Mar del Plata se suma a la primera “Marcha de las Putas”

Un colectivo de mujeres se sumó a un movimiento mundial surgido en Canadá, en repudio a todas formas de violencia sexual hacia las mujeres
La movilización convocada para el 12 de agosto próximo, a las 18, en Luro e Independencia es abierta a hombres y mujeres y tendrá su correlato en Buenos Aires, Rosario y Córdoba. El eslogan de la marcha es “Cuando una mujer dice no, significa no”, que es la bandera del movimiento en todo el mundo.

En Mar del Plata la convocatoria surgió a través de la red social Facebook a partir de la creación de un grupo denominado La Marcha de las Putas MDQ.

La Marcha de las Putas nació a raíz de un comentario que el policía canadiense Michael Sanguinetti hizo durante un seminario sobre agresión sexual en la Universidad de York, en Toronto: “Las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser víctimas de la violencia sexual”.

Más de 3 mil mujeres salieron a la calle en Toronto vestidas como “putas” para expresar que no importa la vestimenta que se use, ya que nada justifica la violencia sexual. Además, se burlaron de la idea de que hay hombres a los que esos atuendos excitan al grado de perder el control.

El mensaje difundido por el colectivo consiste en afirmar que “las agresiones sexuales son responsabilidad de quienes las llevan a cabo y no de las víctimas”. Así, la Marcha de las Putas se diseminó a otros países como Australia, Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, México, Honduras, Nicaragua y Perú.

El porqué del nombre

El grupo expresa su voluntad de “apropiarse del término estigmatizante de `puta´”, una palabra usada por hombres y mujeres no sólo para nombrar a las trabajadoras sexuales. El término se usa también para calificar a las mujeres que no se ajustan a los lineamientos de “decentes”, ya sea porque tienen relaciones sexuales libres o simplemente porque visten de manera llamativa. Ciertos hombres también usan este apelativo “como venganza cuando una mujer resiste sus avances indeseados”.

Por eso –destacan– el calificativo de “puta” les sirve a ciertas personas como insulto y socialmente se vuelve un arma para mantener “a raya” a las mujeres, ya que el temor de ser calificadas de “putas” las predispone a aguantar malos tratos o restricciones a sus deseos.

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