La planta recicladora vende 100 mil kilos cada 20 días

La planta recicladora vende 100 mil kilos cada 20 días

La cooperativa "La Esperanza", con esfuerzo y trabajo de los 30 socios, no solo pudo alcanzar las metas propuestas sino que los recicladores pudieron acceder a viviendas dignas. Los integrantes aspiran a mejorar cada día, a través de capacitaciones e incorporación de más herramientas.

Cuando Miguel Fernández, en ese entonces director de Medio Ambiente del municipio de Villaguay, llegó junto a Luciana Silva al basural a cielo abierto ubicado en el sur de la ciudad, fueron recibidos, por quienes realizaban el llamado "cirujeo", con descreimiento casi total ante la propuesta que llevaban. Corría el año 2011.

El humo que surgía, casi cotidianamente, afectaba a buena parte de la ciudad y era reclamo constante de los pobladores en especial de la zona sur-sureste más cerca al lugar, debido a la utilización de la quema para la extracción de metales. Prendían fuego a los montículos de basura para que esos materiales sólidos quedaran y de esa manera alivianar el trabajo.

Fernández y Silva les hicieron conocer a estos trabajadores informales la idea de trasladar el depósito de residuos a otro terreno y reorganizar las tareas incluso para que ellos tengan formalidad; estén asociados en el negocio del reciclado con un lugar techado para las tareas; herramientas para facilitarles el trabajo; y poder, incluso, a acceder a una casa propia a través de los planes de viviendas gestionados por el ex intendente Adrián Fuertes para mejorar en todo la calidad de vida. Se trataba de una decisión para comenzar a solucionar el problema de una vez por todas.

Cooperativa de trabajo "La Esperanza"

La primera venta a modo de ensayo se produjo en noviembre de 2011 cuando el trabajo asociativo daba sus primeras ganancias con 20 mil kilos de cartón y 3 mil kilos de papel de revista. La primera venta de material recuperado superó los $ 11 mil, dinero repartido en partes iguales para los 35 socios de la cooperativa. La tarea de recolección continúa siendo de la comuna y la separación y recuperación de los residuos, a cargo de la cooperativa "La Esperanza".

En octubre del 2012 se conformó la cooperativa "La Esperanza" Limitada. En la actualidad son responsables de la separación de los residuos en la planta. Está conformada por 30 socios. Para tener una idea las ventas realizadas desde marzo del 2012 a febrero de 2013 fueron comercializados unos 250.000 kilos de materiales. Actualmente, cada 20 días las ventas son de unos 100.000 kilos de material reciclable entre vidrio, metal y plástico.

Los cooperativistas cuentan con asesoramiento técnico administrativo y capacitaciones en higiene y seguridad laboral. Han participado de diversos encuentros relacionados al movimiento cooperativo para hacer conocer sus experiencias intercambiar con otras, visitando diversas plantas que actualmente trabajan con esa orientación.

La importancia de la conformación asociada de los trabajadores de los residuos de la provincia dio vida en 2014 a la primera mutual que presta a los asociados servicios de farmacia, salud, proveeduría, fúnebres, turismo, ayuda económica y gestoría, entre otros.

La necesidad de separar

En realidad además de este problema, la situación de la recolección no selectiva de los residuos era el primer eslabón de la cadena de impacto ambiental que terminaba con la contaminación por tierra y aire.

La consideración del problema lógicamente tuvo en cuenta todos estos aspectos y con un primer acuerdo con los trabajadores fue posible poner manos a la obra. Se trató de emprolijar el espacio de depósito de la basura con máquinas y vigilar para no permitir la continuidad de la quema. Así se fueron dando los pasos hacia el emprendimiento que culminaría en la conformación de una cooperativa de trabajo, que hoy es modelo en la provincia en cuanto a la forma de organización.

El director del Instituto de Promoción Cooperativa y Mutualidad de Entre Ríos (Ipcmer), Ricardo Etchemendy, fue el asesor para llevar adelante esta iniciativa y explicó que "la esencia de la cooperativa es justamente participar en la propia empresa, llevar ideas, propuestas, trabajar junto al otro. Es este concepto el que no se debe perder nunca, no sólo en una cooperativa, sino en cualquier emprendimiento que pensemos llevar adelante. Siempre, un grupo de voluntades va a poder hacer más que la voluntad de un solo individuo".

La convocatoria tuvo eco en varios vecinos que se desempeñaban en distintas tareas en el basural, quienes se interesaron en acceder a una capacitación con la idea de avanzar en la instancia de conformación de una cooperativa que pusiera en valor su tarea y de esa forma poder negociar y vender de manera organizada para obtener mejores ganancias.

Fernández destacó que el municipio "no sólo contemplaba la solución final y sustentable de la disposición de los residuos, sino que el propósito era mejorar la condición de trabajo, proponiendo una forma de asociativismo que beneficie al conjunto de los trabajadores que se dedican al cirujeo".

El coordinador del proyecto fue Miguel Fernández, en tiempos en que Manuel Servando Esquivel era secretario del área. Se efectuó una convocatoria, con el objetivo de cambiar la modalidad y lograr que la actividad "se transforme en un verdadero sustento de las familias, porque la venta organizada de material reciclable y abonos es bien remunerado siempre y cuando lo manejen de forma grupal y organizada", definió.

La conjunción de las decisiones de los gobiernos nacional, provincial y municipal de apoyar estos grupos asociativos, como herramientas válidas, mediante el asociativismo, que son exitosas para todo intento de economía social.

Una fuerte inversión para una solución integral

La inversión inicial fue de unos $ 4.000.000 de fondos nacionales y municipales para resolver la ubicación de un basural en zona inundable, con la ciudad tapada de humo. Se adquirieron 16 hectáreas y en el lugar donde estaba ubicado el basural se hizo un relleno sanitario.

Se compraron camiones compactadores y se construyó la planta recicladora. Paralelamente se constituyó la cooperativa con los trabajadores informales que hoy tienen un trabajo digno y una organización empresarial. Con la ampliación del servicio de recolección, a cinco días por semana, se terminó con el flagelo de los residuos patológicos que no se depositan en nuestra ciudad sino que son llevados a disposición final en la ciudad de San Lorenzo.

Disposición final de residuos

Desde enero de 2012 comenzaron a realizarse tareas en el predio de la chacra N°133 ubicada en la zona suroeste de la ciudad con desmonte del predio y alrededores, mejoras de camino y enripiado. Se efectuó una excavación de una trinchera de 30 x 40 metros; se realizaron 200 mts lineales de alambrado perimetral, tendido de luz eléctrica, perforación de pozos con provisión de agua, construcción de oficina para control de relleno y ladrillería, arreglo de caminos vecinales y posteriormente una segunda trinchera de 40 mts x 50 mts., ampliando la capacidad y en ambos casos utilizando malla geotextil para su recubrimiento.

Una vez que se organizó todo se produjo la clausura y cierre del basural a cielo abierto, con una antigüedad de 30 años aproximadamente, realizándose la remediación. Todo fue acompañado de la limpieza y saneamiento de micro basurales en zona sur, este y norte.

Planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos

Se adquirieron con parte del subsidio Nacional equipos necesarios para realizar la recuperación de materiales que consta de tres cintas: una de elevación, clasificación y la última para el rechazo, una enfardadora vertical para realizar fardos de hasta 250 kilos, contenedores de plástico y volquetes para la mayor optimización del traslado de materiales dentro de la planta.

Se enripió la calle de ingreso y camino interno, y se realizó la obra civil para la descarga de los residuos sólidos urbanos con el objeto de una mejor separación para beneficio de la cooperativa y para disminuir el rechazo que va al vertedero controlado. Se construyeron oficinas nuevas con baños y sala de descanso, alambrado perimetral de 2 metros de alto y plantación de cortina forestal.

Convenio con la Fundación Eco Urbano

En marzo de este año se firmó un convenio marco de colaboración entre la Municipalidad de Villaguay y la Fundación Eco Urbano para crear el Programa "Villaguay Sustentable", a través de la puesta en marcha de un programa de educación y sensibilización ambiental y fortalecimiento de la actual gestión de residuos de la comuna que ha sido pionera en muchos aspectos junto a la cooperativa de recicladores La Esperanza.

"El convenio se encuadra en la problemática socio ambiental vinculada a la gestión de residuos sólidos urbanos (RSU)", describió Luciana Silva, directora de Medio Ambiente y RSU de Villaguay, quien da continuidad durante la gestión al proyecto que acompañó desde el comienzo. Se trata de establecer un programa que hace foco en la agenda socio ambiental para Villaguay, con la inclusión de las instituciones educativas como actores centrales.

En la reunión previa a la firma dialogó acerca de los problemas que no sólo involucra gestión de residuos, sino también hacer foco en el cuidado, la solidaridad y la toma de conciencia respecto del medio ambiente involucrando a toda la comunidad. Este programa genera un desafío cultural, cambios de hábitos y costumbres relacionadas a la salud, el ambiente, la calidad de vida y participación activa y responsable de los vecinos de la comunidad.

Los ejes centrales son aumentar la conciencia y la sensibilización de la población, la participación activa de los ciudadanos en la gestión de los residuos sólidos y cuidado y preservación del medio ambiente, fomentar el arbolado público y cuidado del mismo.

Para tal caso, se acordó diseñar un plan de educación ambiental en las escuelas primarias y secundarias y fortalecer la organización de los trabajadores, mitigar el impacto del cambio climático con el compromiso de todos los actores de la comunidad.

En agosto de este año la Dirección de Ambiente Sustentable del municipio acercó una nueva propuesta para reducir los residuos orgánicos domiciliarios y transformarlos en abono orgánico, la realización de compost en casa.

Se trata de una actividad para realizar en familia, de la cual se puede obtener un producto orgánico que sirve como abono para utilizarlo en el jardín, huerta y, además, es un destino casero de los residuos orgánicos que se generan en nuestro hogar.

De esta manera, no sólo se reducen los residuos orgánicos que se dirigen a la planta de reciclaje (cooperativa La Esperanza), sino que también, es una actividad que, si la realiza gran parte de la ciudad, se logrará aumentar la vida útil del relleno sanitario. Actualmente se intenta incentivar la selección domiciliaria de residuos que todavía no alcanzó los niveles óptimos.

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