El Muelle de Pescadores de nuestro medio fue uno de los tantos que tenía pensado realizar la provincia de Buenos Aires en todas las ciudades de la costa, pero cuando comenzó a realizarse la empresa constructora quebró, de manera que quedó inconcluso. Pese a varios pedidos y esfuerzos municipales realizados a lo largo del tiempo, no se ha podido llegar a una solución. La historia del muelle comienza, en el periodo de la presidencia de facto, de Juan Carlos Onganía, siendo intendente de la ciudad de Necochea Alberto Percario. En ese momento, se realizó un proyecto provincial que establecía que todas las ciudades de la costa bonaerense iban a poseer un muelle para la pesca y paseo turístico. A pedido de la asociación del Parque Miguel Lillo, siendo en ese entonces su presidente el Dr. Zabala Vicondo, se iniciaron los estudios de esta obra para los amantes de la pesca de mar, ubicándose en el actual lugar, en el paraje necochense denominado "El Zanjón”. Con un proyecto a cargo de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad de Necochea, esta estructura de hormigón armado de 120 metros de largo, incluía una confitería con vista al mar, piletas para el lavado de pescado, locales para la venta de productos regionales, teniendo la finalidad de ser un lindo paseo para el turista.

Una obra sin terminar 

Este proyecto se comenzó a ejecutar en 1971 gracias a los fondos provenientes de un subsidio de la Provincia. Una vez iniciada la obra, al poco tiempo la empresa contratista quebró por razones de índoles económicas, lo que imposibilitó la concreción del muelle. En 1982 y 1983 se registraron solicitudes al gobierno bonaerense, para obtener la prosecución de la obra y volver a colocar la escalera que el mar se había llevado; pero no se logró avanzar de manera importante. Con el paso del tiempo, la estructura se ha ido deteriorando. Acerca de esta situación, el ingeniero civil Eloy Juez, quien fuera funcionario municipal en la década del 80 del área respectiva, comentó que "para reconstruir el muelle se tendrían que realizar estudios muy exhaustivos, porque es obvio que la corrosión se ve a simple vista”. Agregó que "se podría hacer análisis de potencial eléctrico, que indicarían cuál es la velocidad de corrosión y darían un panorama en cuanto a la progresión de la misma”. Una escalera Eloy Juez fue el ingeniero que diseñó la segunda escalera del muelle, luego que la primera fue derrumbada por el mar, dado que "estaba mal ubicada porque fue levantada en sentido del embate de las olas”. Para evitar nuevamente su caída,” la nueva escalera tenía forma de L y al estar entre dos columnas nunca se podría haber caído, pero fue demolida por miedo a que algún pescador o turista se cayera luego de subir al muelle, ya que había vacíos entre las losas y no poseía las barandas correspondientes”, dijo el profesional. Acerca del futuro del muelle, el ingeniero comentó que "hoy puede costar tanto arreglarlo como demolerlo, ya que los estudios de diferencia de potencial eléctrico son muy costosos. Además, eso se va a ir degradando con el tiempo, lo ideal sería demolerlo porque cada pedazo de estructura que cae se entierra en la arena y eso es muy peligroso para las personas que concurren allí; y también es peligroso lo que está enterrado en el mar ya que socava la arena alrededor del muelle, siendo muy riesgoso para los bañistas”. Hoy el Muelle de los Pescadores pareciera ser un fantasma en el agua, pero numerosos necochenses disfrutaron de realizar caminatas por sus losas y guardan ese pase familiar en su recuerdo. "Era un paseo de fin de semana, se podía ir a pescar, era un lugar ideal por entrar al mar 120 metros de la costa, lograr una buena pesca y disfrutar en familia”, dijo el vecino Luis Pandolfo

(*) Estudiante de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social para el Desarrollo, ISFDyT Nº 31.