“Me pegaron porque me ayudaste”, le había confesado Luciana al cuidacoches que la asistió

“Me pegaron porque me ayudaste”, le había confesado Luciana al cuidacoches que la asistió
Este es José Medina (33 años), el hombre que intentó ayudar a la pequeña niña que murió por un fuerte golpe en la cabeza el martes.

A través de un gabinete de gas, Luciana (3) le hizo el primer llamado de atención. La tarde del pasado 31 de diciembre, José Medina (33) había empezado a trabajar como cuidacoches en las inmediaciones de la calle Entre Ríos, donde los acusados de la muerte de la nena de 3 años usurpaban una casa ubicada en el 358 y en la que vivían con la víctima y dos hermanas de ésta.

Hasta ese momento este hombre vendía mercadería en Chile y por distintos inconvenientes en ese trabajo es que decidió lavar autos para conseguir la plata que le permitiera afrontar la vida con su hijo de un año, a su cargo desde que su mujer murió.

“La pareja (Evelyn Sánchez y Jorge Orellana) salió con las dos bebas (de un año y medio, y de 6 meses) y al rato sentí a la nena llorar”, empezó relatando el testigo; entonces la llamó y a través de la rendija le dijo: “¿Mami venga, qué le pasa, está solita?”.

“Sí, estoy sola. Ayudame por favor, tengo hambre”, escuchó de la pequeña desde el otro lado.

Después de sacarla de allí y mientras le daba un yogurt y un sánguche, José llamó a la policía.

Cuando se hicieron presentes los efectivos de la Comisaría Tercera y apareció la madre de la menor, Medina le cuestionó a la mujer: “Hace como dos horas y media que no estás acá con tu hija”. Los uniformados, según el relato de José, le dijeron que no podían hacer nada.

“Me pegaron porque me ayudaste”

El 1 de enero, José volvió a la calle Entre Ríos. Escuchó la música fuerte que sonaba desde la precaria vivienda (que es una ex escuela en realidad). Lo sorprendió la potencia de los sonidos. “Habían tapado todas las ventanas. Rompí la puerta y la nena se me vino llorando a los brazos, toda moreteada”, dijo. “¿Qué pasó mami?”, volvió a indagar el cuidacoches, y la respuesta de la menor no dio lugar a dudas: “Me pegaron porque me ayudaste”.

Al ingresar por la fuerza al domicilio José vio al padrastro, Jorge Orellana, desnudo y con las otras nenas en las mismas condiciones. “Lo encaré y le di una piña después de preguntarle qué estaba haciendo. Agarró un cuchillo y pude sacárselo. Le dije que sabía que quería matarla y le advertí que no le pegara más”.

En ninguna de las dos situaciones, el testigo pudo hacer la denuncia. “En la comisaría me explicaron que debía ser familiar de la nena”, contó indignado.

José contó que el 2 de enero Evelyn lo amenazó y le tiró una olla de agua hirviendo. Él le preguntó a la mujer qué estaba haciendo y le explicó que quería ayudarla.

El viernes 3 de enero, otros cuidacoches y “un policía de apellido González” lo sacaron del lugar. El uniformado, según Medina, le dijo que si volvía a la zona lo metía preso.

Cuando después de algunos días sin noticias el cuidacoches se enteró de la muerte de Luciana, siguió otra vez su instinto y fue a la comisaría, donde habló con Diario UNO: “Era evidente que la querían matar”.

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