¿Es posible la circularidad y neutralidad climática de la industria de los plásticos?

¿Es posible la circularidad y neutralidad climática de la industria de los plásticos?

La respuesta es sí, aunque se necesita un cambio sistémico de la industria, siendo imperativa una colaboración más estrecha entre todas las partes de la cadena de valor y la Administración

El mundo produce el doble de residuos plásticos que hace dos décadas y casi la mitad de los mismos provienen de los países de la OCDE, según un informe de dicha organización. Sin embargo, solo un 9% se recicla con éxito.

La buena noticia es que la circularidad y neutralidad climática de la industria de los plásticos es posible, de acuerdo con un estudio llevado a cabo por Systemiq, un think tank especializado en cambios sistémicos para alcanzar la sostenibilidad. Eso sí, se necesita una transición de la industria, para la cual es imperativa una colaboración más intensa y efectiva entre todas las partes de la cadena de valor. Los responsables políticos también son esenciales para desarrollar unos marcos regulatorios estables que incentiven las inversiones y la innovación desde la neutralidad tecnológica y de materiales.

RECICLAJE QUÍMICO: PLÁSTICOS RECICLADOS CON LA MISMA CALIDAD QUE LOS VÍRGENES

El informe coloca la circularidad como la palanca más importante para reducir las emisiones a corto y medio plazo. Y es que los plásticos son uno de los materiales más eficientes que existen: son muy versátiles, pesan poco y ofrecen una buena protección en todas sus aplicaciones, ya sean envases, automoción, aislamiento, etc. Todo esto contribuye a reducir la huella de carbono de los productos, haciéndolos más ligeros y permitiendo así un ahorro de energía y combustible que contribuye a su vez a una reducción de las emisiones. Y, aunque pueda sorprendernos, cualquier tipo de plástico es, con mayor o menor complejidad, reciclable. Su larga vida útil hace, pues, que su impacto como materia prima sea menor.

Si durante años no se ha reciclado más plástico es debido, según apuntan desde la industria, “a sistemas de recogida insuficientes, falta de infraestructuras de selección de residuos y de compromiso por parte de los consumidores a la hora de depositar los residuos en los contenedores adecuados o llevarlos a un punto limpio o un diseño de ciertos productos ineficiente que no facilitaba su reciclaje”. También la legislación ha evolucionado hasta poner, en 2019, la circularidad en el centro con el Pacto Verde Europeo, que establece que en 2030 el 55 % de los envases plásticos se tendrán que reciclar. Para lograr este objetivo, no existe una solución única, sino que es necesario un conjunto de medidas, entre ellas las tecnologías de reciclaje químico, como complemento al mecánico (o tradicional).

Ambas no son antagónicas, sino complementarias y necesarias para lograr la circularidad del plástico. El reciclado químico, aún incipiente, permite volver a las materias primas originales con las que se hizo el plástico. Además, logra tratar más fácilmente plásticos de procedencia diversa, incluso aquellos que ya han sido sometidos a varios ciclos de reciclado mecánico, están deteriorados y que, de no pasar por este tipo de reciclaje, serían incinerados o acabarían en un vertedero.

MEDIO MILLÓN DE TONELADAS DEL RECICLADO QUÍMICO EN 2025

¿En qué punto está el sector de los plásticos en materia de circularidad y descarbonización? De 2018 a 2021, en Europa, la producción de plásticos reciclados aumentó casi un 20% y la de plásticos bio-basados aumentó un 60%, según un informe de Plastics Europe, la asociación paneuropea de productores de plásticos. En 2021, más de un 12% de la producción de materiales plásticos fue a partir de fuentes no fósiles.

En cuanto a España, está en el top 5 de países líderes en reciclaje de envases domésticos, industriales y comerciales, con una tasa de reciclaje del 52 % (10 puntos más que la media europea) y es el tercer país en reciclado de plásticos en general (no solo envases), con una tasa de reciclaje del 43 % (8 puntos más que la media europea). También es líder en contenido de plástico reciclado: en 2020, un 10% del plástico utilizado en nuevos productos (de todo tipo, no solo envases) fue plástico reciclado.

En el camino para alcanzar la neutralidad carbónica para 2050 y los objetivos de circularidad, España es uno de los países que está liderando esta transición. Muestra de ello son las inversiones considerables planeadas por el sector con el objetivo de multiplicar por 40 la capacidad de tratamiento de residuos por reciclado químico, según otro informe de la asociación. El objetivo es alcanzar el medio millón de toneladas en 2025. Nuestro país ha sido el primero de la Unión Europea en incluir el reciclado químico en su ordenamiento jurídico (Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular) y también en aprobar una Proposición no de ley para promover el uso de productos valorizados por procesos de reciclado químico de plásticos. Sin embargo, para que esta tecnología alcance todo su potencial es necesario que se reconozca también el balance de masas como metodología de trazabilidad del contenido en reciclado.

OTROS RETOS: ENERGÍAS RENOVABLES, ECODISEÑO Y REGULACIÓN

Además de innovar en nuevas tecnologías de reciclaje, como el químico, “para descarbonizar los procesos de producción, se está aumentando el uso de energías limpias e implementado planes estratégicos para alcanzar las cero emisiones netas. Se está disminuyendo el uso de materias primas fósiles y aumentando la cantidad de materias primas renovables como las de origen biológico; las que provienen de la captura de carbono, o de materias primas recicladas”, explica Alicia Martín, directora general de Plastics Europe en la región ibérica.

Asimismo, se está incrementado la proporción de plásticos reciclados en la fabricación de nuevos productos. “Los consumidores cada vez tenemos en las manos más productos hechos con plásticos reciclados, ya sean botellas, envases, ropa, zapatos, muebles e incluso partes de nuestros coches”. Por otro lado, se está aplicando el ecodiseño a los productos plásticos para incrementar su reutilización, reparabilidad y reciclabilidad, algo que será fundamental para fomentar la economía circular.

Pero además de todo esto, “se necesita un marco regulatorio nacional y europeo estable, coherente, con medidas ambiciosas pero alcanzables que fomenten las inversiones y apoyen la transición del sector. No medidas que menoscaban la competitividad de nuestra industria, como el recién aprobado impuesto a los envases plásticos no reutilizables, único en su género, o políticas dispares en Europa que crean inseguridad jurídica para la industria”, indica Martín.

Mientras tanto, de acuerdo con las recomendaciones del informe ReShaping Plastics, el Plastics Europe ya está desarrollando una hoja de ruta con objetivos tangibles y medibles y se está fomentando la máxima colaboración entre las diferentes partes de la cadena de valor, como por ejemplo a través de la plataforma EsPlásticos.

Plastics Europe actúa como catalizador de la transición de la industria de los plásticos, colaborando con asociaciones europeas y nacionales con el objetivo de garantizar que los plásticos continúen proporcionando importantes beneficios necesarios para la sociedad, a la vez que se minimiza su huella medioambiental. Esto incluye apoyar el Pacto Verde y a las ambiciones climáticas de la Unión Europea, así como al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático; nuestro plan de acción colectivo para acelerar la transformación hacia un futuro más sostenible.

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