Las banderas a media asta se suman al luto y en el camino hacia el Complejo de la selección mayor aparece la capilla San Francisco de Asís, ese lugar de devoción que mandó a construir el propio Grondona con su esposa Nélida hace siete años.

En esa capilla mañana temprano darán una misa de despedida al ex presidente de la AFA antes de su traslado al Cementerio de Avellaneda, donde será ubicado junto a su mujer Nélida, que falleció hace dos años.

Por el camino sinuoso rumbo al lugar donde concentraron y entrenaron al menos tres generaciones de jugadores de la selección argentina durante la presidencia Grondona, se erige el campo de futsal, el lugar elegido para darle el último adiós a Don Julio.

En el gran estacionamiento, los autos fueron ubicándose con el habitual personal de seguridad del predio y los casi 50 efectivos de refuerzo que brindó la Policía Federal y Bonaerense para custodiar el funeral.

El ingreso al gimnasio de futsal supone el paso hacia un espacio de culto y de profundo dolor con muchísimas coronas y arreglos florales con sentidas dedicatorias de todo tipo de personalidades tanto del ambiente del fútbol como del poder político y económico como también del espacio artístico y cultural.

El final del camino de esta jornada distinta hacia el interior del predio de AFA se encuentra con el círculo íntimo de este legendario dirigente del fútbol, que en su lecho de muerte marca el final de una era y el comienzo de otra con muchas más incertidumbres que certezas.

 

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