Así, Laguna y Sierra de los Padres, todo el circuito Mar y Sierras, las localidades vecinas, y los bosques de las rutas de acceso, más el Parque General San Martín, recibieron a decenas de miles familias que por el viento y el descenso de temperatura, dejaron por un momento las playas.

Tres Líneas estuvo en un lugar clásico de los marplatenses, Parque Camet. Cumbia, clubes de autos especiales, la vuelta de los cisnes ahora de andar muy lento, bijouterie ambulante, bizcochos y pan con chicharrón, y picaditos por doquier. Quienes conocieron mejores épocas, sufren de verlo. Desatendido, desarreglado, pastos altos, plazas rotas, calles de tierra con cráteres, todo a $5 por auto.

Se pinchan las patas los pibes con los cardos, se miran tristes y resignados. La plaza es un pobre recuerdo de los que alguna vez fue. Hamacas rotas, vandalismo, pero también desidia, dejadez y falta de inversión.

Parece que Parque Camet, no es una prioridad. No hay arquitectos daneses, glamour, plan estratégico, no me los imagino a los popes del municipio, o alguien del EMTUR morfando de parados un chori. ¿Se imaginan a Pablo o a Valeria? Eso fue hace años, o quizás nunca. Y uno no puede mejorar o arreglar lo que no conoce, o lo que no quiere.

Problemas de presupuesto, de partidas, de plata. De atención. Camet y su parque, que esperen, mientras de a poco le vamos sacando lonjas a partir de acuerdos con clubes e instituciones. Que sigan tirando los troncos, que sigan rompiendo las parrillas, que sigan creciendo los pastos.

Eso sí, la prioridad es Güemes.   Sigamos haciendo pruebas piloto, chic e internacionales, y sigamos poniendo entre todos la guita para adornar con bancos y pelotas de cemento esta aristocrática arteria. Con la plata de todos. Les ampliamos los espacios de mesas a los empresarios más fuertes de Mar del Plata. Con los impuestos de todos.

Tenemos las bolas de cemento… en Güemes. Tenemos las hamacas rotas y por el suelo… en Parque Camet.