Piden cuatro años de prisión efectiva para un conductor que causó dos muertes

Piden cuatro años de prisión efectiva para un conductor que causó dos muertes

Comenzó ayer el primer juicio oral y público que se desarrolla en la provincia por un accidente de tránsito. De acuerdo al relato de los testigos, manejaba alcoholizado cuando estrelló el auto y fallecieron dos de sus amigos.

 

Los fiscales que intervienen en el accidente que en febrero de 2014 causó la muerte de dos jóvenes de 18 años en Pellegrini y Provincias Unidas reclamaron una condena de 4 años de prisión efectiva para el conductor, a quien acusaron de manejar a excesiva velocidad y alcoholizado un Fiat Uno que se incrustó contra un camión estacionado cuando el grupo volvía de una fiesta en Funes. Lo hicieron al exponer ayer sus alegatos en los primeros minutos del juicio oral por el caso, erigido en una vidriera para el debate de la problemática vial en la ciudad y seguido de cerca por familiares y organizaciones civiles que instalaron un acampe en la puerta de Tribunales.

El juicio arrancó con el interés adicional de ser el primero con modalidad oral y pública que se desarrolla en la provincia por un accidente de tránsito. Durará una semana en la que está previsto que desfilen decenas de testigos, peritos, policías y forenses. La sala de audiencias ayer estaba repleta, con familiares de ambas partes, y no hubo incidentes. Lo que promete ser uno de los nudos del debate es la cuestión de la pena, ya que la calificación del delito como un acto culposo no está en discusión. Los familiares pretenden que sea de cumplimiento efectivo, algo inusual en accidentes de tránsito, y con una finalidad "ejemplificadora".

Federico Gómez, de 19 años, está acusado en libertad como autor de un doble homicidio culposo. Es decir, cometido por negligencia e imprudencia pero sin intención deliberada de matar. Las víctimas fueron Emiliano Cáceres y Facundo Aguirre, ambos de 18 años, quienes eran sus amigos del secundario. Los tres volvían de una fiesta en Funes organizada por el curso. En el mismo auto, un Fiat Uno blanco, iban otros dos chicos que sobrevivieron y que ayer declararon como testigos (ver página 4). Dijeron que el conductor iba borracho y que desoyó sus pedidos para que redujera la velocidad cuando bajaba a 160 kilómetros por hora el puente que desemboca en Provincias Unidas.

Sin una prueba vital. Un dato llamativo del caso es que, pese a ser uno de los pilares de la acusación, no existe prueba del nivel de alcohol en sangre del conductor. La investigación del caso estuvo sospechada de encubrimiento policial, ya que el acusado es hijo de una empleada de la Brigada de Homicidios que estuvo en la escena y fue denunciada por adulterar y ocultar pruebas (ver aparte). "No contamos con un informe de alcoholemia escrito, que era positivo", admitió de entrada el fiscal Walter Jurado, encargado de la acusación junto a Mariana Prunotto y primero en exponer ante el juez José Luis Suárez. Pero aclaró que "esta fiscalía tiene elementos que probarán que bebió y condujo alcoholizado".

De inmediato pidió que se condene a Gómez a cuatro años de prisión efectiva y diez de inhabilitación especial para conducir. "Este accidente no es un hecho más, no es común. Hay dos familias que a la fecha siguen llorando, luchando", dijo, y cuestionó "la conducta temeraria" y la "falta de responsabilidad" del conductor.

El accidente. La tragedia ocurrió pocos minutos después de las 6 de la mañana del sábado 22 de febrero de 2014. La noche anterior el grupo había ido a una fiesta organizada por chicos de quinto año del colegio Jesús de Nazareth en un predio de Jujuy 2750 de Funes, perteneciente al Círculo de Suboficiales de la Fuerza Aérea. Los cinco adolescentes que volvían en el Fiat Uno de Gómez habían sido organizadores de la fiesta.

El auto regresó a Rosario por la autopista a Córdoba "muy rápido", según los fiscales, y al bajar del viaducto Che Guevara y sortear el semáforo en verde de Provincias Unidas "no disminuyó la velocidad". El conductor, según testimonios manejaba a 160 kilómetros por hora, realizó una maniobra de sobrepaso de un camión por la derecha, perdió el control e impactó contra un camión estacionado en Pellegrini y Perú. "Pegó un volantazo, pero era tarde", siguió relatando el fiscal. El sector trasero derecho golpeó de lleno contra el vehículo de carga. Emiliano y Facundo, que iban en el asiento de atrás, murieron en el acto. El auto quedó reducido a una maraña irreconocible.

"Sabía que se iba a divertir, que no iba a dormir, que iba a beber bebidas alcohólicas. No respetó los límites de velocidad y condujo alcoholizado. Violó deberes básicos en la conducción de vehículos", enfatizó Jurado, y adelantó que contará para probarlo con declaraciones de sobrevivientes, testigos que iban detrás en otro vehículo, una pericia mecánica y el video captado por una cámara municipal desde el cruce de avenidas.

  Los abogados querellantes se plegaron al pedido de pena de la fiscalía. “La discusión central no será la responsabilidad, sino la pena justa. Buscamos una sentencia ejemplificadora”, dijo Ignacio Carbone, por la familia de Cáceres. Encuadró el caso como un problema social que reflejan los 765 muertos en accidentes de tránsito el año pasado en la provincia, “más de uno por día”. A su turno, Germán Francesio, por la familia de “Faku”, pidió que “no sea una sentencia más” y reclamó que la pena sea “de prisión efectiva”.

El planteo de la defensa. El defensor Jorge Bedouret, sentado codo a codo junto a Gómez y último en alegar, hizo referencia a la especial sensibilidad del caso. “Se han destruido tres familias. Las de mi cliente también. Y él especialmente, que llevará sobre su conciencia toda su vida la muerte de sus amigos desde su más tierna edad”, dijo, además de señalar que la tragedia “no fue querida ni deseada”.

El planteo técnico que la defensa intentará demostrar en el juicio es que una combinación de obstáculos desató el accidente. “Tres trampas jugaron fatalmente en el desenlace. Un badén de un metro por 50 centímetros de profundidad antes de cruzar Provincias Unidas y posterior a la senda peatonal, que luego fue tapado por la Municipalidad. Un camión prácticamente parado, a paso de hombre, que lo sorprende y lo obliga a cruzar por la derecha. Y otro camión que estaba estacionado donde no tenía que estar. Hay elementos extraños ajenos al riesgo propio del vehículo que determinaron fatalmente esta tragedia luctuosa y agobiante”, enumeró Bedouret.

No dejó pasar la cuestión, medular, de la pena: “Si el derecho penal favorece una sanción de este tipo (efectiva) en medio de este dolor, lo estamos usando como ley del Talión. Hay una pena natural en el tremendo dolor de Federico. Cualquier sanción sería deshumanizante, estigmatizaría a un joven que llega a esta edad habiendo cumplido con sus deberes”.

Sobre los lineamientos esbozados ayer girará el debate, que se extenderá toda esta semana. Tras el desfile de testigos, la presentación de pruebas y los alegatos, el resultado se conocerá el martes próximo con la lectura de la sentencia.

También investigan si se ocultaron pruebas

El fiscal Aníbal Vescovo tomó ayer cuatro declaraciones y recopilará otros diez testimonios tras el juicio, en el marco de la denuncia presentada meses atrás por las madres de las víctimas en este accidente contra la madre de Federico Gómez, una empleada policial a quien acusan de incumplimiento de sus deberes por desaparecer y ocultar pruebas en la causa. "Ella retiró las pertenencias de los chicos (de la escena). Se llevó la mochila, el celular y las zapatillas de Facundo y después las devolvió a la fiscalía. Desde el momento cero, delante de un patrullero, le permitieron beber agua (al conductor). Van al Heca, le extraen sangre y las muestras son desechadas. Recién a las 13 y en la comisaría 14ª un enfermero le extrae cuatro centímetros de sangre, pero al laboratorio llegó menos de un milímetro y la prueba no pudo hacerse, cosa que benefició al conductor", contó Fabiana Ferreyra, mamá de Emiliano Cáceres, a la espera de que llegara su momento de declarar en el juicio. El fiscal, que investiga esas maniobras en una causa anexa, solicitó además prueba documental e imágenes de cámaras de seguridad. En caso de reunir evidencia, puede citar a la empleada a una audiencia imputativa.

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